Mártires de la Iglesia Católica y Masonería en México

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Aquí beatificaron el domingo pasado a 13 mártires de la revolución de los cristeros, por los años 20. Ninguno tomó las armas. Los mataron por ser cristianos. Sin embargo, no faltaron estos días artículos de opinión en algunos periódicos, que no sólo desprestigian a estos beatos con falsedades, sino que hasta los llaman "genocidas" y defensores de los privilegios de la Iglesia. Aquí hay tufo masónico peor que en España. Las leyes que había en contra de la Iglesia eran acojonantes. Ya en el siglo XIX, Benito Juárez decretó la libertad de cultos para todas las religiones menos la católica…

 

Aquí beatificaron el domingo pasado a 13 mártires de la revolución de los cristeros, por los años 20. Dos de ellos eran padre y tío de un hermano jesuita de aquí, ya anciano. Ninguno tomó las armas. Los mataron por ser cristianos. Anacleto, del que salió alguna reseña en solidaridad.net, fue realmente un héroe, un abogado militante que no se detuvo ante nada y optó por la vía del pacifismo. Sin embargo, no faltaron estos días artículos de opinión en algunos periódicos, que no sólo desprestigian a estos beatos con falsedades, sino que hasta los llaman «genocidas» y defensores de los privilegios de la Iglesia. Aquí hay tufo masónico peor que en España. Las leyes que había en contra de la Iglesia eran acojonantes. Ya en el siglo XIX, Benito Juárez decretó la libertad de cultos para todas las religiones menos la católica. En el siglo XX, los generales masones Carranza, Obregón y Calles, que se sucedieron en la presidencia, hicieron leyes cada vez más ridículas. Por ejemplo, para bautizar tenía que hacerse con agua del grifo y no de la pila del agua bendita. Otro decretó que estaban prohibidas las confesiones excepto a los moribundos, pero entonces debía de ser en voz alta y en presencia de un funcionario del gobierno. En fin, unas leyes que ya quisiera para sí ZP. A lo mejor tiene un plan parecido.

En Cetroamérica hubo (y hay) mucha masonería también, pero la persecución contra la Iglesia no fue tanta como aquí en México. Tal vez por eso aquí apenas he visto sectas protestantes, y se ve tanta religiosidad aún en la calle. El otro día me senté un rato en el banco, enfrente de la iglesia de San Francisco, en Guanajuato, y la mayoría de la gente que pasaba por delante de la iglesia se santiguaban, lo mismo adultos que jóvenes, chavales formales que «sin formalizar». Apenas duraba un segundo hacer la señal de la cruz, pero lo hacían con mucha devoción.

Ya Guadalajara, una de las regiones más castigadas por aquella persecución, la llaman ciudad levítica porque da muchas vocaciones sacerdotales y religiosas. Con esto no digo que esto sea la Iglesia «triunfante», pero sí que esta fe le debe mucho a tantos mártires y tanta persecución.

Qué bien que esté saliendo a la luz tanta cosa de la masonería en solidaridad.net. Ese gobierno de ZP hace declaraciones que parecen las que hacían los dictadores centroamericanos hace 20 años: «los obispos parecen militantes» (¡echándoselo en cara un psocialista!) «yo quisiera que los obispos me confortaran en la fe y no que me manden a manifestaciones». Más claro, agua. No quieren que haya militantes ni manifestaciones. Es lo que le decían a Monseñor Romero, igualito.

Carta a Solidaridad.net de nuestro amigo misionero José Luis