ERC propuso en el Congreso el reconocimiento de la masonería y la devolución del patrimonio incautado en el franquismo… Los hechos desmienten a Carod Rovira , quien afirmó que su apuesta por el laicismo a su juicio, ´es el respeto absoluto a las vivencias y creencias religiosas de cada uno como norma en la que todos encontramos terrenos común´. Mas bien, su laicismo militante busca ofender los sentimientos de millones de creyentes… La fundación masónica Ferrer i Guarda, a la que pertenenen Maragall y Carod-Rovira en su comité de honor, promueve militantente el laicismo en España.
Ante el acto realizado por Pascual Maragall y José Luis Carod-Rovira de mostrarse utilizando un símbolo de la pasión de Jesucristo, la corona de espinas, como objeto de bromas y de risas en Jerusalén, conviene recordar la iniciativa laicista llevada acabo por Carod-Rovira :
El 4 de octubre de 2004 se supo que Esquerra Republicana (ERC) presentó en el Registro del Congreso una proposición no de ley para reconocer públicamente la aportación de la masonería y para proceder en 2006 a la devolución del patrimonio incautado a las logias en el franquismo, al igual que se ha hecho con los sindicatos y los partidos políticos.
Según se relata en la iniciativa, a la que tuvo acceso Europa Press, la restitución de bienes y derechos a los sindicatos y a los partidos, y «el reconocimiento de culpa» por parte del Estado «no ha llegado todavía a la masonería y sus seguidores, «que durante la dictadura fueron severamente perseguidos, represaliados, torturados, encarcelados, y ejecutados». Se propone que el Congreso de los Diputados «reconozca públicamente las aportaciones de la masonería al progreso del pensamiento social, a la causa de la libertad de los individuos, y a la emancipación de los pueblos». En segundo lugar, se insta al Gobierno a «compensar o restituir» a las asociaciones masónicas que vieron incautado su patrimonio, y a «indemnizar justamente» a todos aquellos que hayan sido víctimas de presión por su relación con la masonería. Y todo, según relata la iniciativa, debería estar contemplado en los Presupuestos Generales del Estado para 2005.
El líder de ERC, Josep Lluís Carod Rovira, afirmó que su partido «intentará defender que todo aquello que en su momento fue patrimonio de las distintas organizaciones masónicas del Estado español puedan recuperarlo sus legítimos herederos, si se puede demostrar que existen estos herederos». Carod-Rovira recordó que no sólo en su partido había masones en los años treinta del pasado siglo, sino que también pertenecían a estas organizaciones destacados dirigentes republicanos y de izquierdas, pues la masonería se asociaba con el progresismo.
Carod Rovira reafirmó su apuesta por el laicismo que, a su juicio, «es el respeto absoluto a las vivencias y creencias religiosas de cada uno como norma en la que todos encontramos terrenos común».
La fundación del masón FERRER I GUARDIA al servicio del LAICISMO
Es una de las fundaciones a la que pertenenen Maragall y Carod-Rovira en su comité de honor que promueve más militantente el laicismo en España como demuestran los numerosos manifiestos firmados…
El primer Encuentro por la Laicidad en España se celebró en Motril en julio de 2001, y allí surge un manifiesto en el que se reivindica “la autonomía de juicio, cultivada gracias a una escuela pública y laica, depositaria de la cultura universal”. En el mismo se pide, en primer lugar , la ruptura de los acuerdos Iglesia-Estado, “el cese de la financiación estatal a cualquier institución religiosa”, “la eliminación de la asignatura de Religión como enseñanza curricular”, que “ningún cargo público se sume a manifestaciones religiosas en el ejercicio de sus funciones”, y “eliminar cualquier tipo de adoctrinamiento religioso de la infancia en el ámbito escolar”. Sin citarlo, el artículo 16 de la Constitución , en el que se reconoce la libertad religiosa de los ciudadanos españoles era pisoteado.
