Mecanismos de funcionamiento de una Estructura de Pecado

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Cómo el sistema neocapitalista organiza la dominación y la explotación

  1. Juan Pablo II afirmó en la encíclica Sollicitudo rei Socialis (36) que sin el concepto de estructura de pecado no es posible comprender en profundidad el mundo actual. Otros filósofos[1] no del contexto creyente precisamente afirmaron que la categoría de pecado estructural tal vez haya sido la más interesante del siglo XX desde el punto de vista ético. Estructura de pecado y pecado estructural son dos dimensiones de una misma realidad, la dimensión objetiva y la dimensión subjetiva respectivamente.

Siempre ha habido a lo largo de la historia instituciones y estructuras de pecado, sin embargo en el siglo XXI la humanidad ha llegado a un estado de interdependencia tal que se puede decir que tanto el mal como el bien están estructuralmente interconectados. Desde el punto de vista de la fe, siempre hemos sabido que toda acción buena o mala tiene repercusiones cósmicas. Sin embargo, desde el punto de vista sociológico estamos llegando a un estado de integración donde el mal y el bien tienen repercusiones planetarias. En definitiva, vivimos en un sistema-mundo cuya escala determina cómo son las instituciones y estructuras de pecado.

Como ejemplo y para que nos sirva de referencia real. El martes 11 de julio de 2017[2], el periódico español El País publicó un artículo de opinión de Melinda Gates[3], copresidenta con su marido Bill Gates de la Bill & Melinda Gates Fundation.

No hace falta hacer presentaciones. Bill Gates ( y su mujer) está entre los cinco personajes más ricos y poderosos del planeta (Microsoft Corporation) y una de sus obsesiones es el control de población de los empobrecidos. El titular del artículo era «Un arma contra la pobreza» y la tesis es:  “Los anticonceptivos son un gran paso hacia el progreso social y el desarrollo de los países”.

Es un artículo especialmente orientado hacia los 1.200 millones de mujeres adolescentes de países empobrecidos que empiezan a estar en “edad reproductiva”. En el artículo se propone el modelo occidental de “políticas públicas, educación y acceso a los anticonceptivos de más larga duración” como fórmula para el progreso social y económico. Sin entrar en profundidades podemos ver en este ejemplo varios elementos significativos:

  1. Los responsables de una gran empresa transnacional (neocapitalismo) de la nueva economía digital (hipercapitalismo desregularizado) con una situación de poder e influencia planetaria. (Más de 50.000 millones de dólares de riqueza personal.)
  2. Generan una fundación (sociedad civil[4]), integrada con otras instituciones y organizaciones internacionales que diseña y financia programas sanitarios y educativos a nivel mundial determinando las decisiones políticas de organismos internacionales y gobiernos, tanto de países empobrecidos como enriquecidos. Se ha generado un auténtico sistema  integrado por diferentes estructuras  e  instituciones: empresas multinacionales, organizaciones y organismos internacionales, nacionales y supranacionales y gobiernos.
  3. Desarrolla un nivel de influencia social a través de los medios comunicación más importantes para conformar la mentalidad de toda la población. Esta influencia se manifiesta como “progresista” cuando en realidad no lo es[5], pero utiliza ámbitos de influencia que sostienen esa apariencia. Por ello, sus propuestas encapsulan en un mismo comprimido: sostenibilidad climática y económica, empoderamiento de la mujer, ideología de género e hipercapitalismo colaborativo.
  4. A todos, pero en especial a los países empobrecidos, propone un modelo de desarrollo social, político y económico materialista, utilitarista e individualista de tipo occidental[6] a nivel planetario que no cuestiona para nada las verdaderas causas del empobrecimiento de la mayoría de la humanidad (neocapitalismo, hipercapitalismo) y desvía la atención (alienación, manipulación)  achacando el empobrecimiento al crecimiento demográfico de los empobrecidos, a la maternidad de las adolescentes  para lo cual propone implementar modelos sociales basados en la anticoncepción y el aborto como derechos.

