Un grupo de obispos filipinos declaró ayer que apoyarán una revuelta popular contra la presidenta del país, Gloria Macapagal Arroyo, si ésta no cambia su política económica, ya que «no podemos seguir sufriendo en silencio, tenemos que luchar por el derecho de nuestros niños a una vida pacífica y económicamente estable», afirmaron.
Analisis Digital
04-05-2005
Redacción – 04/05/2005 Un grupo de obispos filipinos declaró ayer que apoyarán una revuelta popular contra la presidenta del país, Gloria Macapagal Arroyo, si ésta no cambia su política económica, ya que «no podemos seguir sufriendo en silencio, tenemos que luchar por el derecho de nuestros niños a una vida pacífica y económicamente estable», afirmaron.
Los obispos de Filipinas ofrecieron ayer una rueda de prensa ante la mala situación económica y política que vive el país. «Llamamos a los filipinos a que salgan y luchen por nuestra libertad económica y política. No podemos seguir sufriendo en silencio, tenemos que luchar por el derecho de nuestros niños a una vida pacífica y económicamente estable», manifestó el obispo Julio Labayen.
En la conferencia de prensa, a la que también asistió el obispo Deogracias Iñiguez, los prelados culparon de los males del país a las políticas de liberalización, privatización y desregulación impuestas por los Estados Unidos.
Monseñor Iñiguez alertó de que «si el Gobierno no invierte completamente su política económica y sigue en aumento el clamor del pueblo por un nuevo líder, en ese caso tendremos que apoyar el cambio, por el bien de nuestro pueblo».
Por su parte, monseñor Labayen denunció la situación de millones de filipinos que están atrapados entre una creciente subida de precios y un mayor nivel de imposición fiscal.
El arzobispo Oscar Cruz, antiguo presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, declaró que sus reivindicaciones no tienen que ver con las amenazas de golpe de Estado que el pasado fin de semana fueron emitidas por Fortunato Abat, antiguo ministro de Defensa del el ex presidente Fidel Ramos. Sin embargo, monseñor Cruz admitió que se habían puesto en contacto con ellos diferentes grupos políticos y sociales para apoyar la idea de la necesidad de un cambio de Gobierno.
Fortunato Abat, junto con varios oficiales retirados, anunciaron el sábado en una rueda de prensa en Manila el inicio de un «movimiento de salvación nacional», haciéndose eco del creciente descontento popular por la gestión del Gobierno. Las declaraciones de Abat en las que hablaba de planes para crear «un Gobierno de transición revolucionario», provocaron rumores de golpe de Estado en el país durante el fin de semana.