Multinacionales instaladas en Brasil colaboraron con la dictadura en las décadas de los sesenta y setenta

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Así lo denunció el diario brasileño "O Globo", medio que asegura que hubo compañías que llegaron a montar "centros de espionaje" internos. En el encuentro supuestamente participaron representantes de Volkswagen, General Motors, Chrysler, Firestone y Phillips, según afirma el diario…

Así lo denunció el diario brasileño «O Globo», medio que asegura que hubo compañías que llegaron a montar «centros de espionaje» internos

Varias empresas multinacionales instaladas en Brasil colaboraron, desde el golpe de Estado de 1964, con los sucesivos gobiernos militares de este país, ofreciendo a los servicios de seguridad informaciones detalladas de empleados considerados sospechosos. Así lo denunció el diario brasileño «O Globo», medio que asegura que hubo compañías que llegaron a montar «centros de espionaje» internos.

De esta forma, el esquema de colaboración entre las empresas y la policía política brasileña, conocida como DOPS (Departamento de Orden Político y Social) se montó en noviembre de 1969, en una reunión que mantuvieron los jefes de seguridad de las compañías (la mayoría del área de la automoción) con representantes del Gobierno.

En esa cita se habría decidido la formación de un grupo de trabajo para coordinar las tareas de espionaje en las fábricas y en los sindicatos, con el foco puesto en el cordón industrial que rodea la ciudad de San Pablo.

En el encuentro supuestamente participaron representantes de Volkswagen, General Motors, Chrysler, Firestone y Phillips, según afirma el diario.

Finalmente, «O Globo» dice que la Federación de Industrias de San Pablo (FIESP) pidió tropas al gobernador paulista en 1978 para reprimir las huelgas que proliferaron ese año en todo el cordón industrial. Fue en esa época en la que surgió el liderazgo sindical del presidente brasileño Luiz Inacio «Lula» da Silva