ORACIONES de SAN FRANCISCO

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Te presentamos un conjunto de oraciones de San Francisco:´¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz! Que allí donde haya odio, ponga yo amor; donde haya ofensa, ponga yo perdón; donde haya discordia, ponga yo unión; donde haya error, ponga yo verdad; donde haya duda, ponga yo fe; donde haya desesperación, ponga yo esperanza; donde haya tinieblas, ponga yo luz; donde haya tristeza, ponga yo alegría…. ´






ORACIONES de SAN FRANCISCO

ORACIÓN SIMPLE

¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz!

Que allí donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga yo unión;
donde haya error, ponga yo verdad;

donde haya duda, ponga yo fe;
donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
donde haya tinieblas, ponga yo luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.

¡Oh, Maestro!, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar;
ser comprendido, como comprender;
ser amado, como amar.

Porque dando es como se recibe;
olvidando, como se encuentra;
perdonando, como se es perdonado;
muriendo, como se resucita a la vida eterna

OMNIPOTENTE

Omnipotente, Santísimo,
Altísimo y Sumo Dios,

todo bien, sumo bien,
bien total,
Tú que eres
el solo bueno,
a ti te tributemos
toda alabanza,
toda gloria, toda gracia,
todo honor,
y toda bendición.

Haz que a Ti
restituyamos siempre
todos los bienes. Amén.

ALABANZAS PARA TODAS LAS HORAS

Santo, Santo, Santo,
Señor Dios omnipotente,
el que es, y el que era, y el que volverá,
alabémosle y ensalcémosle por los siglos.

Digno eres, Señor Dios nuestro,
de recibir la alabanza, la gloria,
el honor y la bendición.
Alabémosle y ensalcémosle por los siglos.

Digno es el cordero inmolado
de recibir el poder, la divinidad,
la sabiduría y el imperio,
el honor, la gloria,
y ser proclamado bendito.

Alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Bendigamos al Padre
y al Hijo con el Espíritu Santo,
alabémosle y ensalcémosle por los siglos.

Bendecid al Señor
todas las obras del Señor,
alabémosle y ensalcémosle por los siglos.

Alabad a nuestro Dios
todos sus siervos, los que teméis a Dios,
pequeños y grandes.

Alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Alaben al Dios glorioso
los cielos y la tierra,
y todas las criaturas del cielo
y las de los abismos,
por el mar, y cuanto hay en él

Alabémosle y ensalcémosle por los siglos.
Gloria al Padre,
y al Hijo, y al Espíritu Santo,
alabémosle y ensalcémosle por los siglos.

Como era en el principio ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.

Alabémosle y ensalcémosle por los siglos.

SALUDO A LAS VIRTUDES

¡Salve, Reina Sabiduría!,
Dios te guarde con tu hermana
la santa pura sencillez!
¡Señora santa pobreza,
el Señor te guarde
con tu hermana la santa humildad!
¡Señora santa caridad,
el Señor te salve
con tu hermana
la santa obediencia!

¡Santísimas virtudes todas,
el Señor os guarde,
El de quien procedéis y venís!
Nadie hay en el mundo
que pueda tener a una de vosotras
si antes no muere a sí mismo.
Y quien a una posee
sin ofender a las demás, a todas posee.
Pero quien a una sola ofende,
a todas ofende y ninguna posee.

Y cada una desbarata
todos los vicios y pecados.
Santa sabiduría desbarata a Satanás
y a todos sus engaños.
Pura y santa sencillez confunde
la falsa sabiduría del mundo
y la falsa sabiduría de la carne.
Santa pobreza confunde
la codicia, y la avaricia
y los afanes de este siglo.
Santa humildad confunde la soberbia
y a todos los mundanos,
y todo lo mundano.
Santa caridad confunde
todas las tentaciones
diabólicas y carnales
y todos los apetitos de la carne.

Santa obediencia desbarata
toda voluntad egoísta
y toda caprichosa terquedad.
Ella mantiene mortificada la carne
para que obedezca al espíritu
y para que el hermano
obedezca al hermano.
Para que armonice
con cualquiera de este mundo,
no sólo con los hombres
sino incluso con las bestias y fieras,
de tal modo que a todos permita
manifestársele como de lo alto
les sea dado por el Señor.

ALABANZAS AL DIOS ALTÍSIMO

Solo Tu eres Santo,
Señor Dios
y sólo Tú obras maravillas.
Tú eres fuerte, tú eres grande,
tú eres el Altísimo,
tú eres omnipotente;
tú, Padre santo,
rey del cielo y de la tierra.

Tú eres trino y uno a la vez,
Señor Dios Bien total;
tú eres el bien,
todo bien, sumo bien,
Señor Dios vivo y verdadero.

Tú eres caridad y amor,
tú eres sabiduría,
tú eres humildad,
tú eres paciencia,
tú eres seguridad,
tú eres descanso,
tú eres alegría y alborozo,

Tú eres equidad y templanza,
tú eres riqueza sobradísima.
Tú eres la belleza,
tú eres la dulzura,
tú eres nuestro amparo,
tú eres nuestro custodio
tú eres nuestra defensa,
tú eres la fuerza,
tú eres el refrigerio.

Tú eres nuestra esperanza,
tú eres nuestra fe, tú eres
la gran dulcedumbre nuestra.
Tú eres nuestra vida eterna,
grande y admirable Señor,
¡omnipotente Dios,
nuestro dulcísimo
misericordioso Salvador!

CÁNTICO DEL HERMANO SOL

Altísimo, Omnipotente y Buen Señor,
a Ti loor y gloria, honor y toda bendición:
a Ti solo, Altísimo, te convienen,
y ningún hombre es digno de hacer de Ti mención.

¡Alabado sea, mi Señor,
en todas las creaturas tuyas,
especialmente el señor hermano Sol,
por quien nos das el día y nos alumbras,
y es bello y radiante con grande esplendor:
de Ti, Altísimo, es significación!

¡Alabado seas, mi Señor,
por la hermana Luna y las Estrellas:
en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas!

¡Alabado seas, mi Señor, por el hermano Viento,
por el Aire y la Nube,
por el Cielo sereno y todo Tiempo:
por ellos a tus creaturas das sustento!

Alabado seas, mi Señor, por la hermana Agua,
la cual es muy útil y humilde, preciosa y casta!

¡Alabado seas, mi Señor, por el hermano Fuego:
por él nos alumbras la noche,
y es bello y alegre, vigoroso y fuerte!

¡Alabado seas, mi Señor,
por la hermana nuestra madre Tierra,
que nos mantiene y sustenta,
y produce los variados frutos
con las flores coloridas y las hierbas!

¡Alabado seas, mi Señor,
por quienes perdonan por tu amor,
y soportan enfermedad, tribulación:
bienaventurados quienes las soporten en paz,
porque de Ti, Altísimo, coronados serán!

¡Alabado seas, mi Señor,
por nuestra hermana la Muerte corporal
de quien ningún hombre viviente puede escapar!
¡Ay de aquellos que mueran en pecado mortal!
¡Bienaventurados los que encuentre
cumpliendo tu muy santa voluntad:
pues la muerte segunda no les podrá hacer mal!

¡Alabad y bendecid a mi Señor y gracias dad,
y servidle con grande humildad!