Mijaíl Kaláshnikov: “Mi dolor espiritual es insoportable”

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Mijaíl Kaláshnikov, el diseñador del fusil de asalto AK-47, escribió en abril de 2013 una carta al patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, en la que se expresaba su remordimiento por las muertes causadas por su invento.

"Mi dolor espiritual es insoportable. Tengo la misma pregunta sin resolver: ¿Si mi rifle se llevó la vida de las personas?, entonces puede ser que soy culpable por las muertes de las personas, aunque fueran enemigos", se preguntó Kaláshnikov, que falleció el pasado 23 de diciembre a los 94 años en un hospital de la república rusa de Udmurtia, a unos mil kilómetros al este de Moscú.

La carta, reproducida por el diario ruso Izvestia este lunes, estaba escrita a mano y firmada por Kaláshnikov, que se describe a sí mismo como "un siervo de Dios". El inventor del AK-47 explicó en la misiva que fue por primera vez a una iglesia a la edad de 91 y fue bautizado más tarde. "El Señor me mostró el camino en la tarde de mi vida… Cuando crucé el umbral de una iglesia, mi alma sintió como si hubiera estado allí antes".

El secretario de prensa del patriarca, Alexander Volkov, afirmó al diario ruso que el líder de la Iglesia recibió la carta y escribió una respuesta personal. "La Iglesia tiene una posición muy definida: cuando las armas sirven para proteger a la patria, la Iglesia apoya tanto a sus creadores y los soldados que lo utilizan", dijo Volkov.

El AK-47 debe su nombre a que fue en 1947 cuando Kaláshnikov finalizó el diseño del rifle, luego de experimentar extrema carencia de armas en el Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial. El inventor siempre aseguró que su intención era defender a su patria, Rusia, y que lamentaba que su invento hubiese caído en malas manos.

El rifle fue adoptado por los países miembros del Pacto de Varsovia como arma principal de su infantería y en la actualidad forma parte del arsenal de 55 ejércitos de todo el mundo. En total, se estima que se han fabricado más de 100 millones de unidades, incluidas variantes y falsificaciones (el 90% del total de los AK producidos en el mundo se fabrican sin autorización o con licencias caducadas, según las autoridades rusas, ya que la URSS nunca patentó el invento).

Fuente: El País