La complejidad  y dinamismo de esta estructura de pecado es evidente

La complejidad  y dinamismo de esta estructura de pecado es evidente y aquí hemos simplificado mucho pero ello no puede ser obstáculo, todo lo contrario, para intentar hacer un análisis de algunos de los mecanismos con que operan estas estructuras de pecado[7].

  1. Principios: Afán de ganancia exclusiva y sed de poder. San Juan Pablo II señala estos dos principios dinámicos como la síntesis motriz de una estructura  de pecado. Dinamismos que surgen del corazón  humano y son profundamente destructivos.  Como ya hemos señalado anteriormente existe una relación de auto-alimentación o circularidad entre el pecado estructural que está en el origen de la institución y que la institución extiende y amplifica retroalimentado a la propia institución.
  2. Si son de pecado, la gracia es necesaria. Una cuestión clave desde el punto de vista de la acción evangelizadora laical es que cuando nos enfrentamos a una estructura de pecado no podemos olvidar que el origen del mal está en el pecado y por tanto hay que plantearse la conversión personal y estructural. El mal que propaga una estructura de pecado, no es un mal sociológico solamente, es algo más profundo y esto hay que tenerlo en cuenta de manera fundamental. Un simple cambio en las estructuras sin la conversión personal y comunitaria del corazón humano sería simplemente dar la vuelta a la tortilla.[8] Más aún, el dinamismo de la conversión es, debe ser, permanente porque nunca vamos a alcanzar la perfección moral personal y social. Eso significa que la “revolución social” correspondiente a la transformación social de estas estructuras debe ser un dinamismo continuo basado en la humildad, la autocrítica y la revisión permanente.
  3. Potencia, amplitud y profundidad institucional. Nunca se puede olvidar la potencia que tiene una institución. No es lo mismo un mal producido por una actitud y acción personal individual que el mal producido por una acción colectiva organizada. El origen de una institución obedece a un proyecto colectivo que organiza un poder-en-común, que tiene un proyecto, es decir, quiere conseguir una continuidad en el tiempo para alcanzar y mantener unos objetivos determinados. Por ello, la potencia, extensión y sistematicidad del mal producido por una institución o estructura de pecado es muy grande y solo es posible combatirlo en su mismo plano. Actualmente, las estructuras de pecado tienden a formar sistemas globales de influencia planetaria al mismo tiempo que pretenden  penetrar en los más recónditos rincones de la materia y por tanto de la naturaleza biológica humana.  Este doble dinamismo, global y en profundidad, es posible por el papel fundamental que está jugando la ciencia y la tecnología.

A esto hay que añadir la inercia que tiene toda acción institucional que desarrolla mecanismos jurídicos, legales, organizativos que funcionan casi automáticamente[9] casi al margen de voluntades humanas. En este sentido no podemos también dejar de señalar el papel que está jugando y va a seguir jugando los nuevos algoritmos de aprendizaje y la inteligencia artificial.