A este congreso le seguirán otros, y las ramificaciones y conexiones entre colectivos laicistas irán extendiéndose sobremanera por todo el Estado. El segundo Encuentro por la Laicidad en España se celebraba en Barcelona en julio de 2002. Esta vez, la organización recaía en la catalana Fundación Francesc Ferrer i Guardia, presidida por Joan-Francesc Pont, catedrático de Hacienda Pública y Derecho Tributario de la Universidad de Barcelona. «Ilustres» políticos como el actual presidente de la Generalitat catalana, Pasqual Maragall, miembro de la comisión Trilateral y el funcionario que más gana en España o el mismo líder de ERC, Joseph-Lluís Carod Rovira, figuran en la nómina de su comité de honor de esta fundación que combate a la Iglesia Católica en sus manifiestos laicistas… Otro personaje ilustre de esta fundación masónica es: Joseph Borrell, presidente del Parlamento Europeo, que dijo en una conferencia en el Club siglo XXI que «detrás del cristianismo se esconden la Inquisición, la tortura, la quema de libros, la aberrante enseñanza moral de la Iglesia en materia moral». Del segundo cónclave laicista se desprende el Manifiesto de Barcelona, en el que se insta y apoya “ la creación de una red de coordinación de las personas, asociaciones y entidades que trabajen en España en defensa de la laicidad” (la Coordinadora Laicista). A su vez, se repiten similares conclusiones a las ya debatidas en Motril, y destaca la importancia de la Unión Europea para la extensión de su ideología.
En octubre de 2003 una docena de entidades crearon una plataforma para impulsar el laicismo.La coalición nació coincidiendo con el aniversario de la muerte de Ferrer i Guàrdia. Entre las entidades fundadoras de la plataforma se encuentran los principales sindicatos -Comisiones Obreras, UGT, USTEC, CGT-, la Federación de asociaciones de padres y madres de alumnos de Cataluña (FaPaC), dos logias masónicas, la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica, Ateos de Cataluña, la ONG Cooperacció y el Movimiento Laico y Progresista, de cuyo seno forman parte, entre otros, la misma Fundación Ferrer i Guàrdia. El manifiesto fundacional reclama que ninguna opción de conciencia particular goce de privilegios en la enseñanza, la fiscalidad, la presencia mediática y la ocupación simbólica del espacio público, por lo que critica expresamente los acuerdos con la «llamada Santa Sede». Al mismo tiempo, la nueva plataforma aboga por excluir la religión del espacio educativo y que, por tanto, no tenga efecto curricular ni evaluativo.
El tercer Encuentro por la Laicidad en España se celebró en Albacete, organizado por la Asociación Escuela Laica de Albacete, con la colaboración de Europa Laica, fundada por el masón Victor Guerra , tratando de “potenciar el aspecto interasociativo y las vertientes políticas que aseguren el laicismo”.
Allí acuerdan “mantener y ratificar las propuestas del Manifiesto de la Coordinadora Laicista”, y ésta establece propuestas como “la creación de un Observatorio de la Laicidad en España”, que bien podría ser el germen del actualmente debatido Estatuto de la Laicidad o el Intergrupo de diputados laicistas en el Congreso de los Diputados.
ANEXO
Una docena de entidades crean una plataforma para impulsar el laicismo
La coalición nace hoy coincidiendo con el aniversario de la muerte de Ferrer i Guàrdia
PERE RUSIÑOL – Barcelona
EL PAÍS | Cataluña – 13-10-2003
Una docena de entidades -sindicatos, ONG, federaciones educativas, logias masónicas y grupos progresistas- fundarán hoy la Liga por la Laicidad, una plataforma que se propone salvaguardar la vida pública de la influencia de cualquier religión. El acto coincidirá con el 94º aniversario del fusilamiento de Francesc Ferrer i Guàrdia, el librepensador que fundó la Escuela Moderna y que fue ejecutado tras la Semana Trágica, en 1909. Ferrer i Guàrdia, uno de los principales referentes de la escuela racionalista y librepensadora de principios del siglo XX -Bruselas le dedicó un monumento-, no podía tener un mejor homenaje coincidiendo con la conmemoración se su muerte. A diferencia de otras comunidades -como Madrid- en Cataluña no existía hasta ahora ninguna plataforma en defensa del laicismo y, en cambio, sirve de base de algunos de los lobbys católicos más activos.
