«No apartemos nunca la mirada de los niños y niñas que viven en la pobreza, que son explotados laboral y sexualmente»

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Niños esclavos

«Pidamos a Jesús, que acaba de nacer en Belén, que custodie la vida naciente de quienes sufren la injusticia de la guerra y, como dice el Papa Francisco, pierden la capacidad de sonreír. No apartemos nunca la mirada de los niños y niñas que viven en la pobreza, que son explotados laboral y sexualmente». Este es el llamamiento lanzado por la Comisión de Vida, Laicos y Familia de la Conferencia Episcopal Argentina con motivo de la Fiesta de los Santos Mártires Inocentes, que se celebra el 28 de diciembre.

Con esta fiesta, la Iglesia recuerda a todos aquellos niños a los que Herodes, en un intento de eliminar al Niño Jesús, mandó matar cruelmente, como relata el Evangelio: «Cuando Herodes se dio cuenta de que los Magos se habían burlado de él, se enfureció y mandó matar a todos los niños de Belén y de todo su territorio que tuvieran dos años o menos, según el tiempo que había sabido exactamente de los Magos. Entonces se cumplió lo que había sido dicho por medio del profeta Jeremías: ‘Se oyó un clamor en Ramá, un llanto y un gran lamento: Raquel llorando por sus hijos y no quiere ser consolada, porque ya no están'». (Mt 2, 15-18).

El texto difundido por la Conferencia Episcopal Argentina, destaca que “en cada celebración de la Navidad renovamos nuestro profundo deseo de cuidar la vida, de ayudarla a nacer y a crecer». En esta fiesta de los Santos Inocentes «volvemos a implorar al cielo por los niños y niñas perseguidos a los que se arrebata de tantas maneras el don de la vida». Por último, el texto implora la intercesión de los Santos Inocentes Mártires para que «protejan las almas de los que viven en el santuario materno e intercedan por nosotros, para que con valentía cuidemos y velemos por cada vida que existe en nuestra patria».

En América Latina, decenas de millones de niños y adolescentes menores de 18 años viven en la miseria. Incluso los países que han experimentado mejoras en sus condiciones de vida no consiguen implicar en este proceso a los niños, a quienes son negados en gran medida sus derechos básicos. Como consecuencia del aumento de la migración, la violencia y los riesgos relacionados con el cambio climático, Unicef estima que 16,5 millones de niños y adolescentes de América Latina necesitarán ayuda humanitaria el próximo año.
El informe regional de Unicef del pasado noviembre también señala que los niños de América Latina y el Caribe corren el riesgo de sufrir violencia en casa, en la escuela y en la calle desde que cumplen un año. Casi 2 de cada 3 niños de entre 1 y 14 años de la región sufren disciplina violenta en casa. Además de los castigos físicos y las agresiones psicológicas en la primera infancia, los abusos sexuales y los homicidios afectan a millones de niños y adolescentes. La tasa regional de homicidios de niños y adolescentes (12,6 por 100.000) es cuatro veces superior a la media mundial (3 por 100.000). El homicidio es la principal causa de muerte entre los adolescentes de 10 a 19 años.

En esta fiesta del 28 de diciembre, la Iglesia en Colombia también se inspira en los Santos Inocentes para rendir homenaje a la vida y hacer un llamamiento al respeto de la dignidad de toda persona. El padre John Jaime Ramírez Feria, delegado para la comunicación de la Arquidiócesis de Ibagué, ofrece una reflexión basada en la lectura del pasaje evangélico de San Mateo: “Este Evangelio pone de relieve la dignidad de toda persona, hoy que asistimos a tanta violencia, a tanta crueldad, desde el momento de la concepción, a la falta de respeto a la vida, a tantas víctimas del aborto, pero también a tantas que sufren la violencia, a otras mujeres como Raquel, que lloran la pérdida de sus hijos». «Es un día para proclamar la vida y despertar la solidaridad con todos los que sufren», ha dicho para concluir.
(SL) (Agencia Fides 28/12/2022)