Méndez Pozo, un burgalés antiguamente asociado al PP y muy cercano a Aznar, se asocia con el multimillonario venezolano Cisneros con la intención de montar una cadena de televisión.
Elsemanaldigital.com
16-06-2005
16 de junio de 2005. El empresario burgalés Antonio Méndez Pozo, dueño de la empresa Promecal -que agrupa, entre otras cosas, 12 televisiones locales de Castilla y León, ocho emisoras de radio, seis diarios, una agencia de noticias regional, tres gratuitos, una imprenta y una distribuidora de diarios (en este último caso asociado con Jesús de Polanco)-, quiere desembarcar en Madrid, haciéndose con uno de los 33 canales de televisión digital que se licitan en la Comunidad Autónoma.
Pero este empresario –antiguamente vinculado al PP y muy próximo al ex presidente del Gobierno, José María Aznar- no está solo en esta aventura, pues, según ha podido saber Garganta Profunda, tendría un socio de excepción que le fue presentado por su «amigo» el ministro de Defensa, José Bono.
De todos son conocidas las buenas relaciones que mantienen el ministro y el empresario, amistad que, por cierto, a Méndez Pozo ya le ha brindado algunos réditos económicos, pues tiene nada más y nada menos que seis cabeceras de su diario La Tribuna en Castilla-La Mancha, y firma sustanciosas contratos con el Gobierno autónomo, donde también espera en su día obtener concesiones de televisiones locales.
Pero, a lo que íbamos: el empresario que acompaña a Méndez Pozo en esta aventura televisiva madrileña no es otro que el venezolano Gustavo Cisneros -que de vez en cuando se va de cacería con el ministro-, y, según cuentan las mismas fuentes, fue el ministro Bono quien puso en contacto al burgalés y al venezolano.
Cisneros –el que se quedó, de la expropiada RUMASA de José María Ruiz Mateos, con Galerías Preciados sin pagar nada, para hacer el gran negocio vendiéndosela posteriormente a los ingleses de Mountleigh, hasta acabar en manos de El Corte Inglés-, amigo de Felipe González; con la segunda fortuna más grande de Iberoamérica, valorada en 5.300 millones de dólares; dueño de Venevisión (la fábrica de culebrones) en Venezuela, de Univisión en Estados Unidos y de Direct TV (que incluye 144 cadenas por satélite que ven 100 millones de personas en todo el mundo), entre otros muchos negocios que incluyen Internet, quiere entrar en Europa desde hace años, y España es su gran oportunidad.