Pensamientos de monseñor Proaño sobre la Paz

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La Paz es fruto de la Justicia. No puede haber paz, no hay paz, mientras no haya una verdadera, auténtica y fundamentada justicia a cualquier nivel. A nivel familiar, a nivel de organización, a nivel de ciudad, a nivel de país, y dentro del país, a nivel de relaciones entre gobiernos y pueblo, a nivel internacional, a nivel de las relaciones entre gobernantes de diversos países, tanto de un continente como del mundo entero. Si no se pone en práctica la justicia no podemos hablar de paz.

La Paz es un quehacer permanente.


La Paz no es pasividad ni conformismo.


La Paz es el resultado de un continuo esfuerzo.


La Paz implica lucha, capacidad inventiva, conquista permanente.


La Paz no se encuentra, se construye.


La Paz del cristiano es armonía con Dios.


La Paz es armonía en el pensamiento de Cristo. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)


 


El camino para lograr la Paz es la lucha por la justicia.


 


Con gran amor, con fuerte amor, con creciente amor a Dios y al prójimo, entreguémonos a la tarea de ser OBREROS DE LA PAZ DE CRISTO. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)


 


La Paz es un anhelo profundo del hombre. Cada uno de nosotros anhela vivir en Paz, la sociedad anhela vivir en paz. Los ecuatorianos anhelamos vivir en paz. Los hombres de América Latina anhelan vivir en paz. Los hombres del mundo entero anhelan vivir en paz. Es un anhelo, un anhelo profundo del corazón humano. Por lo mismo la paz debe constituirse en un objetivo, en un objetivo grande, en uno de los objetivos más nobles en el cual podamos entregar nuestra vida: «Trabajar por la Paz» es un anhelo, pero luego es una tarea. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)


 


La Paz es fruto de la Justicia. No puede haber paz, no hay paz, mientras no haya una verdadera, auténtica y fundamentada justicia a cualquier nivel. A nivel familiar, a nivel de organización, a nivel de ciudad, a nivel de país, y dentro del país, a nivel de relaciones entre gobiernos y pueblo, a nivel internacional, a nivel de las relaciones entre gobernantes de diversos países, tanto de un continente como del mundo entero. Si no se pone en práctica la justicia no podemos hablar de paz. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)


 


Y yo creo que Norteamérica es potencia con el sudor, con el hambre, con la muerte prematura de los pueblos del Tercer mundo, de los pueblos de América Latina, con el hambre y con la muerte de los pobres que también viven dentro del mismo país de Norteamérica. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)


 


Sin una justicia es imposible que haya la paz. Creo que es evidente cuando tenemos un panorama así por delante. Es evidente ese acierto «si no hay justicia en el mundo, no puede existir paz». Y por eso mi llamamiento a que los jóvenes de hoy, que se preparan para el día de mañana, vayan comprometiéndose a un trabajo permanente por construir la paz, por luchar por la justicia. La justicia es uno de los grandes valores del Reino de Dios. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)


La paz está tremendamente perturbada a todo nivel. Tenemos que trabajar por restaurarla. Vuelvo a mi llamamiento. Que cada uno de ustedes dentro de su corazón, en su conciencia de joven, de ecuatoriano y de cristiano, vayan diciendo: «yo puedo contribuir mucho al nacimiento de una paz». «Cada vez que se realice una acción, que restablezca la justicia, a cualquier nivel que sea, estoy contribuyendo la construcción de la paz». (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)


 


Queridos jóvenes, no se traicionen a ustedes mismos. En la edad que tienen es cuando se sueña en grandes cosas. Que la tentación del dinero no derrumbe jamás esos sueños de servicio a nuestra patria, al continente latinoamericano, sabiendo que así contribuimos también a la paz en el mundo entero. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)


 


…Y voy diciendo por todas partes que los jóvenes y los adultos debemos comprometernos seriamente para ser obreros, constructores de la Paz verdadera; y que la paz no se construye con buena voluntad solamente, no se construye con palabras. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)


 


La Paz se construye con la acción, con el trabajo, con el compromiso de fe que nos lleva inclusive a arriesgar mucho de nuestra vida, o nuestra vida misma, porque es muy dura la carrera de construir la paz, la paz social, la paz internacional, esa paz que tiene que ser el fruto de la justicia. Luchar por la justicia es el camino de lograr la paz. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)


 


…Mi invitación a que todos cuantos me están escuchando se conviertan en obreros de la paz, en luchadores en defensa de la justicia, en conquistadores, por lo mismo, de un futuro mejor. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)


 


Vuelvo a recomendarles reiteradamente, que pensemos bien que lo importante no es conquistar el Premio Nobel de la Paz, lo importante es conquistar la paz. Y para conquistar la paz, todos tenemos una llamada. Confiemos que esa llamada encuentre eco en nuestro corazón, y que desde nuestro corazón esa llamada mueva nuestros pies, nuestras manos, nuestra lengua es decir, nuestra acción para ir efectivamente realizando esa paz social que tanto necesitamos y que se fundamenta en el restablecimiento de la justicia. (Enc. Con los Estudiantes Universitarios, Cuenca 4 de junio de 1.986)


