Los estados comunistas, los ex soviéticos y los de mayoría islámica, a la cola en tolerancia religiosa. Los cristianos no pueden aún profesar públicamente su fe en alrededor de 60 países de todo el globo. Lo ha denunciado la organización «Ayuda a la Iglesia Necesitada» en su último informe sobre libertad religiosa en el mundo.
Álex Navajas
La Razón 12-07-2005
Madrid- Rezar en público, llevar un escapulario al cuello, leer el Evangelio ante la mirada de los demás o celebrar misa son «delitos» que pueden acarrear consecuencias en casi 60 países de todo el mundo. Lo denuncia la organización «Ayuda a la Iglesia Necesitada» (AIN) en su informe anual sobre libertad religiosa en el mundo, presentado hace unos días en Roma y recogido por Zenit. Según el documento, las repúblicas ex soviéticas, los estados comunistas y los de mayoría islámica se llevan la peor nota en tolerancia religiosa.
En los países que surgieron al desmembrarse la antigua URSS, «la influencia ejercida por el ateísmo ideológico sobre los funcionarios del Estado es todavía extremadamente poderosa», según pone de manifiesto el informe. En Bielorrusia, por poner un ejemplo, «el estricto control del Estado sobre toda expresión de culto tiende a sofocar los sentimientos religiosos de la gente».
Ola de secularismo. Sorprendentemente, el informe anual de AIN incluye por primera vez a países como Francia y Alemania entre las naciones que atropellan de algún modo el derecho a la libertad religiosa. El vecino galo, según el informe, «ha experimentado una nueva ola de secularismo con la puesta en práctica de la ley que prohíbe el uso de símbolos religiosos en las escuelas». «Algunas autoridades locales alemanas han puesto en práctica medidas similares», prosigue. Según AIN, las medidas llevadas a cabo en ambos países estaban orientadas a combatir el extremismo islámico. «Sin embargo, estas disposiciones no parece que sean verdaderamente eficaces», observa.
En Grecia, donde los predominan los ortodoxos, la Iglesia católica, junto con otras denominaciones, es tratada como una institución privada y no como religiosa. Durante las últimas elecciones, el arzobispo católico de Atenas, Nikolaos Foskolos, apeló a los candidatos, pidiéndoles el reconocimiento jurídico de la Iglesia y que se levantaran las restricciones aplicadas a los católicos. Entre éstas destaca la necesidad de obtener el permiso del ordinario ortodoxo local para construir un templo.
Los islámicos, a la cola. Los países de mayoría mahometana vuelven a obtener un rotundo suspenso en materia de libertad religiosa. En Turquía, el respeto por las minorías de creyentes «sigue siendo totalmente insatisfactorio», indica el informe. Se niega a los cristianos el acceso a los puestos institucionales civiles y militares, y es prácticamente imposible construir templos. Además, las confesiones no islámicas no gozan de reconocimiento civil, con lo que se les priva de la posibilidad de poseer nada en propiedad.
Las repúblicas comunistas tampoco pasan el corte establecido por AIN. En Cuba, la situación de la Iglesia católica «es grave». El informe cita una entrevista al cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, en la que el prelado lamentaba que el Gobierno haya ignorado sistemáticamente las súplicas de la Iglesia. El purpurado explicaba que no hay una persecución real de los católicos, sino «una forma más sutil», que trata de relegar todas las actividades y manifestaciones religiosas. La Iglesia, de hecho, no puede poseer sus propios medios de comunicación. No se permite la enseñanza de religión en las escuelas. Y es imposible abrir colegios privados católicos.
En Corea del Norte, durante los últimos 50 años han desaparecido 300.000 cristianos, recoge el informe. Los creyentes están obligados a registrarse en organizaciones controladas por el Partido Comunista. Quienes no lo hagan se enfrentan a frecuentes y brutales persecuciones.