Orar en medio de los morteros y las bombas

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Algunos barrios de la capital siria, Damasco, llevan meses bajo bombardeos diarios. Los cristianos que se han quedado en Siria han decidido hacer frente a la guerra con paz y oración, salen a las calles a rezar por la paz. Muchos musulmanes les han acompañado.

Los cristianos que no han huido de Siria han decido hacer frente a la guerra con paz y con oración. En medio de los bombardeos de los que son objeto los barrios en los que viven, salen a las calles a rezar por la paz. Lo llamativo de la iniciativa es que han sido muchos los musulmanes que, atrapados en la guerra civil y perseguidos por los radicales islámicos, se han sumado a la iniciativa de oración de los cristianos.

Tres años de guerra ininterrumpida en los que la vida de cientos de miles de cristianos en Siria ha cambiado radicalmente, no les han hecho perder la fe. Los cristianos que aún permanecen en la zona de conflicto no son muchos porque la mayoría ha abandonado el país en busca de más estabilidad a través de las permeables fronteras con Líbano.

Sin embargo, un grupo de cristianos intenta mantenerse firme en una tierra que habitaron desde los tiempos de Jesús y que no quieren ceder. A diferencia de otras minorías religiosas, los cristianos no se han armado para defenderse de los ataques procedentes primero de la oposición a Al Assad y después de los grupos terroristas que han aprovechado la situación para hacerse fuertes.

Al contrario, los cristianos han decidido hacer frente a los ataques con oración, tal y como ha pedido en reiteradas ocasiones el Papa Francisco. Con demostrada valentía, salen cada día a las calles destrozadas de los barrios de Damasco para rezar. Esos lugares son blanco permanente de los morteros, según reconocía Mirei Alafat, una estudiante siria, en entrevista radiofónica en Cope.

La iniciativa de oración entre las bombas está despertando una corriente de solidaridad tal que son muchos los musulmanes que se han sumado a sus hermanos cristianos para pedir a Dios por la paz. En esta guerra civil, los musulmanes están resultando tan perjudicados como otros grupos religiosos. La mayoría de los no radicales acusa la persecución de los grupos extremistas que intentan alzarse con el poder. De hecho, el volumen de familias musulmanas desplazadas a los campos de refugiados de Líbano y Jordania representa el mayor en la historia.

Mientras, el Papa Francisco, ha pedido a los obispos y patriarcas de Oriente Próximo que se queden en el Vaticano cuando termine el sínodo de los obispos en el que están participando. Quiere seguir analizando con datos de primera mano cuál es la situación en Iraq y en Siria, en Líbano y en Jordania. Además, quiere buscar vías de solución a unos conflictos en los que los cristianos están entre los grandes perjudicados.

Fuente: Religión Confidencial