La organización advierte de que está cambiando el modelo de protección social
El número de personas con dificultades atendidas por Cáritas el año pasado supera la barrera del millón. La dureza de la crisis ha multiplicado por casi tres veces esta cifra desde 2007, cuando esta red asistencial prestaba apoyo a unas 370.000 personas. Ayudas para alimentación,vivienda y empleo siguen siendo las demandas mayoritarias, pero crece la necesidad de apoyo sanitario desde que se anunció el decreto que deja fuera de las prestaciones públicas a una parte de la población inmigrante. “Tienen miedo de la policía, de que el hospital les pase una factura; se está creando una red paralela y eso es una grave injusticia social”, advirtió ayer el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora, durante la presentación del séptimo informe del Observatorio de la Realidad Social. Cáritas distribuyó en 2011 casi 33 millones de ayuda económica directa para restañar todas estas carencias, muy lejos de los 14 millones de 2007.
La pobreza se ha extendido (ya no son el 19% de la población, como en 2007, sino el 21,8%, ha subido la tasa de paro y el número de hogares con todos sus miembros desempleados); pero, además, se ha intensificado: no solo hay más pobres, sino que tienen menos que antes. Cáritas ha constatado un aumento de personas sin ingresos de los asistidos, desde un 26% en 2008 a un 33% el año pasado. Siendo todo esto grave, quizá lo peor es que la situación se vuelve crónica. Lo detectan en esta organización porque en la actualidad un 44% de las personas atendidas llevan tres o más años pidiendo ayuda, es decir, no logran salir adelante: el desempleo es la causa primera. Casi la mitad de los desempleados lo son ya de larga duración, puesto que llevan más de un año en esa situación, cuando en 2007 representaban el 22,7%. “Y hay indicios de que el modelo de protección social no volverá a ser el mismo, determinados mensajes están calando en la población, no creo que los decretos que se están aprobando se echen atrás pasado un tiempo”, señaló ayer el coordinador del equipo de estudios de Cáritas, Francisco Lorenzo.
¿Estas cifras desbordan a Cáritas? No, pero la organización ha alcanzado una velocidad de crucero en el número de personas atendidas. No hay ya grandes saltos en esa cifra, como los que se produjeron años atrás. “Atendemos prácticamente a la misma gente porque no hemos bajado el nivel de atenciones, sino que se ha subido, porque así lo necesitan”, aseguró Sebastián Mora. “No podemos, ni queremos, ni debemos atender todas las necesidades. Primero porque no podríamos, dada la naturaleza de algunas de ellas, como los costes de las hipotecas, pero es que, además, somos una red complementaria”, recordó.
Cáritas advierte de que la red familiar, el más sólido apoyo en estos años, está muy debilitada. Si esa red se rompe, no hay ninguna otra que pare la caída.