Miles de rostros de esclavitud infantil bengalí

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Niños con apenas 13 años que trabajan en condiciones de esclavitud, para ayudar a sus familias que apenas tienen trabajo para subsistir.

Emon Hawlader gana 1.500 takas (17,5 euros) al mes. A cambio, trabaja los 365 días del año, nueve horas diarias, aunque a veces alarga su jornada toda la noche si hay muchos vehículos que reparar. Aguanta las bofetadas, martillazos u otras agresiones de su jefe cuando se equivoca, y se lleva algún golpe en la cabeza cuando está debajo de un coche y hace algún mal movimiento. ¿Por qué un niño de 13 años está arreglando bujías y pistones en vez de jugando al fútbol con amigos en el recreo del colegio entre clases? El patrón dice que está aprendiendo el oficio y «sacándose un dinerillo mientras estudia». «Sé que está prohibido, pero no le exploto», apostilla. La madre explica que el sueldo del padre, ayudante de un conductor de camionetas, no da para comer y pagar el alquiler. Por eso, su hijo y la mayor de las chicas, de 11 años, trabajan.

Así lo relata el niño: “No se supone que tenga estar feliz o sentirme bien, sino ayudar a la familia. El jefe me regaña, no se porta bien conmigo, pero si trabajas en un taller es normal que te peguen”.

“Es por la pobreza”, sentencia Abdus ShahidMahmood, presidente de la Bangladesh ShishuAdhikarForum (BSAF), una coalición de organizaciones contra el trabajo infantil. La ecuación es así de sencilla. En Bangladesh, un 43,25% de sus 156,5 millones de habitantes vive en situación de pobreza extrema —con menos de 1,25 dólares al día—. Y un 80% de los que tienen un empleo subsiste con menos de dos dólares diarios. Gran parte de ese abultado porcentaje de miseria lo engrosan y sufren los niños, que representan un 40% de la población del país (más de 60 millones). El resultado: abundante mano de obra muy barata.

“De acuerdo con la legislación, los menores de 14 años no pueden trabajar. Y los que tienen entre 15 y 17 pueden ser contratados, pero no en empleos peligrosos para su salud física o mental”, apunta ShahidMahmood en referencia a la Bangladesh Labour Act (ley del trabajo) de 2006 y la Child Labour EliminationPolicy (NCLEP) aprobada en 2010. Pero tales leyes no se cumplen. Casi ocho millones de niños son la prueba; el 93,3% trabaja informalmente por salarios pírricos de entre 10 y 20 euros al mes, en condiciones infrahumanas y sin derecho alguno. Así lo revela la última estadística oficial disponible realizada por el Gobierno en 2003. “Y sabemos que el número ha aumentando desde entonces. Calculamos que ahora hay 10 millones, pues la población aumenta, hay más inmigración de las zonas rurales a la ciudad y los pequeños encuentran empleo más fácilmente para mantener a la familia”, abunda. Si esa cifra se confirmase en la nueva encuesta pública al respecto que está elaborando el actual Gobierno y cuyos resultados se conocerán a finales de 2015, más del 16% de los niños del país estarían en esta situación. Multiplicarían por cinco la plantilla de la empresa privada con más empleados del mundo: Wallmart.

Fuente: Diario El País (* Extracto )