Denuncian los arzobispos Onaiyekan y Kaigama de Nigeria.
Los obispos de Nigeria han censurado al gobierno, afirmando que es demasiado débil para afrontar la creciente amenaza de los islamistas que llevan a cabo una campaña de terror contra los cristianos.
El arzobispo Ignatius Kaigama, presidente de la Conferencia Episcopal y el arzobispo John Onaiyekan de Abuja denunciaron la débil respuesta del gobierno a la creciente amenaza de los grupos islamistas, afirmando que los cristianos están cada vez más en riesgo de un ataque.
Hablaron después de que al menos 21 personas fueran asesinadas y más de otras veinte heridas ayer domingo 29 de abril, en ataques coordinados que tenían como objetivo los servicios dominicales en un campus universitario en Kano, y una capilla en Maiduguri que pertenece a la Iglesia de Cristo de Nigeria.
La violencia es la última de una serie de ataques a los fieles en domingo pero, en un signo de que la situación ha empeorado, los cristianos de la capilla de la Universidad Bayero fueron tiroteados por islamistas cuando trataban de escapar del escenario.
Nadie ha reivindicado la autoría de los ataques
Hablando desde Nigeria, en entrevistas con la fundación católica Ayuda a la Iglesia Necesitada, ambos obispos dijeron que han perdido la paciencia con los nulos esfuerzos del gobierno para detener la crisis causada por Boko Haram y otros grupos militantes.
El arzobispo John Onaiyekan dijo: «Al principio estábamos dispuestos a ser pacientes con el gobierno cuando decía que este tipo de terrorismo islámico es nuevo».
«Han tenido tiempo suficiente para aprender cómo manejar esta situación, reuniendo inteligencia sobre los directamente implicados y ofreciendo documentación».
«Ha quedado claro que tenemos un débil gobierno que ha reunido un conjunto de compromisos que significan que la acción que debería tener lugar no está teniendo lugar».
El arzobispo dijo que el gobierno estaba demasiado dividido «para mostrar la voluntad política» para afrontar la crisis.
Por su parte, el arzobispo Kaigama dijo: “Los ataques crecientes muestran que la seguridad del gobierno no funciona«.
«El gobierno no es capaz de manejarse con la situación de seguridad y nos sentimos completamente aprensivos como resultado».
«Por qué el gobierno no puede identificar a la gente implicada desconcierta a la imaginación. Yo pago impuestos y tengo derecho a saber que se está haciendo sobre el problema».
El arzobispo Kaigana, cuya diócesis norteña de Jos ha estado entre las más afectadas por la violencia islamista, dijo: «Estos jóvenes asesinados en la universidad eran la esperanza de nuestro país. Esto desafía a la lógica, Eran gente que trataba de construir un país mejor».
El grupo islamista Boko Haram, que ha reivindicado la responsabilidad de un número de ataques, se dice que ha asesinado al menos a 450 personas este año sólo en violencia contra objetivos no sólo de iglesias sino de edificios del gobierno, la policía y mercados.
En uno de los peores ataques, 44 personas fueron asesinadas y más de 80 heridas el día de Navidad, el año pasado, cuando un suicida con bomba atentó contra la iglesia católica de Santa Teresa, en Madalla, fuera de la capital.
El mes pasado, un portavoz de Boko Haram dijo que el grupo terrorista islamista ha declarado «una guerra a los cristianos» y que busca su «erradicación» de todas las partes del país.