  1. Diferenciación entre la finalidad formal y la finalidad real. La mayoría de las estructuras de pecado no presentan una finalidad formal explícitamente perversa, más bien todo lo contrario.[10] Sin embargo, la finalidad efectiva o real si es objetivamente inicua. Debido a esto la racionalidad de la estructura de pecado es irracional, valga la contradicción, o absurda. Pierde verosimilitud. El proyecto común que orienta a la institución es una quimera y el proceso de interiorización que deben asumir los participantes de esas estructuras -reconocidos (estatuto) y con capacidad de acción (rol)- supone, nada más y nada menos, que asimilar una gran mentira.
  2. Organización del desconocimiento. Como consecuencia de lo anterior la estructura de pecado tiene que organizar todo un discurso o relato basado en la mentira para disimular la distancia entre la finalidad formal y efectiva y para hacer verosímil -que no verdadero- el proyecto institucional. Es como ya dijimos una organización deliberada del desconocimiento.[11] Actualmente la manipulación de la afectividad y el desarrollo de una emotividad tóxica son uno de los mecanismos con que  más habitualmente se impone la mentira. Por ello, una de las principales acciones que siempre se puede hacer es descubrir y dar a conocer la mentira que acompaña a toda estructura de pecado.
  3. Campo estructurado de acción que produce dilemas imposibles. La estructuración del campo de acción es determinante. Todo campo estructurado por una institución o estructura institucional permite unas acciones y excluye o prohíbe otras. Cuando la realidad de una estructura de pecado por su amplitud y extensión es sistémica, obliga a colaborar porque salirse del “sistema” es prácticamente imposible. En la actualidad, en un mundo estructurado globalmente e interconectado con unos niveles de dependencia altos y crecientes, este es uno de los principales retos. Aunque un agente, personal o colectivo,  quiera no colaborar con una estructura de pecado su propia existencia le obliga a colaborar porque siempre se sitúa dentro del campo estructurado de la institución inicua. Por ejemplo, un pobre de Brasil guarda por necesidad sus pocos ahorros en una sucursal de un banco el cual, a su vez, es una pieza del sistema financiero que provoca empobrecimiento en Brasil causante de su propia miseria personal.
  4. Perversión del poder-en-común natural de una institución. Alienación y sometimiento. Cuando una institución o una estructura institucional no sirve al bien común asume necesariamente una dinámica de alienación y de dominio donde los poderosos dominan a los débiles excluyéndolos total o parcialmente de sus derechos institucionales. Este poder de dominio no necesariamente se impone con violencia -que nunca está excluida- sino que para que sea más consistente debe basarse en que la libertad del sujeto lo acepte y asimile de tal forma que cuando el sujeto actúe “libre y espontáneamente” realice la voluntad del poder como si fuera la propia. Uno de los objetivos de una estructura de pecado es controlar la esperanza y las expectativas de los sujetos a los que somete y aliena[12].
  5. Integral: Todas las dimensiones del ser humano son susceptibles de estar conformadas por las estructuras de pecado modernas. Las estructuras de pecado más importantes del momento actual normalmente desarrollan una acción de tipo integral, multidimensional. Por tanto, la respuesta a ellas debería ser siempre equivalente, es decir multidimensional, integral.

Respecto a las capacidades del ser humano, la acción de estas instituciones está diseñada para que la persona conforme a ellas su racionalidad, su afectividad y su voluntad incluso desde la infancia. Uno de los objetivos más importantes es la configuración interior del ser humano y desde allí construir las instituciones sociales impulsadas por el propio dinamismo de este sujeto.[13] Por ello, la instrumentalización de la afectividad para, desde ahí, controlar la racionalidad y la voluntad, está siendo una de las estrategias más eficaces.

Respecto a la dimensiones del ser humano, estas estructuras actúan sobre la dimensión material de la persona: económica, corporal, biológica, psicosomática y al mismo tiempo sobre la dimensión espiritual: cultural, ideológica, moral incluso religiosa.

Respecto a los ámbitos de acción humana, la acción de estas estructuras abarcan tanto el ámbito de la persona individualmente considerada (interiorización); al mismo se genera un ambiente, un estado de opinión, una atmósfera informal que se respira y todo lo penetra (ambientación) y finalmente se determinan normas, leyes que configuran institucionalmente la sociedad y terminan estructurando el mundo (institucionalización/estructuración).

El resultado de todo ello es configurar una mentalidad socialmente aceptada de forma que toda disidencia real es condenada y excomulgada

El resultado de todo ello es configurar una mentalidad socialmente aceptada de forma que toda disidencia real[14] es condenada y excomulgada ya no tanto por el poder como por el conjunto de la sociedad que de esta forma es víctima y victimario al mismo tiempo.