La nueva Liga para la Laicidad ultima un manifiesto que se presentará a las 19.30 horas de hoy en la sede de la Fundación Ferrer i Guàrdia, en la calle de Avinyó de Barcelona. Entre las entidades fundadoras de la plataforma se encuentran los principales sindicatos -Comisiones Obreras, UGT, USTEC, CGT-, la Federación de asociaciones de padres y madres de alumnos de Cataluña (FaPaC), dos logias masónicas, la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica, Ateos de Cataluña, la ONG Cooperacció y el Movimiento Laico y Progresista, de cuyo seno forman parte, entre otros, la misma Fundación Ferrer i Guàrdia. La plataforma estará abierta a la adhesión de nuevas entidades y de ciudadanos a título individual.
El manifiesto fundacional reclama que ninguna opción de conciencia particular goce de privilegios en la enseñanza, la fiscalidad, la presencia mediática y la ocupación simbólica del espacio público, por lo que critica expresamente los acuerdos con la «llamada Santa Sede».
Al mismo tiempo, la nueva plataforma aboga por excluir la religión del espacio educativo y que, por tanto, no tenga efecto curricular ni evaluativo. La Liga, que nace en plena precampaña ante las elecciones autonómicas, reclama a los políticos que reserven los actos de culto religioso a la esfera de la privacidad.
Publicamos el manifiesto promovido por la Fundación Ferrer i Guardia. Es uno de los dos artículos que aparecen en la logia catalana: LA FRATERNITAT DEL VALLÈ
Manifiesto de Barcelona por la Laicidad
Texto emitido en el II Encuentro por la Laicidad en España celebrado en Barcelona los días 20 y 21 de julio de 2002:
MANIFIESTO DE BARCELONA
1. Los representantes de las asociaciones presentes y los asistentes abajo firmantes, ateniéndonos a las conclusiones de los trabajos realizados en el II Encuentro por la Laicidad en España, que han versado sobre la Laicidad y el derecho al espacio público, reafirmamos nuestro convencimiento de que para posibilitar una auténtica igualdad de oportunidades al acceso al espacio público es preciso fortalecer el marco común de la laicidad como garantía de civilidad democrática y de respeto para con todas y cada una de las expresiones filosóficas y espirituales, sin imposiciones, favoritismos, exclusiones ni hegemonismos por parte de ninguna escuela de pensamiento o grupo en particular.
2. Es por ello que queremos hacer oír la voz de quienes nos identificamos con la cultura de la libertad de conciencia, de la tolerancia activa y del humanismo democrático, para impulsar el debate crítico que facilite el cumplimiento, en nuestro contexto legal, de los mínimos requisitos de convivencialidad y pluralismo en dicho espacio público, que es el que todos y todas compartimos, al margen de nuestras opciones de conciencia privada, y el que, por tanto, el marco jurídico debe garantizar, para todos y todas, sin ningún tipo de diferencia.
Apoyamos, como consecuencia, la creación de una red de coordinación de las personas, asociaciones y entidades que trabajen en España en defensa de la laicidad como eje de sustentación de una democracia auténticamente ciudadana, comprometiéndonos a la difusión de sus acciones y a la promoción de sus valores.
3. Debemos denunciar, en este sentido, la vigencia del Concordato firmado entre el Estado español y la llamada Santa Sede en 1953, durante la dictadura, así como los acuerdos vergonzantes de 1976 y de 1979, difícilmente asumibles desde una mínima coherencia democrática, abiertamente transgresores del espíritu del mandato constitucional, que permiten a una confesión religiosa determinada –la católica– ejercer una función de preeminencia sobre la libre conciencia de los ciudadanos que se expresa mediante sus privilegios en materia de enseñanza, fiscalidad, presencia mediática y ocupación simbólica de lugares de especial significación para el espacio público, por el elevado grado de representatividad de la comunidad política que desempeñan.
4. Consideramos especialmente preocupante el mantenimiento, en el ámbito educativo, de privilegios exclusivos para las confesiones religiosas, en la medida en que ello puede dificultar el proceso de formación de la libre conciencia ética de las personas que, en razón de su edad, menor capacidad de defensa tienen ante las imposiciones ideológicas externas, mediatizando sus condiciones de libertad de juicio personal y, por tanto, de ejercicio de la autodeterminación individual, fuente de la libertad plena.
La Ley de Calidad, actualmente en discusión, va a empeorar la situación, mientras que nosotros consideramos que la religión ha de ser excluida del espacio educativo. Los catequistas de cualquier religión, si existen, no deben financiarse con cargo a fondos públicos, ni han de formar parte de los claustros escolares.
