La industria farmacéutica lleva más de una década oliéndose el filón de la infancia, presionando a las autoridades sanitarias para que baje el listón y promocionando las píldoras en la televisión cuando los pequeños aún están despiertos. Sólo así se explica el éxito insospechado de productos como el Prilosec, para combatir la acidez de estómago, consumido a diario por más de 250.000 niños en EEUU. O el Aricept, usado para combatir el Alzheimer y redescubierto para tratar el déficit de atención la hiperactividad donde sigue sin tener rival el Ritalin. La fiebre de este medicamento es tal que muchas escuelas han popularizado la hora R, para que los niños aquejados por la hiperactividad tomen a diario la píldora que les suministra la profesora.
Fuente: Revista Autogestión
La infancia de EEUU a España.
Más de tres millones de niños estadounidenses toman diariamente Retalin, la píldora mágica contra la hiperactividad. Medio millón de menores de ocho años le dan a los antidepresivos como el Prozac, que ahora es legal. También es legal tomar píldoras adelgazantes como el Xenical a los 12 años, por aquello de combatir la obesidad infantil. |
Los niños españoles: Se calcula que el estrés afecta a cuatro de cada diez menores en este país. La depresión deja su muesca amarga en el 8% de los más pequeños. El sobrepeso afecta al 26% de la población infantil, el doble que hace 15 años. |
La industria farmacéutica lleva más de una década oliéndose el filón de la infancia, presionando a las autoridades sanitarias para que baje el listón y promocionando las píldoras en la televisión cuando los pequeños aún están despiertos. |
El doctor Stephen Borowitz, profesor de Pediatría de la Universidad de Virginia, a propósito de esta tendencia declaraba que «la gente está obsesionada con ponerle etiquetas a sus problemas y encontrar un tratamiento fácil a lo que tienen. Me temo que los niños están adoptando esta misma actitud».
Jose Luis Pedreira, psiquiatra infantil del Hospital Niño Jesús de Madrid lamenta el retraso que hay en España en el terreno del análisis de estos problemas en la infancia. Aquí, afirma, el 15% de los chicos ya sufre trastornos emocionales, y un 30% de los que acuden al pediatra, sufre alteraciones afectivas. Pedreira insiste en la importancia del entorno diario y recuerda que el factor más estresante para un niño puede ser «la falta de referentes en una familia». También apunta al uso abusivo de los medios audivisuales, del que ya llaman «tiempo de pantalla», y que ronda entre las dos y las tres horas diarias (entre las que hay calculados la visualización de 10.000 anuncios al año). Ya hay estudios también de esto en EEUU que revelan que el 43% de los norteamericanos menores de seis años tiene una televisión propia en su cuarto, y que el 37% usa el ordenador a diario. Los medios de comunicación se apuntan como uno de los factores más importantes a la hora de forjar eso que algunos psiquiatras llaman «el niño apresurado». Pero de nuevo hay que poner este factor en relación a la referencia de los padres. Los padres compensan el poco tiempo que le dedican a sus hijos embarcándoles en una maratón de actividades. Los niños de EEUU han dedicado más del 25% de su tiempo extraescolar (descontando el que están dormidos) a estas actividades. Hasta para jugar con los amigos algunos necesitan cita previa. El colegio sigue siendo otro factor estresante para muchos niños cuando siguen reproduciendo el modelo de factoría industrial ya en desuso.
Estamos diciendo que no hay sustitutivos al desgarro que sufre una sociedad salvajemente individualista, que ha hechos añicos a la familia desde su concepción, que se ha cargado la principal y primera escuela de sociabilidad y solidaridad. |