Al menos 126 personas han muerto este jueves a primera hora de la mañana en un accidente en una mina de jade en el norte de Myanmar por un corrimiento de tierra, según informan fuentes oficiales.
Entre otros grupos, las explotan organizaciones guerrilleras, señores de la guerra, narcotraficantes y militares
Los mineros estaban extrayendo jade de las laderas excavadas en una mina de Sate Mu, en la región de Hpakant, una remota localidad situada en el Estado de Kachin, cuando quedaron sepultados por el barro causado por las lluvias del monzón, según ha informado el departamento de Bomberos en un comunicado. En el momento del deslizamiento, en la mina se encontraban cientos de personas y las autoridades creen que la mayoría de ellos habrían quedado sepultados, según ha explicado a la agencia oficial de noticias china Xinhua un agente de la policía local.
Según el cuerpo de bomberos birmano, el accidente tuvo lugar sobre las 8.00 hora local (03.30 en la España peninsular) en cinco parcelas abandonadas donde buscadores ocasionales trabajan generalmente de manera precaria. En la última actualización de datos, de última hora de la tarde, los bomberos han cifrado en 126 el número de cadáveres hallados, si bien han advertido de que hay aún muchos desaparecidos. “Hay otros cuerpos en el barro. Las cifras van a aumentar”, señaló a Reuters Tar Lin Maung, del Ministerio de Información.
Los accidentes en este tipo de yacimientos son habituales en el país. Aunque el Gobierno de la premiada con el Nobel de la Paz, la consejera de Estado Aung San Suu Kyi, propuso reformar la industria cuando llegó al poder en 2016, los activistas del sector aseguran que poco ha cambiado desde entonces.
Las ventas oficiales de la extracción de jade alcanzaron los 670 millones de euros entre 2016 y 2017, según publicó el Gobierno como parte de una iniciativa de transparencia en la industria. Los expertos creen que el verdadero valor de la industria, que principalmente exporta a China, es mucho mayor.
Muchos residentes, y decenas de miles de migrantes de otras zonas del país, viven de la extracción de jade en la región de Hpakant; algunos están contratados por empresas multinacionales, la mayoría trabajaban de manera informal y sin ningún tipo de protección. Los deslizamientos de tierra son generalmente provocados por el derrumbe parcial de paredes y muros de contención como consecuencia de la extracción ilegal. En noviembre de 2015, un deslizamiento de tierra en la misma región acabó con la vida de 116 personas.
La ONG Global Witness denunció en 2015 la precaria situación en la que trabajan los buscadores de jade en unos yacimientos que, entre otros grupos, explotan organizaciones guerrilleras, señores de la guerra, narcotraficantes y militares. Myanmar es el mayor productor mundial de jadeíta, una preciada variedad de jade que se extrae principalmente en las montañas de Kachin.
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