Pascual Maragall pidió en 1991, siendo alcalde de Barcelona, mil millones de pesetas a Javier de la Rosa para financiar las Olimpiadas Culturales de 1992, a cambio del permiso de obras para la Clínica Teknon que entonces trataba de poner en marcha la mujer del financiero, Mercedes Misol.
Elconfidencial.com
02/03/05
EXCLUSIVA «El último día en que tenía que firmar, me hizo una encerrona en su despacho y me pidió el dinero a cambio del permiso»
Pascual Maragall pidió en 1991, siendo alcalde de Barcelona, mil millones de pesetas a Javier de la Rosa para financiar las Olimpiadas Culturales de 1992, a cambio del permiso de obras para la Clínica Teknon que entonces trataba de poner en marcha la mujer del financiero, Mercedes Misol.
La petición tuvo lugar en un encuentro celebrado en el despacho del alcalde, y en presencia del entonces concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, José María Serra Martí. «El último día en que tenía que firmar, Maragall me hizo una encerrona en su despacho y me pidió 1.000 millones de pesetas a cambio del permiso de obras», ha confirmado Javier de la Rosa a este diario.
El episodio ha sido denunciado de forma reiterada en prensa y radio tanto por De la Rosa como por su mujer, Mercedes Misol, sin que la revelación haya merecido desmentido alguno por parte de Maragall.
El 5 de octubre de 1999, en COPE Barcelona, la propia Misol aseguró textualmente que «el señor Maragall, haciendo uso de sus competencias como alcalde, también pidió ayuda a mi marido para las Olimpiadas Culturales a cambio de unas licencias de la Teknon. Yo no entiendo cómo se atreve a acusar al señor Pujol cuando él también utilizó a mi marido».
El matrimonio De la Rosa saltó a la palestra con motivo de la campaña para las elecciones catalanas del otoño del 99, después de que Maragall arremetiera contra Jordi Pujol ironizando con el hecho de que De la Rosa, ya incurso en un rosario de causas penales a resultas del caso KIO, fuera «el empresario modelo de CiU».
El antiguo hombre fuerte de los kuwaitíes en España y su propia mujer le contestaron en distintos medios de comunicación, y «desde entonces Maragall se ha callado como un muerto respecto a mi persona». El corolario es que en Cataluña cada uno hacía lo suyo: CiU hacía lo que podía en la Generalitat, y el PSC en el Ayuntamiento de Barcelona.
«Todo el mundo hace algo por Barcelona»
En presencia del concejal Serra, Maragall justificó su petición argumentando que «todo el mundo había hecho algo por Barcelona, que, por ejemplo, Pedro Durán había hecho Gas Natural, y que yo, que era el financiero más importante del momento, no había tenido ni un detalle con la ciudad».
De la Rosa argumentó por su parte que había contribuido a urbanizar el Tibidabo, y que había hecho otro tanto con la marina del Puerto Viejo. Pero Maragall se mantuvo en sus trece: Si quería el permiso de obras para la Teknon, tenía que aportar 1.000 millones para financiar las Olimpiadas Culturales de Barcelona 92.
La reunión terminó sin acuerdo, tras un escueto «me lo pensaré» del financiero. A la salida, el concejal Serra Martí, fallecido con posterioridad, y que se había mantenido un completo silencio, se disculpó ante De la Rosa: «Que conste que yo no quiero saber nada de esto».
Lo curioso del caso es que la Generalitat terminó otorgando el permiso que solicitaba Misol, al vencer sin respuesta oficial el plazo legal con que contaba el Ayuntamiento para ello, con lo que el alcalde Maragall se quedó a verlas venir.
El Centro Médico Teknon, inaugurado en 1994, es desde mayo de 2004 propiedad de BC Partners, que lo adquirió al grupo norteamericano Tenet Healthcare. Con un equipo profesional constituido por más de 300 especialistas, la Teknon atiende todas las especialidades médico-quirúrgicas.
Jordi Mercader, jefe de gabinete de Pascual Maragall, aseguró ayer a este diario desde Uruguay que «la licencia para la construcción de la Teknon la dio la Generalitat, porque el Ayuntamiento de Barcelona no tenía competencias. La participación de Maragall deriva de la oposición de los vecinos a la recalificación de los terrenos. Lo demás es pura mentira. En el sumario del caso Estevill, el propio juez admite que intervino ante la Generalitat para que se concediera la recalificación».
Polémica del «tres por ciento»
El episodio viene a cuento de la tormenta política generada en Cataluña por la acusación del actual presidente de la Generalitat, el propio Maragall, contra CiU de haber cobrado comisiones del 3% en todas las obras que se realizan en Cataluña.
El asunto ha forzado a Jordi Pujol, envuelto en la bandera de Cataluña y el catalanismo, a salir a la palestra para defenderse, ante el riesgo de que Artur Mas, dispuesto a salvarse de la quema, pasara la patata caliente del 3% a sus predecesores, es decir, al equipo del propio Pujol.
También ha mediado en la polémica el ministro Montilla, el hombre con más poder hoy dentro del PSC, asegurando que Maragall no acusó a nadie de cobrar comisiones, y que «es la reacción de nuestros adversarios, de CiU, y del sistema político y mediático, lo que la ha convertido en tal».
Ayer, y de acuerdo con el tradicional seny catalán, acusadores y acusados se mostraron proclives a echar tierra al asunto, empezando por el propio Maragall quien, desde Montevideo, se mostró partidario de aplicar «vaselina» para acabar con la crisis y conseguir que el «soufflé catalán se desinfle» por el bien del Estatuto.