«VIVIMOS una SITUACIÓN de HAMBRE y MISERIA». Brasil, queremos verte con el menor índice de analfabetismo y mortalidad infantil. Queremos verte sonreir, sin exclusión social, con la renta distribuida igualitariamente. Sin oprimidos ni opresores.Somos niños y adolescentes, fruto de la Reforma Agraria, que ya conocemos mucho de nuestro Brasil. Escribimos este documento porque somos parte del pueblo brasileño y estamos preocupados por el futuro de la Nación.
Sabemos que nuestro país posee muchas riquezas naturales, tierras fértiles y un pueblo trabajador. Durante 500 años de nuestra historia, esos recursos beneficiaron a una minoría.
Vivimos una situación de hambre y miseria. Muchos viven en barracas, sin condiciones de vida dignas, sin saneamiento básico ni agua y luz eléctrica.
En nuestro país hay mucha tierra desocupada, y también muchos sin tierra y gente con hambre… Sabemos que el actual gobierno de Fernando Henrique Cardoso quiere acabar con las conquistas de la Reforma Agraria, implantando un proyecto que sólo beneficia a los latifundistas.
La salud pública está abandonada. No hay servicios médicos para todos en los puestos de salud. Las personas mueren haciendo fila en las consultas, y tampoco hay una política de salud preventiva.
Brasil posee uno de los índices de analfabetismo más alto del mundo. El sistema de educación pública está acabado, los profesores son desvalorizados y hay muchos niños fuera de la escuela básica.
Existe violencia en el campo y la ciudad. El voto es un artículo de compra-venta. La naturaleza está siendo destruida. El salario es vergonzoso. La desesperanza se ve en los ojos de la gente. Los sueños siguen ausentes.
Nuestra patria está siendo entregada al FMI. Estamos perdiendo nuestra soberanía, nuestra libertad, nuestra cultura, nuestra riqueza, nuestra bandera.
Brasil, queremos verte con el menor índice de analfabetismo y mortalidad infantil. Queremos verte sonreir, sin exclusión social, con la renta distribuida igualitariamente. Sin oprimidos ni opresores.
No queremos más verte sufriente, desesperado, sin recursos. No queremos que se siga derramando sangre en las calles. Queremos tus tierras divididas y en manos de los agricultores, y que éstos quieran volver al campo, donde la vida es mejor. Queremos tus desempleados trabajando por salarios dignos. Que en los hospitales se atienda a todos, y que en las escuelas haya posibilidades de estudiar y también de gozar de una buena merienda.
Que no existan las «favelas» (chavolas, villas de emergencia), pues todos y todas deberán tener casas con energía eléctrica, baño familiar y agua potable.
Queremos un Brasil verde, por los productos que plantemos y amarillo, por las riquezas obtenidas por los trabajadores. Y azul, sin polución. Y blanco, por las libertades conquistadas por todos nosotros, trabajadores del campo y de la ciudad.
Reforma Agraria: ¡una lucha de todos y todas!