El Centro de Estudios e Investigación y Atención Social (Ceidas) reveló que los grupos indígenas, mujeres, menores de edad y migrantes indocumentados, son las principales víctimas de la trata de personas.
La trata es considerada por muchos la esclavitud del siglo XXI y actualmente más de 1.5 millones de personas son presas de este tipo de delito en el territorio nacional mexicano.
La mayoría de las víctimas provienen de Centroamérica. Países como Guatemala, El Salvador, Honduras quienes van de tránsito por México rumbo a los Estados Unidos.
El tratante contacta a la víctima a través de engaños, falsas promesas o mediante el uso de la fuerza. Su traslado puede ser al interior de un país y a nivel internacional. Generalmente a la víctima se le cobra el traslado, el cual se traduce en una deuda económica o trabajo en servidumbre.
La relación entre el tratante y la víctima es prolongada y se caracteriza por condiciones de dependencia, malos tratos o degradantes, abusos y explotación.
Al ser obligados en algunas ocasiones a la prostitución, los riesgos a la salud que enfrentan las personas que son reclutadas son: enfermedades de transmisión sexual, daños físicos y psicológicos muchas veces irreversibles.
De acuerdo con esta organización, año tras año se va incrementando el turismo sexual infantil, particularmente en sitios turísticos como Cancún y Acapulco, además de ciudades fronterizas como Tijuana y Ciudad Juárez.
Los turistas extranjeros son los principales consumidores de este tipo de comercio y principalmente son originarios de Estados Unidos, Canadá y Europa.
Los indígenas mexiquenses de zonas en el sur de la entidad como matlatzincas, nahuas y otomíes, son los más afectados.
El 56% de las víctimas de trabajos forzosos son mujeres y niñas, cantidad que se eleva en ese mismo sector de la población hasta 98 por ciento en situación de explotación sexual.