LAS ONGs, nueva forma de explotación

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Uno de los defensores del pensamiento pro-voluntariado se atrevió a proclamar que la solidaridad en España había empezado con las ONG´s. Además de ser mentira dicha afirmación es un insulto.

Entrevista a Ana Cuevas, psicóloga y militante del partido SAIn.


1.- ¿Por qué empezó este fenómeno social de las ONG´s?


 Uno de los defensores del pensamiento pro-voluntariado se atrevió a proclamar que la solidaridad en España había empezado con las ONG´s. Además de ser mentira dicha afirmación es un insulto para los que dieron su vida por la lucha por la justicia en España mucho antes que aparecieran las ONG´s en escena.


Como muchas cosas, esta moda nos vino de Europa.  En los años 80, hace ya casi 30 años, surgen en España ante la evidencia de que los países, mal llamados del Tercer Mundo, iban de mal en peor, y de que la Ayuda Oficial al Desarrollo era una farsa. Algunas de ellas, entonces, tenían un cierto sentido crítico y denunciaban cómo a través de la Ayuda Oficial, en realidad se propiciaban grandes negocios para el Estado benefactor, cosa que hoy sigue haciéndose. Pero enseguida dejaron de ser realmente no gubernamentales  para pasar a ser financiadas por fondos estatales, de tal modo que hoy es la propia Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) la que tiene por aliadas a las ONG´s.


2.- ¿Por qué resultaron tan atrayentes en un principio?


Porque proporcionaban una forma fácil y cómoda de ser solidarios. Las maneras fueron de las más burdas: da algo de dinero y se solidario (unas veces dando una miseria: 1 euro al día, y otras haciendo maratones de «a ver quién da más»)


A las más refinadas y justificadas: se inventaron los fondos éticos de inversión para, invirtiendo en Bolsa, ser solidario.


Entre medias fue apareciendo el «marketing con causa» (compra las cosas básicas (leche, café,… ron) y se solidario), el comprar regalos solidarios (bien caros, por cierto), y el pasártelo pipa en un concierto y ser solidario.


En 1997 se hizo una encuesta en EE.UU sobre el marketing con causa: un 76% declararon que el hecho de que las marcas participen en programas de interés social era un ELEMENTO DECISIVO para su compra. 


3.- ¿Esto explica que hoy formen parte del paisaje social?


No. Eso es lo más superficial. Arraigaron fundamentalmente por dos razones:  en primer lugar porque  nuestra vida está conformada principalmente por instituciones que modelan lo que hacemos, lo que pensamos… hasta lo que sentimos. Toda acción humana que se haga organizadamente va a tener un efecto multiplicador, y las ONG´s ofrecían ese marco institucional para dar más fuerza a una supuesta solidaridad.


En segundo lugar por el predominio de los  medios de comunicación. Estos nos hacen creer que la realidad es como ellos dicen. De distintos modos se fueron sucediendo una serie de campañas (telemaratones, macroconciertos, grandes personajes apoyando, campañas ante catástrofes naturales,…), todas ellas asistencialistas, que impusieron esa forma de entender la solidaridad. Y esa estela aún sigue viva.


4.- ¿Son todas iguales?


Por supuesto que no. Hace unos años el sociólogo James Petras hizo una clasificación de las ONG´s que, yo creo, es bastante acertada. El dijo que hay tres tipos:


– Las abiertamente colaboracionistas con el BM, el FMI, o con las propias transnacionales… Son las más ricas y se dedican a ir de foro en foro acumulando curriculum.


– Las reformistas: critican el ambiente, el capitalismo, la globalización con propuestas concretas pero estrechas, que no ponen en cuestión al sistema. Son ambiguas.


– El grupo más reducido lo forman las que aportan recursos a los movimientos del pueblo en lucha y están dispuestos a subordinar sus proyectos y canalizarlos como dichas organizaciones determinen. Pero tienen un doble problema: no crean conciencia en sus países de origen (simplemente canalizan recursos) y tienen poca democracia interna (siempre hay un jefe).


5.- Una de las formas más frecuentes de participar en una ONG es apadrinando a niños ¿Qué opinión tienes de los apadrinamientos?


