En un mensaje a un congreso sobre gobernancia global y políticas de desarrollo Juan Pablo II ha constatado que la globalización está agrandando las diferencias entre países pobres y ricos, y ha exigido que sea reorientada por la ética. «En el proceso de globalización mundial, la brecha entre países ricos y pobres se va haciendo cada vez más grande. Ante las poblaciones que viven en condiciones de miseria inaceptables, ante quienes se encuentran en situaciones de hambre, de pobreza y de crecientes desigualdades sociales, es urgente intervenir para salvaguardar la dignidad de la persona y a favor de la promoción del bien común», constata el Papa .
CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 2 mayo 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha constatado que la globalización está agrandando las diferencias entre países pobres y ricos, y ha exigido que sea reorientada por la ética.
«Es necesario que el proceso de globalización, que tiene lugar en estos momentos, esté alentado por valores éticos de fondo y orientado a un desarrollo integral de todo hombre y de todo el hombre», considera el Papa.
El pontífice ha dirigido estas palabras en un mensaje enviado a la conferencia internacional celebrada sobre el tema «Afrontando la globalización: gobernancia global y políticas de desarrollo».
El encuentro, convocado por la fundación vaticana «Centesimus Annus – Pro Pontifice», se ha celebrado entre el 30 de abril y el 1 de mayo.
«En el proceso de globalización mundial, la brecha entre países ricos y pobres se va haciendo cada vez más grande. Ante las poblaciones que viven en condiciones de miseria inaceptables, ante quienes se encuentran en situaciones de hambre, de pobreza y de crecientes desigualdades sociales, es urgente intervenir para salvaguardar la dignidad de la persona y a favor de la promoción del bien común», constata.
El obispo de Roma considera que el proceso actual requiere preguntarse «cómo pueden integrarse recíprocamente la globalización y la solidaridad de manera que puedan originar dinámicas mundiales que comporten un crecimiento económico armonioso y, al mismo tiempo, un desarrollo justo».
«El desafío sigue siendo el de dar vida a una globalización solidaria –constata–, individuando las causas de los desequilibrios económicos y sociales y presentando opciones operativas capaces de asegurar a todos un porvenir de solidaridad y esperanza».
La fundación «Centesimus Annus – Pro Pontifice» fue fundada hace casi once años por Juan Pablo II con el objetivo de promover el conocimiento y la práctica de la doctrina social de la Iglesia.
El Consejo de Administración de la Fundación está compuesto por siete miembros laicos, uno de ellos designado por la Santa Sede y los otros seis por votación entre los miembros del Consejo. El presidente actual y representante legal es el conde italiano Lorenzo Rossi di Montelera.
La Fundación ha promovido iniciativas de estudio y de formación, entre las que destaca el Máster en Doctrina Social, organizado en colaboración con la Pontificia Universidad Lateranense de Roma.
Pueden formar parte de la Fundación quienes presenten una petición, compartiendo sus finalidades.
El e-mail de la Fundación es centannus@foundation.va