La impunidad de la Red ha dado pie a nuevos delitos, como el grooming, el acoso a menores online. El nuevo pederasta se gana la confianza del menor en Internet para conseguir su abuso en la realidad.
El 'grooming' comienza en los espacios personales y chats, sigue en el Messenger y acaba con citas personales.
La impunidad de la Red ha dado pie a nuevos delitos, como el grooming, el acoso a menores online. El nuevo pederasta se gana la confianza del menor en Internet para conseguir su abuso en la realidad.
A día de hoy, no existen datos del grooming ya que, además de ser un fenómeno nuevo, «menores y padres son reticentes a presentar denuncias», señala Enrique Rodríguez, de la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional (BIT).
Los expertos señalan que el grooming es un acoso progresivo. Empieza en los espacios personales y en los chats a los que acuden niños y adolescentes. «Los pederastas entran, por ejemplo, en páginas sobre manga, videojuegos o modelismo», explica el responsable de la Unidad de Delitos Informáticos de los Mossos de Esquadra en Cataluña, Alfons Cano.
Encontrada la víctima, se pasa a la mensajería privada. Tras la confianza, llega el flirteo, las conversaciones sexuales, el envío de material pornográfico, y, por último, el cara a cara. Guillermo Cánovas, presidente de la web de protección al menor, Protégeles, señala que «el manga pornográfico se usa ya que sus ilustraciones no constituyen delito, aunque traten escenas de pederastia». Si el material es fotográfico o en tres dimensiones, la policía ya puede intervenir.
La figura del policía encubierto también separa las dos legislaciones. La normativa española interpreta que hacerse pasar por un menor en un chat o página personal es provocar el delito. Tanto desde el BIT como desde las distintas ONG de protección infantil se reivindica que los agentes puedan infiltrarse para destapar a los pederastas que actúan en la Red, al igual que sucede en la lucha antiterrorista y contra el narcotráfico.
Todos coinciden en denunciar la falta de cultura de autoprotección ante los peligros de la Red. El primer filtro empieza con los padres: los nuevos caramelos envenenados viajan por Internet.
Cifras
– El 14,5% de los menores ha concertado una cita por Internet con un desconocido.
– El 10% fue solo al encuentro
– El 7%, además, no avisó a nadie antes de ir.
– Un 44% de los menores que navegan por Internet se ha sentido acosado/a sexualmente en alguna ocasión.
– Un 30% ha facilitado su número de teléfono y el 17% afirma haberlo hecho en más de una ocasión.
– El 16% ha facilitado su dirección física en una ocasión y el 9% en más de una.
Fuente: Defensor del Menor, ACPI y Protégeles.