Los legítimos representantes del pueblo chileno aprueban una declaración frente a la última ley del aborto entrada en vigor en España.
“La Cámara de Diputados acuerda
Expresar su solidaridad a todas las organizaciones mundiales que luchan contra el aborto, en particular a la ONG española Derecho a Vivir, que ve con horror como en España se ha perfeccionado el asesinato más reprobable en contra de un ser indefenso, cual es el cometido en el aborto, cuyas víctimas –por su desamparo legal- no podrán recurrir a los tribunales internacionales reclamando por el derecho humano más básico que no es otro que el del derecho a la vida”.
Como destacan los firmantes al reaccionar frente “a este crimen amparado por el Estado”, se les hace “un deber moral y ético representar su más profundo dolor y solidaridad por todas aquellas víctimas de un atentado tan cruel”.
El acuerdo, es adoptado en la Cámara representativa de los ciudadanos chilenos tras la entrada de la última ley pro- abortista en España.
En la votación participaron 72 de los 120 diputados de la Cámara chilena. Este proyecto se aprobó por la mayoría de 60 diputados a favor, 7 en contra y 5 abstenciones.
Los votos a favor podrían incluso haber sido 60, ya que uno de los votos cotabilizados en contra, el del diputado socialista Carlos Montes, no era tal, sino que no pudo votar en apoyo de la declaración porque su compañera de banco y de partido, Denise Pascal Allende, se lo impidió. Como informa el diario chileno El Mercurio, la discusión subió de tono en el momento de votar entre los dos diputados socialistas, además de pulsar el suyo, pulsó también el botón de votaciones de su compañero para votar en contra.
El sistema constitucional chileno requiere la votación individual e indelegable, diferente al voto empleado en regímenes parlamentarios donde el voto del portavoz representa al conjunto de los diputados, por ello es que para la aprobación de este tipo de resoluciones es necesario que se apruebe por la mayoría de los presentes, hecho que ocurrió en este caso.
Salvador Salazar, incide en el carácter universal del texto aprobado:
«La lucha por la defensa de los derechos humanos, siendo el derecho a la vida el primero y más básico, no sabe de fronteras, como no distingue entre ideologías y creencias. Prueba de ello es esta declaración, fruto del acuerdo sin distinciones políticas, en señal de solidaridad”.