Más de un MILLÓN de NIÑOS SON VÍCTIMAS del TRAFICO CADA AÑO

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Explotación sexual, adopciones ilegales y trabajos forzados. Esta práctica es el tercer comercio más lucrativo del mundo tras el tráfico de armas y el de drogas. ´Las autoridades [de España] dicen que no hay más de cien casos, pero si miramos los periódicos vemos que no es así. Me extrañaría mucho que en los cientos de burdeles que hay no haya menores o redes de pornografía y pedofilia.


MARTA SAN ROMÁN
Viernes, 01 de Octubre de 2004
www.elmundo.es

MADRID.- Millones de niños en todo el mundo pierden su infancia al ser vendidos por su familias, alejados del mundo que conocen y explotados de una forma u otra. Se convierten en simples objetos, productos con los que comerciar, mercancía barata y rentable. Indefensos y vulnerables, estos pequeños ven cómo su vida se rompe y se convierten en esclavos.

Estos pequeños son utilizados para diversos fines: prostitución, servidumbre, trabajo forzado, niños soldado, adopciones ilegales o venta de órganos, tanto en sus países como fuera.

Esta práctica es el tercer comercio más lucrativo del mundo tras el tráfico de armas y el de drogas. «Es un negocio que produce muchísimo dinero. Los gastos son mínimos. Por ejemplo, en un país como Benin por 20 dólares se puede comprar un niño, que va a producir muchísimo más, da un beneficio muy grande» señala Raquel Requeiro, coordinadora de la campaña «Stop al tráfico» de la ONG Tierra de Hombres (Tdh).

«Las familias que venden a sus niños no lo hacen porque sean peores sino por unas razones objetivables. La pobreza es una de las más importantes, aunque no la única, también están los rasgos culturales, la falta de protección del Estado, la demanda y oferta, la carencia de leyes e instituciones de protección de la infancia y la falta de información, puesto que muchas veces desconocen lo que les va a pasar a sus hijos», resalta la coordinadora de Tdh.

Esta práctica es el tercer comercio más lucrativo del mundo tras el tráfico de armas y el de drogas. «Las autoridades [de España] dicen que no hay más de cien casos, pero si miramos los periódicos vemos que no es así. Me extrañaría mucho que en los cientos de burdeles que hay no haya menores o redes de pornografía y pedofilia.

La consecuencias para estos niños son muchas y muy graves. Sufren malnutrición, enfermedades, accidentes no tratados y muertes no declaradas. Además, pierden sus lazos familiares, su identidad y valores, lo que muchas veces les lleva a la marginalidad y la violencia.
«Estos niños son productos, no personas. Ellos mismos se lo creen. No existen, para ellos mismos, para sus familas ni los estados que los deberían proteger», asegura Requeiro.
«En cualquier comercio hay una oferta y una demanda, y no debemos cerrar los ojos, hay que actuar. Los culpables no son sólo los que ofertan, también los que compran», resalta Stela Hernando, la coordinadora de voluntariado de Tdh.

La situación en España

«El problema de nuestro país es que parece que no existe. No hay conciencia. El tráfico de niños existe en España, pero al contrario que otros países que tomaron conciencia e impusieron medidas, aquí aún no estamos en ese nivel», señala Requeiro.
«Las autoridades dicen que no hay más de cien casos, pero si miramos los periódicos vemos que no es así. Me extrañaría mucho que en los cientos de burdeles que hay no haya menores o redes de pronografía y pedofilia. Además del tema de las adopciones ilegales», denuncia Hernando.