Niños obligados a comer entre la basura, en zonas insalubres, alimentos que no se distribuyen, el hambre (la guerra del hambre) que sigue agravándose. Esta es la situación en el campo de refugiados de Otash en Nyala, Darfur del Sur, donde el responsable del centro ha informado de la muerte y envenenamiento de algunos niños y jóvenes llevados al hospital en estado crítico tras haber comido del vertedero de El Kosha, cercano al campo.
La crisis alimentaria se está agravando en todo Sudán, con el consiguiente aumento de las tasas de malnutrición entre los refugiados a causa de la falta de alimentos.
En los últimos meses se ha informado de muertes por inanición que están exasperando una situación ya muy precaria en todas partes (véase la Agencia Fides 10/10/2022). Los más vulnerables en estos tiempos de crisis son especialmente los desplazados. Según los informes, decenas de personas ya han muerto de hambre en el campo de refugiados de Foro Baranga, en Darfur Occidental, desde la pasada primavera, como consecuencia del golpe militar del 25 de octubre de 2021 (véase Agencia Fides 25/10/2021), las organizaciones humanitarias nacionales e internacionales se enfrentan a continuas dificultades para acceder y distribuir alimentos y productos de primera necesidad en el campo.
Según los informes, el jefe del campo de Otash instó a las autoridades a proteger la temporada agrícola, en particular proporcionando seguridad a los desplazados y a sus tierras de cultivo, con el fin de promover la producción de alimentos para los desplazados. La actual temporada podría ser prometedora, pero preocupa que los pastores dejen pastar su ganado en las tierras cultivadas, destruyendo los cultivos.
En esta época del año se producen regularmente disputas entre pastores y agricultores en Darfur. Como la temporada de lluvias termina en septiembre y los pastores necesitan pastos frescos, dejan que su ganado paste en tierras de cultivo que aún no han sido cosechadas. En el pasado se registraron procedimientos tribales de compensación por las cosechas perdidas, pero la situación cambió durante el régimen del ex presidente y dictador Omar Al Bashir, que fue depuesto en un golpe de Estado en 2019 tras 30 años en el poder. El régimen apoyaba a las tribus de pastores árabes de la región, mientras se oponía a los agricultores africanos no árabes. Los miembros de las tribus árabes fueron reclutados por el régimen de Al Bashir para unirse a la milicia Janjaweed. Al Bashir empleó estas milicias árabes para reprimir un levantamiento sobre la marginación étnica en la región, dirigido principalmente a los agricultores africanos no árabes. Muchos de estos agricultores siguen viviendo en campos de desplazados internos.
Agencia Fides