Jueves, 12 de Marzo de 2009. A las 19:30
CASA CULTURA y SOLIDARIDAD
Avda. Monforte de Lemos, 162
Metro Peñagrande L7 – Tlf.- 913734086
Siguiendo la serie de encuentros que convoca cada mes el Movimiento Cultural Cristiano en su sede de Madrid se celebrará la tertulia socio-política “La ideología de género: hacia la dictadura del relativismo” en la que se analizará como el discurso de género ha pasado a ser una justificación más del Imperialismo para la explotación de los países empobrecidos, como antes lo fueron las teorías racistas, lo nacionalismos imperialistas o los planes de ajuste impuestos con base en teorías económicas.
El diálogo sobre la ideología de género y el relativismo se va orientar desde el testimonio de militantes obreros cristianos como Julián Gómez del Castillo que en su prólogo al libro del cardenal J. Ratzinguer ‘Fe, verdad y tolerancia’ escribía:
“El relativismo y el imperialismo actual se llevan muy bien, porque el relativismo proclama que el poder le tiene el más fuerte. En cambio los mártires del siglo XX han proclamado que el honor, la gloria y el poder es del 83% de la humanidad oprimida. Desde la postura de Zapatero se destruye la solidaridad y a las personas. Y desde la postura de los mártires se construye la civilización de la solidaridad. (…)
La postura del señor Zapatero no es socialista (…) es simplemente irracional y sectaria. El Imperialismo admitiendo el relativismo niega que todos los hombres estemos tocados por una verdad que es más grande que nosotros mismos. Y negando esa verdad puede poner en su lugar al Estado, el dinero o el poder del fuerte formando así un nuevo totalitarismo que mata a la persona humana.
También el relativismo ha entrado en la conciencia de muchos creyentes, afirma Ratzinguer. Desde la transición española hasta nuestros días, tanto el PP como el PSOE han elevado el número de abortos porque hemos decidido por mayoría y por poder del fuerte que este asesinato de niños inocentes es legal. Y esto lo han votado y consentido muchos cristianos españoles”
Frente a esto la Iglesia ha sido voz de los sin voz en las cumbres de El Cairo o Pekín donde la ONU adoptó esté discurso para justificar su política de reducción drástica de la población de los países empobrecidos, sin afrontar la verdadera solución al hambre que es un justo reparto de los bienes de la tierra, hoy suficientes para más del doble de la población actual.