Casos como el de Madison Grant o las teorías eco-sociales de Ernst Haeckel nos alertan de una falsa ecología que no respeta la integridad y la dignidad de los seres humanos.
El Papa Francisco en el capítulo IV de la encíclica Laudato Si, habla sobre la ecología humana, ambiental económica social y cultural, es decir, integral. Por otra parte, también sobre la vida cotidiana y el principio del bien común como lo contrario a la individualidad social que impera.
La Iglesia ha marcado claramente una postura frente a los deslizamientos de un ecologismo que más que un movimiento social, ha sido y es una corriente ideológica fabricada desde el poder frente a los más pobres y a los más débiles.
Fue el zoólogo alemán Ernst Haeckel quien en 1867 acuñó el término “ecología” para referirse a las interacciones entre los organismos y el medio ambiente en el que habitan. Haeckel popularizó la teoría evolucionista de Darwin, pero también sostuvo opiniones nacionalistas y antisemitas. De la misma forma, una buena parte de los jerarcas nazis defendieron y aplicaron medidas orientadas a la puesta en práctica de la agricultura orgánica y a minimizar el impacto sobre el entorno natural de la construcción de autopistas, a mayor gloria del Tercer Reich. Como sostienen Biehl y Staudenmaier, “desde sus mismos comienzos, la ecología estuvo vinculada a un marco político intensamente reaccionario”.
Haeckel sostenía que las razas primitivas estaban en su infancia y precisaban supervisión y protección de sociedades maduras. Ernst Haeckel afirmaba:
«La selección nos enseña que, en la vida humana, tal como en la vida animal y vegetal, en cada lugar y tiempo, sólo la pequeña minoría privilegiada puede continuar existiendo y floreciendo; la gran masa debe padecer inanición y perecer más o menos prematuramente en la miseria (…) Podemos lamentar profundamente este dato trágico, pero no podemos negarlo ni alterarlo».
El caso Madison Grant es un ejemplo de esta realidad y de estas corrientes.
Algunos de los apuntes en estos guiones.
- El caso Madison Grant es una referencia clara sobre las numerosas fuentes comunes entre el movimiento nazi y el movimiento ecologista o, si se prefiere, entre el movimiento nazi y la manipulación posmoecologista de la defensa del medio ambiente por parte del corporativismo posmoderno.
- Madison Grant (1865-1937) fue, a la vez, el gran promotor e ideólogo norteamericano del movimiento conservacionista-ecologista, del movimiento eugenésico y del racismo nórdico.
- Grant fue una persona de extraordinaria influencia en EEUU, siendo amigo personal de los presidentes Theodore Roosevelt y Herbert Hoover. Fue un gran líder ecologista y conservacionista. Entre otras actividades, fundó la liga Save the Redwoods en 1918.
- A la vez, Madison Grant fue un importante ideólogo de la eugenesia y del racismo nórdico. Su obra fundamental, “La caída de la gran raza”, de 1916, fue una obra de referencia para el racismo científico no sólo en Estados Unidos. Hitler llegó a escribir a Grant que “ese libro es mi Biblia”. En los juicios de Nuremberg, este libro fue usado por la defensa como prueba de que el nazismo no era un fenómeno exclusivo de Alemania.
- Madison Grant tuvo una extraordinaria influencia en el naciente movimiento ecologista norteamericano, en las primeras normas medioambientales, y en numerosas organizaciones ecologistas como Wildlife Conservation Society, Save the Redwoods League, The Boone and Crockett Club, American Bison Society o la Galton Society.
- Como veremos, la influencia de Madison Grant no fue el único nexo de unión entre los movimientos eugenésicos y ecologistas en Estados Unidos. La implicación de personas de vocación eugenésica y racista en los primeros movimientos ecologistas fue generalizada, incluyendo su gran referente Gifford Pinchot o la primera organización ecologista de referencia actual en EEUU, el Sierra Club.
- La interrelación entre eugenesia, nazismo y ecologismo ha sido fundamental en el origen y desarrollo del movimiento ecologista tanto en Estados Unidos (Sierra Club) como en Europa (WWF, Club de los 1001). El tránsito del ecologismo nazi de la primera mitad del siglo XX al posmoecologismo actual, apoyado en el catastrofismo climático fue, en buena parte, una evolución natural, permanentemente reorientada en función de los intereses de las grandes corporaciones.
Fuentes: EKAI Center, Nortes.me, Encíclica Laudato Si
Redacción solidaridad.net