No Matarás.Comunicado de la conferencia episcopal de Honduras(06-02-04)

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Los obispos de Honduras, en la Primera Reunión Plenaria de la Conferencia Episcopal del año 2004, hemos examinado con mucha preocupación cómo a través de ASHONPLAFA y la SECRETARIA DE SALUD PUBLICA DE HONDURAS, se ha comenzado la promoción y distribución de píldoras anticonceptivas de emergencia en unión de MARIE STOPES HONDURAS (la más grande cadena de clínicas de aborto en Gran Bretaña).
En enero del año 2002 sostuvimos una conversación fraterna con el recién nombrado secretario de Estado en el despacho de Salud Pública, poniéndole en guardia frente a la ofensiva internacional para implementar métodos abortivos en las políticas de las Naciones Unidas para el control poblacional; sin embargo, el 4 de noviembre del 2002, el señor secretario de Estado de Salud Pública POR LEY, inició la campaña de «Anticoncepción de emergencia». En aquella oportunidad, junto con 24 organizaciones de la Sociedad Civil, expresamos nuestra consternación solicitando a las autoridades responsables, prohibir la promoción, venta y uso de ese procedimiento, haciendo ver cómo Salas Constitucionales de la Corte Suprema de Justicia de Argentina y de Chile habían prohibido la fabricación y comercialización del fármaco utilizado en dicho programa.


 


En vista de que no han sido escuchadas nuestras voces y, al contrario, se ha utilizado incluso la televisión de manera irrespetuosa para la conciencia de muchas personas, nos vemos obligados a expresar con firmeza lo siguiente:


 


1. La vida es el don más grande de Dios dado a los seres humanos. Solamente el Creador puede darla o quitarla. El hombre y la mujer son colaboradores de Dios en la transmisión de la vida, tarea llena de responsabilidad y dignidad.


 


2. El aborto es «un crimen abominable» que va contra el quinto mandamiento de la Ley de Dios: «NO MATARAS».


 


3. Aunque asociaciones de planificación familiar quieran definir el embarazo solamente desde la implantación del óvulo fecundado en la pared del útero materno, las conclusiones científicas de la genética, permiten afirmar que la vida de un nuevo ser comienza en el momento de la fecundación. El óvulo fecundado ya tiene el genoma completo de un nuevo ser, es vida humana.


 


4. Es un sofisma hablar de pre-embrión como algo distinto al embrión. El óvulo fecundado, es decir, el cigoto unicelular, tiene un desarrollo continuado, gradual y coordinado, sin saltos cualitativos.


 


5. La anticoncepción hormonal post-coital (píldora del día después), cuando impide la implantación o anidación del óvulo fecundado, es claramente abortiva, ya que elimina directa y voluntariamente la vida de un ser humano recién concebido.


 


6. La ley de la Iglesia Católica contenida en el Código de Derecho Canónico expresa claramente: «Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión inmediata». (canon 1398).


 


7. No se puede ser miembro vivo del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, si se es cómplice en la promoción de métodos abortivos. El que así lo hace, se sitúa en contra del Dios de la Vida y, por consiguiente, se excluye de la comunión en el Cuerpo de Cristo. Eso significa la excomunión.


 


8. Exhortamos a los sacerdotes, agentes de pastoral y a todos los fieles cristianos laicos a reflexionar en comunidad sobre esta problemática, a esclarecer las equivocaciones inducidas en muchas personas a través de la publicidad incompleta y manipulada, a orar más intensamente para que esta campaña no sea un intento más de obtener la legalización del aborto y a conservar la unidad del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia.


 


9. Acabamos de celebrar, con una demostración cada vez mayor de fe y devoción cristiana la Festividad de Nuestra Señora de Suyapa, Patrona de Honduras. La mejor manera de honrarla y prolongar en la práctica el amor a la Virgen María, se demostrará en la defensa de la Vida y en el rechazo frontal de las pastillas anticonceptivas de emergencia.


 


Que ningún médico ni enfermera católico sea cómplice de esta campaña de destrucción masiva de vidas humanas.


 

Tegucigalpa, 6 de febrero del año 2004. Cardenal Oscar A. Rodríguez Maradiaga, SDB, Arzobispo de Tegucigalpa y Presidente de la C.E.H.