 


Qué tiene que ver la pobreza evangélica con la Paz? Yo creo que allí está la clave de la paz en el mundo. Si es que llegamos a descubrir la pobreza evangélica, esta actitud de desprendimiento permanente de las riquezas, del orgullo, de la ambición, de esa ambición de poder, de mando, de dominación, y llegamos a convertirnos en hermanos de nuestros hermanos, en hermanos de los pobres, y convertirnos en cristianos que ayudan a otros hermanos, a otros cristianos, aquí está, digo yo y pienso yo, la clave de una auténtica paz en el mundo. (Mons. Proaño, pronunciado en Ibarra con motivo de la Postulación a Premio Nobel de la Paz 1.986)


 


… Lo que he visto en mi trabajo, no como fruto de mi trabajo, sino como fruto de la manera de ser del pueblo, es que los pobres son capaces de vivir fraternalmente, de ayudarse unos a otros, de desprenderse de lo poco que tienen para ir en socorro de otros pobres, y de construir así la justicia, el amor, la paz y la armonía. (Mons. Proaño, pronunciado en Ibarra con motivo de la Postulación a Premio Nobel de la Paz 1.986)


 


Por la paz, entonces, tenemos que luchar con premios o sin premios, con estímulos o sin estímulos de ninguna índole, solamente con el estímulo de que trabajamos por una causa noble….(Mons. Proaño, Conferencia La Paz, U. Estatal de Guayaquil, noviembre de 1.986)


 


…Todo hombre aspira, en el fondo de su corazón, a conquistar la paz, a vivir en paz, en una paz, repito, auténtica, verdadera. Esta tiene que ser la causa por la cual tenemos que luchar, por la cual tenemos que entregar todos los días de nuestra vida, todos nuestros afanes….(Mons. Proaño, Conferencia La Paz, U. Estatal de Guayaquil, noviembre de 1.986)


 


No puede haber paz verdadera auténtica cuando institucionalmente se siguen cometiendo injusticias graves, atropellos graves a la dignidad de la persona humana y, por eso es necesario buscar, luchar por la paz, una paz que esté basada en la justicia, en el respeto a los derechos fundamentales del hombre, a los derechos fundamentales de los pueblos, una paz que sea el fruto de la justicia. (Mons. Proaño, La Juventud y la Paz, Acto en el Colegio Luis Ulpiano de la Torre en Cotacachi, Noviembre de 1.986


 


…La paz es el fruto de dinamismo, de la acción, de la lucha para que haya justicia, para que los hombres tengan satisfechos sus derechos: su derecho a la vida, su derecho al trabajo, su derecho a la libertad, entonces hay paz. Cuando se conculcan estos derechos fundamentales del hombre, no puede haber paz. (Mons. Proaño, Acto en Piñas, octubre de 1.986)


 


…La paz no la vamos a lograr en poco tiempo, es grande el objetivo, es trascendental el objetivo. La paz solamente puede lograrse mediante una entrega día a día de una vida entera, de las vidas de los jóvenes de hoy para lograr más tarde una sociedad justa, una sociedad más igualitaria, una sociedad en la que haya libertad, respeto a la libertad de cada uno, una sociedad en la que nos ayudemos unos a otros, dentro de ese respeto a la libertad a ser más personas, a ser más generosos. (Mons. Proaño, U. Técnica de Machala, octubre de 1.986)


 


Tenemos que optar con conciencia clara por la acción liberadora no violenta en la lucha por la justicia, superar toda forma de discriminación y racismo para valorar las minorías étnicas y rescatar la cultura indígena como raíz y nervio de nuestra identidad nacional y como fuente inspiradora de una alternativa posible de sociedad nueva. (Mons. Proaño, Movimiento por la Paz , septiembre de 1.986)


 


…Tenemos los cristianos la capacidad, el poder de transformar este mundo, este mundo de tinieblas en un mundo de luz, este mundo de cadenas en un mundo de libertad, este mundo de injusticias en un mundo de justicia, este mundo de odios y de muerte en un mundo de amor, en un mundo de entrega de los unos hacia los otros, esa es la capacidad enorme que podemos conquistar si somos consecuentes con nuestra fe. (Mons. Proaño, La Juventud y la Paz, Acto en el Colegio Luis Ulpiano de la Torre en Cotacachi, Noviembre de 1.986.


 


Confiamos que estos pensamientos de Mons. Proaño sobre la paz,nos ayuden a la construcción de otro mundo posible;a la construcción del Reino que urge en nuestra tierra.


 


Selección realizada por la Fundación Pueblo Indio del Ecuador