5. Consideramos, asimismo, preocupante, además de grotesco para el actual grado de evolución de la sociedad española, la pública ostentación de simbología confesional o el sometimiento a ella por parte de cargos públicos, electivos o no, que se deben, en primer lugar, al público y a la garantía del derecho al espacio público para todos los ciudadanos, antes que a su conciencia. Las Jefaturas del Estado o del Gobierno, y cualquier representación estatal, autonómica, municipal o militar, deben estar exentas de implicación confesional pública alguna, reservando los actos de culto a que su conciencia les impulse a la estricta esfera de la privacidad.
6. Efectuamos, pues, un especial llamamiento a los representantes políticos e institucionales democráticos en su conjunto y muy especialmente a quienes puedan sentirse comprometidos con la cultura de la libertad y del progreso, para que promuevan las oportunas medidas legislativas que permitan acceder, en condiciones de auténtica igualdad de oportunidades, al disfrute del espacio público para todos los ciudadanos. Abogamos por una política de sometimiento de las religiones al derecho común, centrada en la vigilancia del cumplimiento por todas ellas de los valores rectores de una sociedad libre y democrática.
7. Es en este sentido por lo que consideramos imprescindible la adopción de los correspondientes procedimientos legales que posibiliten sancionar en el ordenamiento jurídico las propuestas que se exponen en el Manifiesto de Motril de julio de 2001. Y nos parece que dichas propuestas, pese a no resultar ajenas a ningún planteamiento realmente democrático y convivencial, deberían ser asumidas íntegramente por quienes se reclaman del pensamiento progresista.
8. Consideramos que la garantía de respeto a la pluralidad de opciones ideológicas, filosóficas y éticas que puedan ser libremente asumidas por la conciencia de los ciudadanos, sin restricciones de ningún tipo para la libre expresión de las demás, sin limitaciones para el ejercicio del derecho a la crítica o a la apostasía, y sin imposiciones por parte de ninguna comunidad cultural o familiar sobre la conciencia individual –especialmente, de los jóvenes menores de edad– y su permanente derecho a la libertad, son la garantía del ejercicio real del derecho al espacio público.
9. Consideramos que este ejercicio puede trasladarse al plano de las relaciones entre individuos, grupos, sociedades y estados, constituyendo uno de los fundamentos del derecho a la libre determinación de los individuos y de asentamiento de las condiciones de posibilidad de una vida social en paz y democracia. Creemos que la Unión Europea, muy especialmente, debe sentirse llamada a ejercer una función de defensa y promoción internacional del derecho a la autodeterminación del individuo como sujeto de Derecho, con el fin de evitar el sometimiento de las conciencias individuales a los prejuicios comunitaristas y a las presiones dogmáticas de cualquier signo, y frente a la usurpación por la fuerza de dicho derecho, ya sea con fines políticos, religiosos, mediáticos o delictivos. Creemos, también, que la Unión Europea debe reforzar sus compromisos con la cultura de la laicidad y de la libertad de conciencia ante los riesgos de deriva autoritaria, intransigente y excluyente que pueden detectarse entre ciertos sectores de la opinión pública europea para quienes el fanatismo o la renuncia al pensamiento libre pueden parecer alternativas al riesgo de exclusión social. La cultura de la laicidad y de la democracia fundamentada en valores humanos –que no en imagen o en recursos materiales–, constituye, también, un antídoto frente al fascismo.
10. Y a defender estos valores de laicidad como vía de respeto a la diversidad de las conciencias y de enaltecimiento de la riqueza plural de la cultura humana, nos comprometemos, requiriendo a nuestros representantes y autoridades públicas a que así lo hagan también, en todos los foros de ámbito español, europeo comunitario o internacional, para promover la construcción de una cultura civil fundamentada en la libertad, la igualdad de oportunidades y la relación constructiva y pacífica entre individuos y comunidades.
En Barcelona, a 21 de julio de 2002
firmantes:
Asociación Pi y Margall por la Educación Pública y Laica
Ateus de Catalunya
Colectivo Escuela. Granada
Europa Laica
Fédération Nationale de la Libre Pensée
Fundació Francesc Ferrer i Guàrdia