Investigadores médicos expresaron preocupación por el creciente número de niños que están siendo tratados con medicamentos que alteran el estado de ánimo, como el Prozac, en países europeos y americanos. En 10 años, el número de niños tomando antidepresivos aumento 70%. En estos cuatro años, donde se registró el mayor incremento fue en el Reino Unido con 68%.
18 de noviembre 2004
Un informe publicado este jueves en el Archivo de Enfermedades de la Niñez, una revista especializada en medicina infantil, describe un estudio realizado en la Universidad de Londres sobre las tazas de prescripción de medicamentos en nueve países, incluidos Gran Bretaña, Francia, Canadá, Argentina, Brasil y México.
Los autores del informe encontraron que los médicos en estos países ahora están mucho más inclinados a recetar a los niños medicinas contra la depresión, la ansiedad, hiperactividad y otras condiciones mentales, de lo que estaban hace cuatro años.
Los especialistas advirtieron que esta tendencia podría ser peligrosa, pues los medicamentos en cuestión han sido desarrollados para adultos y pocos estudios se han realizado sobre sus efectos en niños.
Más diálogo, menos Prozac
En estos cuatro años, donde se registró el mayor incremento fue en el Reino Unido con 68%.
El menor aumento fue en Canadá donde 13% más niños están recibiendo medicinas para calmar o estimular el cerebro.
En promedio, la proporción de prescripción de antidepresivos a niños aumentó en 70% en una década.
La información fue recabada de una base de datos internacional (IMS MIDAS) la cual se nutre de una muestra representativa de médicos practicantes en cada país.
Muchos de los pacientes fueron tratados por síntomas del Desorden de Déficit de Atención Hiperactivo.
«Por una parte, hay un indicativo de un mayor reconocimiento de las enfermedades mentales en niños y adolescentes», dice el doctor Ian Wong, director del centro que llevó a cabo la investigación.
Wong cree que aunque algunos antidepresivos no es recomendable usarlos en niños, esta tendencia creciente se produce por la falta de opciones mejores como la psicoterapia.