En los últimos dos años, más de 250.000 niños migrantes han llegado solos a Estados Unidos.
Miles de niños han acabado en trabajos penosos en todo el país (en el turno de noche en mataderos, cambiando tejados, operando maquinaria en fábricas) que, como demostró una investigación reciente del Times, infringen las leyes de trabajo infantil. Después de la publicación del artículo en febrero, la Casa Blanca anunció cambios en las políticas públicas y sanciones estrictas contra las empresas que contrataran menores de edad.
Pero en todo momento hubo indicios del crecimiento explosivo de esta mano de obra, así como advertencias que el gobierno de Biden ignoró o pasó por alto, según ha descubierto el Times.
Una y otra vez, funcionarios veteranos y contratistas externos informaron al Departamento de Salud y Servicios Humanos, incluso en informes que llegaron al secretario Xavier Becerra, que los niños parecían estar en peligro. El Departamento del Trabajo publicó comunicados de prensa en los que señalaba un aumento del trabajo infantil. Altos funcionarios de la Casa Blanca recibieron pruebas de explotación, como grupos de niños inmigrantes que habían sido encontrados trabajando con equipo industrial o productos químicos cáusticos.
En entrevistas con el Times, los funcionarios expresaron su preocupación por los niños migrantes, pero evadieron la responsabilidad por no protegerlos.
Las autoridades del Departamento de Salud y Servicios Humanos afirmaron que esa agencia investigaba lo suficiente a los patrocinadores, pero que no podía controlar lo que les ocurría a los niños después de ser entregados a sus patrocinadores. Señalaron que la supervisión de los lugares de trabajo correspondía al Departamento del Trabajo.
Fuentes del Departamento del Trabajo afirmaron que los inspectores se habían centrado más en el trabajo infantil y que compartían detalles sobre los trabajadores con el Departamento de Salud y Servicios Humanos, pero afirmaron que no son un organismo de asistencia social.
Por su parte, los funcionarios de la Casa Blanca dijeron que, aunque los dos departamentos habían ofrecido información sobre el trabajo infantil migrante, los informes no se marcaban como urgentes y no dejaban clara la magnitud del problema. Robyn Patterson, vocera de la Casa Blanca, dijo en un comunicado que el gobierno estaba aumentando el escrutinio de los empleadores y revisando su proceso de investigación de patrocinadores.
“Es inaceptable que las empresas recurran al trabajo infantil, y este gobierno continuará trabajando para fortalecer el sistema con el fin de investigar estas violaciones y hacer que los responsables rindan cuentas”, decía el comunicado.
Pero la Casa Blanca se negó a hacer comentarios sobre por qué no reaccionó antes a las señales reiteradas de que los niños migrantes estaban siendo explotados de manera generalizada.