El Papa Francisco ha visitado este lunes a la isla italiana de Lampedusa, en su primer viaje oficial fuera de Roma. Allí, el papa ha recordado a los inmigrantes muertos en el mar en su intento de llegar a Europa y ha echo votos para que no vuelva a ocurrir.
El papa ha estrechado las manos de los inmigrantes irregulares y después se ha trasladado al campo de deportes «Arena», de la localidad de Salina, para oficiar una misa.También ha arrojado una corona de flores al mar, como recuerdo de los inmigrantes fallecidos.
«Nos hemos acostumbrados al sufrimiento de los otros – ha dicho Francisco durante la homilía – no nos afecta, no nos interesa, no es cosa nuestra».
«Pidamos al Señor que nos de la gracia de llorar por nuestra indiferencia, por la crueldad que hay en el mundo, en nosotros y en aquellos que en el anonimato toman decisiones socio económicas a nivel mundial que abren el camino a dramas como estos», ha añadido.