Obispos denuncian que sufren amenazas de muerte en Pará

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Más de 300 personas amenazadas de muerte. Así está la situación en Pará, donde la defensa de los derechos humanos se confronta con los intereses de hacendados y traficantes y la vida humana pasa a tener un precio, ampliamente divulgado por los ejecutores de las tareas.

Adital.-


Esta vez, la denuncia de amenaza de muerte partió de tres obispos: Don José Luiz Azcona, de Marajó; Don Flavio Giovenale, de Abaetetuba, y Don Erwin Kräutler, de Xingú. Ellos tienen en común la lucha contra la explotación sexual de niñas/os.


La práctica de divulgar el precio por la cabeza de un dirigente «es una apología del crimen. Es un grito a la conciencia de los señores diputados y senadores», dijo Don José Azcona, al pedir que los parlamentarios busquen una solución para la violencia de Pará. Además de la explotación sexual de niñas, el obispo de Marajó denunció el tráfico de mujeres -especialmente hacia la Guyana Francesa- y la falta de un plan de desarrollo para la región que escuche a la población local.


Ayer (06-05-2008) por la mañana, los obispos estuvieron en Brasilia, donde hicieron la denuncia, ante el Consejo de Defensa de los Derechos de la Persona Humana (CDDPH) y, a la tarde, participaron de una audiencia pública propuesta por la Comisión de la Amazonia de la Cámara de Diputados. Durante la audiencia, ellos denunciaron la situación en sus regiones. El párroco de Anapu, padre José Amaro Lopes de Souza, que también está amenazado de muerte, participó de la audiencia.






Los obispos están amenazados de muerte por su defensa de los Derechos Humanos.
El obispo de Xingú, Don Erwin Kräutler, anda acompañado por tres policías las 24h del día. «Perdí la libertad de ir y venir y de ejercer la misión que tengo como obispo», dijo. ¿La razón? No haberse callado ante la muerte de la Hermana Dorothy y haber exigido el castigo para el asesino y el autor intelectual o mandante del crimen. Denunció también la existencia de «un consorcio del crimen» en la región, y viviendo incluso «en un terrorismo psicológico», afirmó que no va a dejar Altamira.


Una Comisión del CDDPH visitará a autoridades de Pará entre los días 19 y 20 de mayo. Entre las reivindicaciones de los obispos se encuentran: una mayor presencia del Estado para cohibir la violencia, investigación rigurosa para saber desde dónde vienen las amenazas a los dirigentes, castigo ejemplar para los criminales y seguridad para los amenazados. Para Don Azcona, estas amenazas indican que «la sociedad está enferma, moribunda y que la ciudadanía no existe».


Se realizará un informe de la audiencia de ayer, que será entregada al presidente Luis Inácio Lula da Silva, para que él conozca la situación de violencia en Pará. La presidente de la Comisión para la Amazonia, Janete Capiberibe, dijo que va a pedir al presidente que constituya una fuerza de tarea para buscar soluciones.


El obispo de Abaetetuba, Don Flavio, dijo que es necesario que el Estado actúe en la represión del crimen y en la prevención, para que los problemas sean solucionados. Pidió también que se promuevan mejoras en la educación como forma de combatir la violencia, ya que la región tiene un alto índice de evasión escolar.