En definitiva es toda una antropología la que está siendo conformada  para que desde ella se diseñen y revisen las estructuras e instituciones de pecado y su acción inicua sea cada día más eficaz.

  1. Carácter hologramático. Cada parte del sistema contiene al todo. Una de las propiedades más interesantes a tener en cuenta de las actuales estructuras de pecado es su naturaleza hologramática, propia de su complejidad. Esto significa que cada parte o producto derivado de una estructura de pecado contiene a escala toda la filosofía inicua de la estructura. Por ejemplo cuando analizamos un proyecto sanitario en una zona empobrecida. Ese proyecto instila de manera directa o indirecta todo un modelo antropológico, familiar, social, económico y político. Cuando una persona es atendida en un dispensario, cuando se compra un vestido en un centro comercial, cuando un niño lee su libros de texto, cuando ve los dibujos animados, o un anuncio está haciendo mucho más que una actividad concreta, está recibiendo toda una mentalidad encapsulada en un producto concreto. Las estructuras de pecado que forman el actual sistema social han asumido esta estrategia. No intentan que el sujeto asimile de forma racional todo un proyecto filosófico. Eso en la posmodernidad sería imposible. Conque aceptes una parte estás aceptando la totalidad. Puede ser que esa parte sea la (falsa) solidaridad de los ODS; puede que esa parte sea el empoderamiento de la mujer; puede ser que esa parte sea un modelo de familia X; puede ser que esa parte sea la AMS de tu hijo; puede ser que esa parte sea los derechos “humanos” de los animales; puede que sea el consumismo digital… cada ser humano tiene su “caballo de Troya” particular con el que poder inyecta todo el pack completo.
  2. Acceso directo a la conciencia. La tecnología actual ha entrado en un proceso acelerado, exponencial, en el que se están alcanzando objetivos impensables en espacios de tiempo muchos más breves de los esperados. Actualmente los dispositivos de conexión están  haciendo que cada persona reciba casi de forma particular el mensaje (comercial, social, político, religioso)  que es más apropiado para que su psicología lo asimile. Cada ser humano individualmente está o va estar conectado digitalmente  de forma permanente, las 24 horas al día, los siete días a la semana suministrando[15] preferencias, gustos, ideología, constantes biológicas, ubicaciones físicas, etc. Las grandes corporaciones de la economía digital están recibiendo, almacenando y tratando millones de datos susceptibles de der usados para lo que estimen más conveniente para sus intereses. Este proceso de hiperconetividad digital[16] está transformando toda la realidad. Por ejemplo nuestra vida, que es tiempo, está siendo permanentemente interrumpida, fraccionada, condicionando nuestro modo de relacionarnos, nuestro modo de aprender, nuestro modo de pensar con importantes consecuencias para la formación de nuestra conciencia. Así, entre estas estructuras e instituciones  que emiten digitalmente de forma constante y cada ser humano no va haber ninguna estructura intermedia como la familia, la escuela, la iglesia, el sindicato, el partido que actúe de filtro. El acceso a la conciencia de cada individuo va a estar cada día más diáfano a estas estructuras de pecado.[17]
  3. Complicidad conscientemente organizada. Identidad entre el victimario y la víctima. Una de las características más importantes de las actuales estructuras de pecado y que más consistencia les da es que la víctima de la estructura sea el mismo tiempo victimario, es decir, verdugo. También es una de la características que más literatura produce a la hora de dirimir responsabilidades. La idea básica al respecto es que toda estructura de pecado genera una complicidad más o menos jerarquizada entre las propias víctimas. Por un lado, se trata de que la propia víctima, como se ha dicho, colabore con la estructura de pecado directa o indirectamente y por otro lado que la víctima sea verdugo de alguien más débil. Desde los campos de concentración nazis, pasando por el genocidio de Ruanda hasta el actual consumismo de low cost, o la xenofobia y el racismo de los desempleados de los países enriquecidos contra los inmigrantes de los países empobrecidos, se ha repetido este esquema[18].

