Cientos de jóvenes de Camino Juvenil Solidario acompañaron al Santo Padre en la tarde de ayer con su habitual entusiasmo.
Benedicto XVI
saludó a los asistentes procedentes de los distintos países, haciendo una
mención especial a aquellos que no habían podido venir. Recordó que
nuestro Dios no dudó en hacerse hombre,
como nosotros, y experimentar nuestros gozos y esperanzas, nuestras angustias y
necesidades; y desde ahí los exhortó a permanecer en paz, fieles a
Cristo, a pesar de la persecución a la que está sometida la Iglesia.
Apoyaron al
Papa con vítores de alegría junto a una gran pancarta que rezaba: «La
juventud que lucha por la Justicia«, recordando especialmente la figura de
Iqbal Masih, niño esclavo paquistaní asesinado en 1995 por su lucha en la
liberación de otros niños esclavos como él.