Patriarca caldeo: Que Mosul vuelva a ser multicultural, para la paz y la reconciliación en Irak

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El ascenso de los Yihadistas eliminó el «bellísimo mosaico» de etnias, religiones, culturas y dialectos que componían Mosul y la planicie de Nínive. Para Mar Sako la derrota del Estado islámico debe servir para relanzar esta diversidad

Es necesario garantizar los derechos y las tutelas para toda la población, luchar contra la corrupción y la discriminación. Que los cristianos vuelvan a encontrar confianza en sus vecinos musulmanes.

Mosul, la «tenaz» antes del ascenso del Estado islámico, era casi un «Irak en miniatura», un «cruce» de etnias, religiones, culturas y dialectos diversos y de costumbres variopintas. Y sus habitantes componían «un bellísimo mosaico» enriquecido por la presencia de sunitas, kurdos, turcomanos, chiíes, Chabak, cristianos, yazidíes y sabeos. Es lo que escribe el patriarca caldeo mar Louis Raphael Sako en una carta dirigida a la comunidad iraquí que fue enviada para conocimiento de AsiaNews, en la cual narra cómo era la metrópolis del norte antes de la llegada de Daesh (el acrónimo árabe para EI) y traza el futuro de la ciudad y de la llanura de Nínive. Todas las etnias y las culturas, subraya, han «sufrido tanto» bajo el dominio yihadista y «auspiciamos que esta diversidad (…) no sea eliminada».

El primado caldeo invita a sostener «a nuestras fuerzas armadas» que están luchando por la liberación de Mosul y de la Llanura; él desea mientras tanto que «la batalla» sea «un punto de cambio (por Mosul) y para todo Irak». La ofensiva militar, agrega el prelado, «logró unir a todos los iraquíes con una coordinación de alto nivel» y debería servir como base y como ejemplo para «alentar con fuerza a una reconciliación nacional».

La mañana del 18 de octubre una coalición compuesta por treinta mil hombres, entre soldados iraquíes y milicias Peshmerga kurdas, a la cual se unen fuerzas tribales sunitas, inició la ofensiva para lograr la reconquista de Mosul, bastión yihadista en Irak, y de la planicie de Nínive. Según los que refieren fuentes militares estadounidenses, los combatientes de Daesh estarían usando a los civiles como escudos humanos.

En Mosul aún habría al menos setecientas mil personas atrapadas e imposibilitadas de escapar, rehenes de cinco mil yihadistas en defensa de su fortín. En los últimos días el ejército iraquí y los Peshmerga ya han logrado asumir el control de algunos pueblos históricos de la tradición cristiana de la llanura de Nínive, entre los cuales figuran Qaraqosh y Bartella.

En su reflexión, mar Sako se dirige también a los dignatarios, gobernantes y a los líderes socio-políticos de Mosul y de la Llanura, para que obren en coordinación con el gobierno central para el futuro de la región. Un futuro que el primado caldeo delinea en cuatro puntos esenciales, pilares fundamentales de la reconstrucción, no sólo de la metrópolis del norte, sino de todo el país. Es necesario que un «reordenamiento» completo de la ciudad y de la provincia», advierte el patriarca caldeo, con un «acuerdo general y participativo de todos las componentes». Mosul, agrega, debe ser «un ejemplo a aplicar en todas las partes liberadas de Irak». Además, él pide que se satisfagan «las necesidades» de las personas y que sean garantizados los servicios básicos luchando «contra la corrupción, aliviando las divisiones» para «evitar discriminaciones religiosas, sociales y políticas».

Los cristianos conforman «la segunda religión más numerosa de Irak después del islam, continúa en su reflexión mar Sako, y Mosul misma «está rodeada» de miles de «comunas y pueblos cristianos». El elemento cristiano «tuvo un rol enorme a la hora de cooperar con los musulmanes por el bien de los otros componentes» del país y «han dado tanto a Irak». Hoy, después del drama vivido en Mosul y en la Llanura, ellos «necesitan ser acogidos y de ver protegidos sus derechos (…) y no ser marginados».

En este sentido, advierte el primado caldeo, es esencial que encuentren «la confianza en la relación con sus vecinos». A pesar de la situación crítica, agrega, «continuamos armándonos de fe y de esperanza para el futuro» como fue recordado por el Papa Francisco el domingo 23 de octubre en el Ángelus, cuando auspició que Irak pueda encaminarse hacia un futuro de «seguridad, paz y reconciliación».

Expresando su solidaridad «a las familias que han perdido algún ser querido», el patriarca caldeo exhorta a los ciudadanos y a la clase dirigente a «construir» un Estado de derecho, que se funda sobre «principios verdaderos» y sobre la «igualdad», que defiende a los habitantes, su libertad y su dignidad. «Un Estado que respeta la religión -concluye- y que no trata de politizarla o de deformarla para sus propios fines» y que sepa construir «relaciones equilibradas con sus vecinos» en la región medio-oriental.

Fuente: Asia News