El nombre de SITEL en Internet aparece junto a las palabras 'trabajo basura', y es que una cosa son los beneficios de la empresa, y otra muy distinta los de sus empleados.
Ahora que SITEL nos ha despedido he encontrado la revista trimestral que nos daban a sus trabajadores. Ésta contenía los datos económicos de SITEL en el año 2006; contaba con más de 360 clientes en todo el mundo, más de 42.000 empleados en 26 países, trabajaba en más de 32 idiomas, y James Lynch, su presidente, presumía de unos beneficios de 1.100 millones de dólares. Imagino que dos años después los beneficios hayan sido parecidos.
El nombre de SITEL en Internet aparece junto a las palabras «trabajo basura», y es que una cosa son los beneficios de la empresa, y otra muy distinta los de sus empleados.
En su revista, hablaba asimismo de los últimos centros abiertos, en Chile y en Colombia pero en ningún momento hablaba de deslocalización; ellos simplemente se expanden por el mundo. La realidad es bien distinta y lo que no decía la revista es que abriendo centros en Chile y Colombia para la campaña de ONO se abarataban los costes de mano de obra, dado que con toda seguridad allí les pagan 4 veces menos. No era competitivo seguir pagando a los casi 300 empleados de Valladolid (España) que veníamos gestionando dicha campaña de ONO y por eso nos han despedido, para tener más beneficios.
Amparándose en la crisis, esta multinacional lo que ha hecho ha sido aumentar aún más sus ya obscenos beneficios a costa de utilizar como siempre a los más débiles, a los trabajadores.
Así con estupor hemos tenido que contemplar como de un día para otro 300 trabajadores, cada uno con sus circunstancias, nos hemos visto en el paro por su insaciable afán de lucro, para que puedan explotar aún más a otros, mientras todas las instituciones miran para otro lado y se conforman con dar ayuditas para lavar su imagen. SITEL ha recibido innumerables subvenciones de la Junta de Castilla y León y cuando ya no ha podido exprimir más se ha ido a conseguir más dinero a otra parte, dejándonos a 300 trabajadores en la cola del paro de la noche a la mañana y encima humillados, siendo escoltados como delincuentes para firmar nuestra carta de despido.
Ahora todos los ciudadanos debemos luchar para que no se salgan con la suya, ni SITEL, ni FASA ni las demás y no se suban al carro de la crisis, para irse a otra parte a seguir enriqueciéndose a costa de los trabajadores.