Una amiga mía le dijo a otra amiga, que estaba pensando en apadrinar a un niño, que si había pensado en los hermanos de ese niño, si es que ellos no tenían derecho a recibir lo mismo que él iba a recibir, y sus amigos y sus vecinos…


Yo sé que ante esto mucha gente piensa que es verdad, pero que a todos no les podemos ayudar. El planteamiento debe cambiar: ningún niño tenía que estar necesitado de nuestra ayuda, ya que la tierra da para alimentar holgadamente a más del doble de los que estamos ahora mismo (6.000 millones de habitantes). Y si no es así es porque el hambre, y las ayudas, son realmente un negocio.


Pero el mal es aún mayor. Un sacerdote de Valladolid, misionero durante muchos años en Brasil, nos decía que los apadrinamientos están haciendo mucho daño a las asociaciones de pobres: en el momento en que saben que sus hijos van a tener un padrino que les mantenga dejan de luchar. Se generan conflictos entre familias, entre comunidades, entre apadrinados y no. El asistencialismo siempre ha generado problemas.


6.- También es frecuente escuchar que no hay que dar el pez sino enseñar a pescar ¿Es suficiente con «enseñar a pescar»?


A poco que analicemos cómo funciona el mundo institucional a nivel político, económico, cultural… vemos que «está todo el pescado vendido», es decir, los empobrecidos no pueden mover un dedo libremente, y les va mal siempre. No se trata de enseñar a pescar (que ya saben), sino de dejar de robar primero, y de organizar la economía de forma que la satisfacción de las necesidades de todos sea lo primero.


7.- ¿Qué papel real desempeñan hoy las ONG´s?


El papel de maquillar, de no dejar que llegue hasta nosotros la verdad trágica de los empobrecidos. Son transmisoras de los grandes mitos que hay sobre los empobrecidos: las catástrofes naturales, la superpoblación, la corrupción de sus gobernantes,…


La situación es tan grotesca que solo se puede mantener a base de mentir y ésta es la función principal de la s ONG´s: hacer creer que la solidaridad es posible sin cambiar el funcionamiento perverso del mundo.


Forman parte del mobiliario sin desentonar un ápice. Encajan tan bien que no molestan. Pero además cuando interesa airear algo de la miseria (una noticia, un anuncio, una catátrofe,…)  las tenemos ahí, al alcance de la mano para liberar nuestra mala conciencia sin cambiar nada de nada.


  Y por si a alguien le queda alguna duda Alberto Soteres, gerente de Médicos del Mundo, declaró hace ya unos años que «la mayoría del empresariado tiene aún mucho desconocimiento, y no llega a ver que esa inversión beneficia a su cuenta de resultados, porque mejora la imagen». 


8.- ¿Esto es un invento de las ONG´s?


 Qué va.  El uso de la beneficencia para tener buena imagen y engrosar los beneficios es un descubrimiento del capitalismo primero. Ya Rockefeller a principios de siglo XX tuvo la picardía de verlo y beneficiarse de ello. De hecho su gran negocio, más que las petroleras, fueron sus obras de beneficencia. En realidad el poder lo ha utilizado siempre.  


9.- ¿Juegan con los sentimientos de la gente?


Por supuesto. De hecho las campañas suelen florecer en Navidad y ante catástrofes naturales. Estas cosas mueven el corazón y la buena voluntad de la gente. Pero es que cada día se da la tragedia de Birmania, cada día mueren de hambre 100.000 personas, la mitad de ellas niños, y si debo ser solidario es porque la realidad lo exige, no porque sea mejor persona que el vecino y me de la gana dar un dinero o algo de tiempo. El enemigo es el que marca el ritmo. Y si el funcionamiento del mundo provoca que todos los días haya niños esclavos, hambrientos, maltratados, prostituidos, o niños soldados la auténtica solidaridad es necesaria.                                      


10.- ¿Qué opinión crees que tiene la gente hoy sobre este tipo de asociaciones?


Hay un gran desencanto. La gente está bastante harta de oír hablar de ayudas que luego se han quedado por el camino, de burocracia que se come gran parte del dinero, etc… y esto ha generado una gran desconfianza. Hasta la palabra solidaridad genera sospechas.


11.- ¿Qué ha pasado en este tiempo para que haya cambiado la opinión de la gente?


