Máximo lucro en el precio de los medicamentos oncológicos

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Hoy podemos decir que «Los precios de los medicamentos no se basan en la razón sino que reflejan únicamente lo máximo que el mercado puede pagar, EL MÁXIMO LUCRO»

El ejemplo lo tenemos en los nuevos tratamiento oncológicos.

La OMS señala que durante los últimos diez años los precios de los medicamentos oncológicos se han duplicado y están ahora entre 6.000 y 10.000 euros por mes.

Se puede afirmar que los precios de los medicamentos para el cáncer está creciendo a niveles “catastróficos”.

Revisando los precios de los medicamentos contra el cáncer aprobados en EE UU entre 1995 y 2013 se comprueba un 10% de incremento anual. Pero esta escalada no ha parado. Según IMS Health (2016), el gasto en medicamentos oncológicos crecerá a una tasa anual entre el 7,5% y el 10,5% hasta 2020.

Como decía al principio, estos precios no están justificados por el coste, los modelos actuales de precios no son racionales, sino que reflejan simplemente lo máximo que el mercado puede pagar (what the market will bear)

Las razón esgrimidas por los defensores del elevado precio de los medicamentos son:

  • “Cuesta 1.000 millones de dólares o más desarrollar un medicamento hasta poderlo introducir en el mercado”.
  • “Los precios se basan en el beneficio o valor para los pacientes”.
  • “Las fuerzas del libre mercado se encargan de que los precios alcancen niveles razonables”.
  • “Si se controlan los precios o se reducen demasiado, se desincentiva la investigación para nuevos medicamentos”.

Pero estos argumentos no se sostienen:

  • El coste de la investigación y desarrollo de un nuevo fármaco está más cerca de los 100 millones de dólares que de los 1.000 que dice la industria. (Pero, aunque fueran 1.000 millones de dólares, este gasto es para todas las ventas del medicamento en todos los países donde se distribuye y no justifica precios tan elevados).
  • Muchos medicamentos no tienen valor añadido, no generan beneficio significativo para el paciente y, sin embargo, una vez aprobados por la Agencia del Medicamento ponen un precio tan elevado o más que el último aprobado. En este mismo sentido la revista Prescrire Int. (2016) llamaba la atención sobre el hecho de que de 535 medicamentos nuevos, o con nuevas indicaciones, aprobados entre 2010 y 2015, únicamente 32 tenían ventajas terapéuticas.
  • Las fuerzas del mercado no operan en este sector para bajar los precios. Se funciona en un régimen de monopolio, bien sea por la protección de la patente, o bien sea por acuerdos explícitos o tácitos entre las empresas. Medicamentos originales, con similar efecto terapéutico no bajan los precios, sino que los siguen subiendo.
  • No hay evidencia de que los precios más bajos reduzcan la investigación. Muchos investigadores y profesionales sanitarios están motivados por razones humanitarias y científicas más que por las razones económicas. No están estimulados por altos salarios o bonos, como los directivos y altos ejecutivos de las compañías farmacéuticas. Además gran parte de la I+D está pagada directamente con fondos públicos.

    ¿Puede aceptarse moralmente que se fijen precios tan elevados que, sumándolos, puedan llevar a la bancarrota al sistema sanitario, y que no permitan a los pacientes acceder al tratamiento o les causen la bancarrota?.

Cada día es más necesario una discusión en profundidad y seria sobre el uso de recursos de los sistemas sanitarios para financiar al sector farmacéutico mundial. Ya que dirigir grandes cantidades de dinero para financiar esos sobreprecios puede llevar a la bancarrota a éstos sistema y perjudica así a muchos otros pacientes que pueden quedar sin atención adecuada.

Fuente: Farmafia Blog