En Santiago de Compostela, España, dos semanas después de la inauguración de la plaza de Iqbal Masih (niño esclavo paquistaní que entregó su vida en la lucha contra la esclavitud infantil), una compañera comentaba que en sus compras de la Navidad pasada en un bazar chino, encontró una nota escrita en chino sobre un cartoncillo, pero al no entender ni una palabra no le dio importancia.
Cuando pudimos traducirlo nos impresionó por su contenido, que desde aquí damos a conocer a la opinión pública. A continuación la nota y su traducción:
Queridos amigos,
Cuando están usando esos bolsos, ¿saben dónde están hechos? Los bolsos vienen de una prisión china. Como prisioneros, trabajamos 19 horas al día. No tenemos tiempo para descansar, ni tenemos mucho para comer, y mucho menos tenemos derechos humanos. No hay libertad aquí dentro, sólo tareas por días y noches sin parar.
Por favor, reclamen nuestros derechos humanos en Internet por nosotros. Somos los prisioneros de la prisión china de la ciudad de Jinzhou en la Provincia Hebei. El gobierno nos golpea y nos maldice. Muchas veces no nos dan comida, y nos pegan cuando les parece que somos lentos en nuestros trabajos. La vida en está cárcel es peor que la de los animales.
¡Pedimos nuestros derechos humanos!
China es un país en el que parece que se habla de los derechos humanos, pero no existen. Para los funcionarios del gobierno chino, los prisioneros no son humanos.
Yo, un prisionero chino, les pido que transmitan esta información a todo el mundo para que sepan cómo están maltratados los prisioneros en la Prisión Pública de Jinzhou y en las otras cárceles de China.
De 50 prisioneros,
Agosto, 2011