En el vértice de la estructura se sitúan personas con un gran nivel de poder y responsabilidad. Estas personas, no lo olvidemos, también son víctimas del mal aunque sean poderosos y por tanto necesitan ser redimidos también. Posiblemente vivan muy bien, tomen decisiones inmorales etc. Su salvación exige necesariamente el desmontaje de la estructura de pecado. Según se desciende en la jerarquía de responsabilidad cada sujeto que forma parte del sistema/estructura/institución actúa simultáneamente como víctima y como verdugo fortaleciendo a la estructura con su complicidad. No hay nadie que se libre de este mecanismo. Ni los más pobres, ni los más humillados se libran de su colaboración con el pecado estructural. Es cierto que no es lo mismo el nivel de responsabilidad de cada uno, pero también es cierto que no hay nadie que por su posición en la jerarquía de la estructura tenga garantizada su perfección moral. Es cierto la opción preferencial por los pobres, y que es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que un rico en el reino de los cielos, pero ello no significa que no sea necesaria la conversión de todos. Aceptada la conversión, personal y estructural, como punto fundamental, se descubre que esta no es posible sin pobreza, sin humildad y sin sacrificio. No podemos caer en el sociologismo (marxista, liberal o nacionalista) de que una clase, un colectivo, una etnia tiene una patente de corso por la cual está garantizada su idoneidad moral.

Carlos Llarandi[1]

 

[1] Militante del Movimiento Cultural Cristiano. Miembro de Nabucco Center y de  Profesionales por el Bien Común. Máster en DSI. Máster en CC del Matrimonio y la Familia.

[1] C. Fernández Liria. Los diez mandamientos y el siglo XXI, El Viejo Topo, 53. Sin duda el concepto más interesante que se forjó en la reflexión ética y moral del siglo XX fue el concepto de “pecado estructural”. Este concepto era la columna vertebral de la llamada Teología de la Liberación y los que se ocuparon en pensarlo eran fundamentalmente curas, obispos, cristianos de base que estaban directamente comprometidos en cambiar un mundo injusto y criminal.

[2]Melinda Gates. Un arma contra la pobreza.  Los anticonceptivos son un gran paso hacia el progreso social y el desarrollo de los países. EL PAIS. 11 de julio 2017 https://elpais.com/elpais/2017/07/10/opinion/1499671542_640602.html

[3] El diario ‘El País’ acumuló entre 2013 y 2014 más de un millón de euros en subvenciones de la Fundación Bill y Melinda Gates para poner en marcha la sección ‘Planeta futuro’, centrada en temas de desarrollo humano sostenible. El periódico de Prisa, que cerró 2014 con unas pérdidas de 3,71 millones de euros, según la última información remitida al Registro Mercantil, obtuvo 526.000 euros en 2013 y otros 561.000 en 2014 para desarrollar esta sección propia de la web de ‘El País’, centrada, sobre todo, en África, y que se estrenó en enero del año pasado. Como explicó entonces el propio periódico, ‘Planeta futuro’ es un proyecto que quiere reforzar la cobertura del diario de Antonio Caño en torno a la agenda de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), inicialmente fijados por Naciones Unidas para 2015. La fundación de Bill Gates mantiene acuerdos similares con otros medios internacionales, como la cadena de televisión estadounidense NBC y el diario británico ‘The Guardian’. El Confidencial. 26 de enero de 2016.

[4] Seguimos empleando el término sociedad civil en su sentido negativo, gramsciano: expresión social de la hegemonía del poder económico. La sociedad civil tendría un sentido positivo  ( el que utiliza la Iglesia) cuando se identifica con el conjunto de asociaciones intermedias que, nacidas del propio pueblo,  institucionalizan su acción voluntaria.

