La deuda del Tercer Mundo, incluyendo , la ex URSS y los antiguos países socialistas de Europa del Este, alcanza 2,45 billones de dólares USA, o sea, 2,45 más doce ceros. En los últimos 20 años, los países de la periferia reembolsaron ocho veces lo que debían antes de la crisis de 1982 y hoy se encuentran cuatro veces más endeudados. Es decir, que en un año la periferia transfirió 100 mil millones de dólares netos hacia los acreedores internacionales. El servicio de la deuda es un buen negocio y además los acreedores quieren aprovecharse de su situación para imponer condiciones políticas y económicas a los países endeudados, en lo que utilizan al Banco Mundial y al FMI. El país más endeudado del mundo es Estados Unidos y una parte de sus acreedores son los Bancos Centrales de Japón, China, Corea del Sur y de Tailandia, que poseen de conjunto 700 mil millones de dólares en Bonos del Tesoro norteamericano.
Entrevista a Eric Toussaint
28 de noviembre del 2003
Eric Toussaint es Presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, una red internacional basada en Bruselas que abarca a Europa, África, América Latina y Asia. Es historiador, politólogo y miembro del Comité Internacional del Foro Social Mundial de Porto Alegre.
¿Qué situación actual existe con la deuda externa en el mundo?
El total de la deuda de la periferia, que incluye al Sur, la ex URSS y los antiguos países socialistas de Europa del Este, alcanza 2,45 billones de dólares USA, o sea, 2,45 más doce ceros. Pero lo importante es la diferencia entre nuevos préstamos y pago de la deuda, porque cada año se hacen nuevos préstamos y se reembolsan los antiguos. El año pasado la periferia pagó 350 mil millones de dólares por el servicio de la deuda, sumando el pago del capital y los intereses, y recibió como nuevos préstamos 250 mil millones de dólares. Es decir, que en un año la periferia transfirió 100 mil millones de dólares netos hacia los acreedores internacionales. En realidad, los países del Sur son acreedores del Norte porque reembolsan más de lo que reciben en nuevos préstamos.
¿Y cuál debe ser la solución a esta situación de la deuda?
La solución es la anulación, la abolición de la deuda. Argentina no paga a los acreedores privados desde diciembre del 2001. Paga al FMI y al Banco Mundial, pero no paga a los acreedores privados. Se hace necesario un frente de países endeudados para el no pago de la deuda y para una renegociación global del asunto entre el Norte y el Sur. En los últimos 20 años, los países de la periferia reembolsaron ocho veces lo que debían antes de la crisis de 1982 y hoy se encuentran cuatro veces más endeudados. Se puede decir que la deuda ya ha sido pagada varias veces, la que queda tiene que ser anulada. Además, la mayor parte fue contraída por gobiernos despóticos en la época de las dictaduras de América Latina, de África y de Asia en los años ’ 70 y ’80. En el derecho internacional esto se llama «deuda odiosa» porque está contratada por un gobierno despótico y el dinero del empréstito no favorece a los ciudadanos del país, sino a la dictadura.
¿Qué piensan los acreedores sobre esto y cuáles son las posibilidades reales de aplicar la anulación que usted plantea?
La posibilidad es totalmente factible. Los 2,45 billones de dólares que debe el Sur representa menos del 5% de las deudas a nivel mundial. Entonces, anular 5% de los activos de los bancos internacionales no sería un terremoto financiero. Pero los acreedores no quieren, por dos razones: el servicio de la deuda es un buen negocio, 350 mil millones de dólares anuales es mucho dinero; y, segundo, los acreedores quieren aprovecharse de su situación para imponer condiciones políticas y económicas a los países endeudados, en lo que utilizan al Banco Mundial y al FMI. Entonces, no hay que esperar de los acreedores, de manera espontánea, una decisión de anulación. Lo hacen cuando están obligados, cuando los deudores deciden no pagar. Hay que imaginar qué pasaría si se hiciera un frente de países como Venezuela, Brasil, Argentina. Esa sería una unión muy poderosa para enfrentar a los acreedores.
¿Qué pudiera hacerse en Asia y en África?
En Asia, los gobiernos de Tailandia y de Indonesia han planteado que no van a reanudar los acuerdos con el FMI. En Asia hay, como nunca antes, una posición mucho más crítica respecto a las instrucciones financieras multilaterales basada en Washington, el FMI y el Banco Mundial. En África, la situación es más difícil. Los países africanos son más frágiles económicamente y no hay una posición política de los gobernantes en favor del no pago. En esta región son los movimientos sociales los que reivindican no pagar. La deuda externa de África es más pequeña y tiene características diferentes. La mayoría del monto endeudado de América Latina es con acreedores privados, que en muchos países de la región abarca hasta el 90% del total. Al contrario, el 80% de la deuda externa de los países pobres de África es con el FMI y el Banco Mundial. El 20% que queda es con gobiernos del Norte, que fueron sus antiguas metrópolis coloniales. La situación africana es de más confrontación con el FMI y el Banco Mundial.
¿Y el caso de China?
China tiene una situación muy particular. Su deuda externa es importante, alcanza los 140 mil millones de dólares. Pero la economía china es inmensa, por lo que su deuda, en relación con la población y el Producto Interno Bruto, no tiene el mismo peso que en los demás países. Además, China tiene un saldo positivo en su balanza comercial con Estados Unidos y con el resto del planeta. Acumula casi 200 mil millones de dólares en reservas internacionales y compra bonos del Tesoro norteamericano. China es acreedor de Estados Unidos. La deuda de Estados Unidos con ellos es superior a la deuda externa pública de China. Entonces, para el gigante asiático la situación no es tan complicada. Podría vender los bonos del Tesoro de Estados Unidos y pagar toda su deuda externa, si quisiera hacerlo. El país más endeudado del mundo es Estados Unidos y una parte de sus acreedores son los Bancos Centrales de Japón, China, Corea del Sur y de Tailandia, que poseen de conjunto 700 mil millones de dólares en Bonos del Tesoro norteamericano.
Entrevista realizada por Fidel Vascós González.
Publicado en Granma Internacional