Más de 120.000 niñas, algunas de apenas ocho años de edad, son forzadas a servir como combatientes o sirvientes, en la mayoría de los casos cocinando o actuando como porteros.
La organización no gubernamental británica Save the Children («Salven a los niños») afirmó que decenas de miles de niñas son obligadas a trabajar en contra de su voluntad para grupos armados en conflictos mundiales.
En un nuevo informe, la organización reclamó a líderes mundiales y gobiernos que se tomen medidas urgentes para contrarrestar lo que llamó una guerra contra la infancia.
Un portavoz de la organización dijo que los hallazgos resaltan una preocupante tendencia mundial y no son exclusivos de un país o continente.
Save the Children aseguró que se trata de un ejército escondido de niñas.
Más de 120.000 niñas, algunas de apenas ocho años de edad, son forzadas a servir como combatientes o sirvientes, en la mayoría de los casos cocinando o actuando como porteros.
Abuso sexual
Muchas de ellas fueron secuestradas y prácticamente todas han sido víctimas de abuso sexual, obligadas a ser esclavas sexuales o acompañantes de los combatientes, agregó Save the Children.
La mayoría de las veces tienen tanto miedo que no se atreven a intentar escapar. En ocasiones, temen el castigo de sus captores o a ser condenadas a vivir en el ostracismo si logran regresar a sus comunidades.
A juicio de la organización, la situación es alarmante en Sri Lanka, Uganda y la República Democrática del Congo.
En Uganda, unas 6.500 niñas son reclutadas como soldados del Ejército de Resistencia del Señor, por lo que constituyen el 33% de ese grupo armado.
Cerca de 12.000 niñas asociadas a las fuerzas armadas en la República Democrática del Congo, y en Sri Lanka, uno de los países del sudeste asiático devastados por el tsunami de diciembre, 21.500 niñas están vinculadas a los grupos rebeldes.
El rostro de la guerra
Mike Aaronson, director general de Save the Children, declaró que «cuando las personas se imaginan un conflicto, piensan en hombres enfrentados en un sangriento combate, pero las niñas son el rostro escondido de la guerra».
Agregó que «este espantoso abuso de los derechos de las niñas necesita de una acción urgente. Es hora de detener la guerra contra los niños». Save the Children plantea la necesidad de mayor financiamiento para desarrollar programas que les permitan recuperar su dignidad y regresar
a una vida normal.
Aaronson señaló que los programas de rehabilitación de la comunidad internacional tienen fondos insuficientes que son inapropiados para atender las necesidades de estas niñas de guerra.