[5] Entendemos en progreso como un desarrollo adecuado del ser humano (antropología adecuada) en todas sus dimensiones. Todos los reduccionismos materialistas, utilitaristas  e individualistas o colectivistas son por el contrario  reaccionarios.

[6] Por ejemplo muy contrario a la cultura africana.

[7] Recordar en este punto que nuestro objetivo es mostrar finalmente una estructura de pecado contemporánea paradigmática como es el UN Global Compact.

[8] Es justo lo que ha pasado cuando los regímenes comunistas quisieron cambiar las sociedades capitalistas y viceversa tras la caída del comunismo, el liberalismo capitalista ha vuelto a reproducir los mismos males. Tanto el comunismo como el capitalismo son incapaces de redimir una naturaleza humana que, aunque hecha para la el amor, está herida por el pecado. Por ello siempre hay  que actualizar cómo hacer socialmente eficaz la gracia.

[9] Hanna Arendt. Los orígenes del totalitarismo. Ed. Alianza Editorial. Madrid.2009, 609.Hanna Arendt cuando describe la frialdad y el automatismo en la fase científica del exterminio por parte de la SS dice: Este nuevo sistema mecanizado alivió el sentimiento de responsabilidad tanto como era humanamente posible (…)

[10] Muchas ONGs o fundaciones orientadas formalmente para el desarrollo de los pueblos empobrecidos en realidad se dedican a implementar políticas de control de natalidad.(anticonceptivos, aborto, ideología de género) sin cuestionar las bases políticas y económicas del empobrecimiento o del cambio climático, o de la guerra, etc.

[11] Cf.  Gates. op.cit.

[12] Cf. Ibid. El artículo se juega deliberadamente con las expectativas de las mujeres adolescentes ejerciendo un auténtico chantaje sobre su maternidad.

[13] Esto ha cambiado respecto a la Modernidad en la que la estructura social  configuraba al individuo desde fuera. Hoy con los avances en neurociencias la tendencia se está invirtiendo: penetremos en el interior, deconstruyamos la naturaleza del ser humano y fabriquemos un ser humano a la imagen y semejanza de la estructura que se quiere crear.

[14] Hay que tener en cuenta que todo sistema social moderno tiende a generar su propia disidencia aparente para tener un mayor y mejor control social.

[15] Toda la economía digital de lo “gratuito” se basa en que el producto del negocio somos cada ser humano que suministramos datos fundamentales para hacer negocio no solo económico también político. Como ejemplo lamentable de esto hay que señalar que los responsables de la mayoría de fotos de niños en las redes sociales son los propios padres.

[16] No tenemos espacio en esta tesina para resaltar suficientemente la importancia capital de este mecanismo en el funcionamiento de las actuales estructuras de pecado.

[17] Millones de niños conectados mediante móviles tienen acceso a páginas web de todo tipo sin prácticamente ningún control real.

[18] Arendt., op.cit., 608. Hanna Arendt describe este mecanismo con una precisión impresionante. Aunque el texto es amplio no me resisto a transcribirlo:

                Este ataque contra la persona moral podía todavía haber quedado neutralizado por la conciencia de que el hombre le dice que es mejor morir como víctima que vivir como burócrata de la muerte. El terror totalitario obtuvo su más terrible triunfo cuando logró apartar a cada persona moral del escape individualista y hacer que las decisiones de la conciencia fueran absolutamente discutibles y equívocas (…)A través de la creación de condiciones bajo las cuales la conciencia deja de ser adecuada y hacer el bien se torna absolutamente imposible, la complicidad conscientemente organizada de todos los hombres en los crímenes de los regímenes totalitarios se extiende a las víctimas y así se torna realmente total (…) El hecho no es solo que el odio fuera desviado de quienes eran realmente culpables (los kapos eran más odiados que los hombres de la SS), sino que se hallará constantemente enturbiada la línea divisoria entre el perseguidor y el perseguido, entre el asesino y su víctima.