He tenido noticia de que el Presidente del Gobierno y seis ministros asistieron al estreno de la película “Mar Adentro” apoyando así expresamente la posibilidad de ofrecer la muerte a las personas que padecen tetraplejia….
Por Victoria Uroz
He tenido noticia de que el Presidente del Gobierno y seis ministros asistieron al estreno de la película “Mar Adentro” apoyando así expresamente la posibilidad de ofrecer la muerte a las personas que padecen tetraplejia.
Quiero hacer constar mi rechazo a este tipo de “solución final” por la que parece abogar el Gobierno. El Ejecutivo parece ignorar los problemas reales de los discapacitados, que no desean morir, sino recibir de nuestro Estado de bienestar la justa asistencia social que incluso nuestra Constitución les garantiza.
Es sorprendente que el Gobierno opte por ofrecer la muerte a los discapacitados e ignore al mismo tiempo sus problemas reales.
Actualmente, la pensión no contributiva por invalidez es de 267€. Unas 500.000 personas perciben en España esta exigua pensión, con la que difícilmente pueden salir adelante.
No obstante, el Gobierno parece más interesado en asistir al cine para apoyar una películas que aboga abiertamente por la muerte del discapacitado que en ofrecer soluciones a los problemas reales.
Por tanto, aprovechando el repentino interés por los discapacitados mostrado por el Gobierno, al tiempo que les hacemos llegar nuestro malestar por el apoyo a esta cinta, que minusvalora la vida y la dignidad del tetrapléjico, les proponemos las soluciones que suponen una mejora real para tetrapléjicos y parapléjicos, que sólo parecen merecer la atención de su Gobierno cuando piden la muerte:
1) Pensiones por invalidez que garanticen unas condiciones de vida dignas;
2) Ayudas domiciliarias para las personas que lo requieran;
3) Adaptación de los transportes públicos;
4) Mejoras en la accesibilidad de edificios públicos y privados;
5) Subvenciones de sillas de ruedas de propulsión eléctrica;
6) Subvenciones de vehículos especialmente adaptados.
Radio Vaticano dice que «Mar adentro» «explota los sentimientos del público»
La Razón
6 de septiembre de 2004
«Tritura la auténtica libertad de juicio, orientando la adhesión a la eutanasia», afirma
No todo han sido aplausos para Alejandro Amenábar y su «Mar adentro» en la Bienal de Venecia. Radio Vaticano, la emisora oficial de la Santa Sede, afirmó ayer en un reportaje del servicio informativo internacional que la cinta, que se ha proyectado en el Festival, «explota los sentimientos de público a favor de la eutanasia y ridiculiza la posición de la Iglesia católica». Radio Vaticano, que «comparte los sufrimientos y dudas» del tetrapléjico Ramón Sampedro, cree que el filme es un alegato «fácil» de la eutanasia.
Las primeras críticas a «Mar adentro», la cuarta película del director Alejandro Amenábar, las ha vertido Radio Vaticano. La emisora oficial de la Santa Sede considera que el filme «explota los sentimientos del público a favor de la eutanasia y ridiculiza la posición de la Iglesia católica». Después de su proyección el sábado en la Bienal de Venecia, Radio Vaticano emitió un reportaje sobre el Festival –recogido por Zenit– en el que se afirma que la cinta «tritura con el melodrama la auténtica libertad de juicio, orientando la adhesión del público al único deseo de Ramón, morir». Era de esperar. Es conocida la oposición de la Iglesia católica a la práctica de la eutanasia, que califica de «moralmente inaceptable», ya que alega que «constituye un homicidio gravemente contrario a la dignidad de la persona humana y al respeto del Dios vivo, su Creador» (Catecismo, 2277). Radio Vaticano ha reconocido que el caso de Ramón Sampedro es «un tema difícil y problemático» y que «la interpretación de Javier Bardem es impactante y arranca las lágrimas». «Pero, si bien se comparten los sufrimientos y dudas (de Sampedro), es demasiado fácil atacar los diferentes puntos de vista». Además, la emisora oficial de la Santa Sede considera que se ridiculiza «la intervención y las palabras de un sacerdote, también él tetrapléjico, metiéndole en los esquemas teóricos, siempre exigentes de la moral católica, olvidando que ésta pide ser vivida con fe y amor». De hecho, cuando Ramón Sampedro se suicidó tras pasar 28 años en la cama, numerosos sacerdotes, algunos de ellos con un caso similar de tetraplejia, aseguraron haber tratado de establecer contacto con el enfermo para alentarle, pero que el entorno de Sampedro se lo impidió tajantemente.
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