Cobra 750 euros al mes, 1 euro con 25 céntimos por hora. Mi amiga es peruana. Tiene papeles, pero contrato de trabajo no. Tampoco seguridad social.
Tengo una amiga que está de «interna».
Cuida a una mujer de 95 años. Trabaja los 7 días de la semana, las 24 horas del día, excepto los lunes, miércoles y sábados, que «sólo» trabaja 18 de las 24 horas.
Cobra 750 euros al mes, 1 euro con 25 céntimos por hora. Mi amiga es peruana. Tiene papeles, pero contrato de trabajo no. Tampoco seguridad social. Dice que la mujer es un poco difícil. Los hijos, que son quienes la pagan, deben ser «buena gente». Buenas personas, buenos profesionales, tal vez hasta buenos cristianos… Pero cuando se plantearon resolver el problema de su madre de 95 años, no se pararon a pensar en mi amiga. Ni en tantas otras mujeres como mi amiga. Seguro que ni se han dado cuenta de que tener que estar disponible 150 de las 168 horas de la semana «para lo que haga falta» es esclavitud.
Seguro que no son conscientes de que pagar 1,25 euros la hora es explotación. Seguro que jamás han pensado en que mi amiga pueda tener una vida social, afectiva, un proyecto de vida… Ni han caído en la cuenta que con 18 horas libres a la semana no se puede ser novia, ni esposa, ni madre…
Pero después de leer esta carta seguro se dan cuenta que es ilegal e inmoral tener a una persona todo el día trabajando por un poco de dinero, techo y comida.
Tal vez a mi amiga en breve la hagan un contrato, y la den de alta en la seguridad social. Tal vez la empiecen a pagar dignamente, y dejen de abusar de su necesidad…
Quizás, en breve, mi amiga, y todas las mujeres como mi amiga, puedan empezar a disponer de su tiempo, plantearse el construir una familia… y en definitiva, protagonizar su vida.
Nuria Sánchez Díaz de Isla
Militante del Movimiento Cultural Cristiano
y del Partido SAIn (Solidaridad y
Autogestión Internacionalista)