El Movimiento Cultural Cristiano (MCC) ha organizado un homenaje a Guillermo Rovirosa y Tomás Malagón, que tendrá lugar en sendos actos a realizarse en La Coruña, mañana 3 de marzo, y en Santiago de Compostela el viernes 4 de marzo, según informó la secretaría de Medios del arzobispado de Santiago. El vicepostulador de la causa de Guillermo Rovirosa hablará de la vida de este impulsor del apostolado obrero…
Santiago de Compostela 02/03/2005 Agencia Veritas El Movimiento Cultural Cristiano (MCC) ha organizado un homenaje a Guillermo Rovirosa y Tomás Malagón, que tendrá lugar en sendos actos a realizarse en La Coruña, mañana 3 de marzo, y en Santiago de Compostela el viernes 4 de marzo, según informó la secretaría de Medios del arzobispado de Santiago. Tanto en el acto de La Coruña como en el de Santiago, el sacerdote y doctor en Teología Moral, Eugenio Rodríguez, hablará de Malagón y Rovirosa como «promotores de militantes pobres»; por su parte, en Santiago de Compostela, intervendrá también el vicepostulador de la causa de beatificación de Guillermo Rovirosa, Alfonso Gil, quien es también ex consiliario general de la HOAC. Rovirosa, responsable del lanzamiento del apostolado obrero en España a través de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), y Malagón, consiliario del mismo movimiento, fueron concientes, casi veinte años antes del Vaticano II, de la importancia en la vida de la Iglesia de «la vocación de los laicos a la santidad, en la lucha por la justicia y la transformación del mundo». El ingeniero catalán Guillermo Rovirosa vivió «muchos años alejado de la fe, buscando la verdad en la ciencia y en distintas sectas y filosofías. El testimonio de su esposa y unas palabras del cardenal Verdier que escuchó casualmente un día en una parroquia de París le devolvieron al camino de la fe que había vivido en su infancia». Durante la Guerra Civil convivió con obreros del Madrid republicano presidió el comité de su empresa. Durante este tiempo se entregó al estudio de la doctrina social católica y organizó una capilla clandestina. Al terminar la guerra, fue encarcelado bajo una presunta acusación de comunista. Una vez liberado ingresa en la Acción Católica en la parroquia de San Marcos y desde ahí se encarga del secretariado obrero de la AC madrileña y trabaja en las chabolas de Vallecas. Cuando en 1946 Pío XII pide a los obispos españoles el lanzamiento del apostolado obrero, él será el encargado de poner en marcha la HOAC. Desde ese momento Rovirosa deja la profesión, viste como un pobre obrero y se dedica a una labor infatigable por toda España. Un año después su mujer desaparece diciéndole en una nota que no quiere entorpecer su entrega. Esta herida acompañará a Guillermo toda su vida y será utilizada contra él por sus enemigos. Junto a los consiliarios Eugenio Merino y Tomás Malagón, será el inspirador de la espiritualidad que caracteriza a la HOAC. Más información: www.solidaridad.net y www.hoac.es
LA PATA DE ROVIROSA(Escrita desde Montserrat, el 14 de marzo de 1958) Guillermo Rovirosa, el gran apóstol de los obreros, tuvo un accidente de circulación, en Madrid, y tuvieron que cortarle el pie. He aquí lo que dice a una cieguita y paralítica, de Reus, Dora de nombre, en una carta confidencial:«…Estos ocho meses largos de inmovilidad, atado por la pata como los pollos, despuésde una vida tan atareada como la que yo llevaba, me han servido mucho y me han aclarado la vista en muchas cosas. Por ejemplo: he descubierto que ser cristiano no consiste principalmente en HACER o NO HACER tales cosas o tales obras, sino en SER CRISTO, amando como Cristo nos ama. El HACER y el NO HACER viene determinado, no principalmente por lo que está mandado por preceptos y reglamentos, sino por imperativos de este Amor de Cristo en nosotros. Yo tuve la suerte de estar veinticuatro horas clavado en la cruz de Cristo a consecuencia del accidente, siendo la sed abrasadora (mientras al exterior llovía a cántaros) la que presidía los demás sufrimientos de todo el cuerpo y fue el descubrimiento de un mundo maravilloso y desconocido. Eso no lo cambiaría por nada del mundo. Quisieron ponerme un calmante y yo les dije que no era menester, y tuve la suerte de que no me lo pusieran… …Ahora comprendo el gran beneficio que es el disfrutar de la cruz. De cualquier clase de cruz: la que crucifica al cuerpo y la que crucifica al alma. Pero es necesario estar crucificado en Cristo, puesto que entonces EL ES ya presente y esta presencia vale todas las «pesetas» habidas y por haber.La tragedia es la de los pobres crucificados que desconocen a Cristo, como el mal ladrón… ¡Pobrecitos! Debemos rogar por ellos…»(Escrita desde Montserrat, el 14 de marzo de 1958)