Pues que han salido a la luz datos y denuncias espeluznantes:


– Personas que se aprovechan de la ONG y se sirven de los pobres para sus intereses (pederastas). El ACNUR  elaboró un informe sobre la violencia sexual contra menores de edad en Guinea, Liberia y Sierra Leona. Este mismo organismo admite que muchos de los sospechosos siguen en sus puestos porque a pesar de que hay cientos de denuncias, es difícil comprobarlas


– En Ruanda los asesinos se quedaron con la mitad de la ayuda internacional, la vendieron y compraron armas a los mismos países que les enviaban los cargamentos humanitarios». Se ve que el juego les gustó a los EE.UU. y en la guerra  contra Afganistán hizo lo mismo: al tiempo que tiraba bombas tiraba paquetes de ayudal.


– En campos de refugiados sudaneses, donde la gente moría de hambre, se repartían galletas para adelgazar.


– En Ruanda, azotada por el cólera, llegó un cargamento de bebida refrescante para deportistas.


– En Bosnia hubo que eliminar toneladas de medicamentos (no una ni dos sino hasta 17.000 toneladas). Costó 34 millones de euros, lo mismo que atender a dos millones de refugiados en una emergencia humanitaria.


– …


Claro, con estos datos es evidente que el índice de fracaso de los proyectos es enorme. Es tan grande que la mayoría de los implicados no están dispuestos a realizar una evaluación sistemática.


Y lo peor es que se sabe que el problema del hambre, de la esclavitud infantil, de las guerras, ha ido creciendo.


12.- ¿Dices que están burocratizadas?


Algunos de los que han formado parte de estas asociaciones dicen que es una práctica generalizada inflar los presupuestos de los proyectos para extraer los fondos con los que financiar el funcionamiento administrativo de las organizaciones. Es casi una tradición. Además también hemos sabido cómo viven muchos de los cooperantes que han encontrado en la ayuda su forma de vida, y no es una vida como la de los pobres a los que ayudan, sino mucho mejor. 


13.- ¿Y qué piensan los empobrecidos?


En el último nº de Autogestión viene un articulo firmado por un inmigrante africano que dice claramente que NO les estamos escuchando y que los africanos son lo suficientemente maduros como para saber resolver sus asuntos ellos solos. Los problemas han venido cuando se les ha querido ayudar. Lo que hay que hacer es dejar de robarles.


14.- ¿Qué consecuencias tiene todo esto?


            Entre los empobrecidos un hundimiento cada vez mayor.


            Entre los enriquecidos esta concepción de falsa solidaridad se acepta, no escandaliza y las campañas realmente solidarias se confunden en ese maremagnum de «solidaridades». La conciencia se ha deformado. Vivimos en una sociedad en la que predomina un «pensamiento único» y por eso todo tiende a converger y a confundirse: ayuda, solidaridad, negocios,… todo es lo mismo.


15.- ¿Y qué es la verdadera solidaridad?


Juan Pablo II lo definió muy bien: «Dar hasta lo necesario para vivir«, y eso solo lo saben hacer los pobres, si es que les dejamos. Los enriquecidos lo que vamos a hacer va a ser estorbar.


Esto hay que trabajarlo en una doble dirección: personal e institucional. A nivel personal la historia nos ha enseñado que para que una campaña sea solidaria realmente es necesario que haya militantes, personas dispuestas a perder para que otros ganen. Lo demás es agitación, fiesta y perversión. Hace falta gente como Angel Pestaña, secretario general de un gran sindicato de la España de los años 30, que en sus viajes de concientización por Andalucía se tenía que colar en los trenes, dormir en las casas de los militantes y viajar sin un duro. Con gente así se hacen campañas evidentemente solidarias. Ahora se nos intenta hacer creer que dando un poco de dinero o un poco de tiempo ya cambiamos el mundo.


Pero lo anterior no es suficiente. Hay mucha gente hoy que si entrega su vida plenamente, y junto a eso es imprescindible crear instituciones nuevas que respondan a los retos nuevos que el mundo nos ofrece. Las cosas cambian vertiginosamente, y hoy no sirven soluciones que a lo mejor sí servían hace tan solo 10 ó 15 años. Hemos de arriesgarnos y pensar cómo podemos hacer que la economía, la política, la cultura, la sociedad funcione de manera no esclavizadora. Y si no arriesgamos por ahí, las cosas van a ir cada vez a peor.