Occidente no tiene derecho a imponer el preservativo a los africanos

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‘Decimos con firmeza nuestro ‘no’ a este modelo cultural totalmente extraño a nuestros valores y tradiciones, que nos está siendo impuesto como determinante de la mejora de nuestra vida’

Carta abierta de un grupo de estudiantes cameruneses. Fuente ROMA (ZENIT)

Con estas palabras un grupo de estudiantes del Camerún ha hecho pública en Europa una carta abierta, recibida por Zenit, contra los ataques al Papa  por sus palabras sobre el preservativo, durante el viaje apostólico a Camerún y Angola el pasado mes de marzo.

En ella, se exige al Director ejecutivo del Fondo Mundial para la lucha contra el Sida, a los diputados belgas y a los ministros de Sanidad  español, alemán y de Exteriores francés, que «pidan perdón al Papa y a los africanos».

Este grupo denuncia que la prensa occidental ha «instrumentalizado injustamente, en una violenta campaña sabiamente orquestada» las palabras del Papa, y que los ataques recibidos por éste constituyen «una vergonzosa injerencia en la realidad africana».

Los firmantes afirman que los autores de las críticas «han identificado al continente africano como uno de los principales mercados de llegada de los preservativos para hacer crecer sus economías nacionales. El juego está claro: las industrias del preservativo están en Occidente«.

«El Santo Padre ha tocado el nudo del problema, alarmando a los agentes de este floreciente negocio en África», acusan.

Para estos estudiantes, se ha utilizado al Papa como «chivo expiatorio»  para «defender sus intereses económicos ocultos tras la exportación masiva de preservativos a África y sus mecanismos de exportación de sus prácticas anticonceptivas a países con fuerte crecimiento demográfico».

«Que promuevan y defiendan el uso del condón en su casa, ya que esta elección corresponde a sus concepciones antropológicas sobre el ser humano, pero no tienen derecho a imponer sus elecciones a los africanos», añaden.

Especialmente, exigen a Occidente que «pida perdón a los africanos» por burlarse de los africanos presentándose como los verdaderos benefactores, cuando en realidad no lo son».

«¿De qué sirve proteger a los africanos con el preservativo si después se les mata con tantos mecanismos de explotación o con las armas por la  guerra de intereses políticos y económicos de esos mismos benefactores?». La gente en África «no muere solo de Sida, así que es mentira decir que el preservativo salve vidas humanas», añaden.

«Pedimos por tanto a estos presuntos benefactores de África que dejen de una vez de especular con ella. Es necesario invertir la tendencia: la pobreza de África no debe hacer más la riqueza de los países ya desarrollados».

Por último, los firmantes exigen al Fondo para la lucha contra el Sida que destine los fondos con los que cuenta «al envío masivo de recursos para excavar pozos de agua y para construir implantes fotovoltaicos para la producción de energía solar, con lo que se favorezca una distribución masiva de agua y luz».

«Éstos son los bienes esenciales y decisivos para África, y todos los  agentes de la cooperación internacional al desarrollo son muy conscientes de ello. Ésta es la ayuda humanitaria que África necesita para desarrollarse, y no el preservativo», concluyen.