Mientras ese duende de tebeo llamado Zapatero, el inventor de la alianza de civilizaciones, se lava las manos como Pilatos. Mientras Adán Martín elude el tema y se lo pasa al gobierno. Mientras el PP calla… los empobrecidos mueren. ¿Los sindicatos? Pasan. ¿Los partidos?
José Naranjo
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
La salud de 50 de los 400 inmigrantes que llevan casi una semana frente a las costas de Mauritania a bordo del averiado Marine I, con diarreas severas, fiebre y un gran estrés emocional, se está deteriorando rápidamente, según aseguraron ayer los miembros de la Media Luna Roja que accedieron por primera vez al barco para llevarles alimentos y ayuda humanitaria. Pese a ello, España y Mauritania aún no han alcanzado un acuerdo para permitir su desembarco y que se les facilite la atención médica que precisan.
Ayer mismo llegó a Nuakchott, la capital mauritana, el secretario de Estado de Exteriores español, Bernardino León, donde se reunió con el jefe de Estado de este país africano, el coronel Ely Ould Mohamed Vall. Bajo el brazo, León llevaba a las autoridades mauritanas la propuesta de que si permitían el desembarco de los inmigrantes, Guinea Conakry aceptaría su repatriación, si se demostraba que habían salido de dicho país.
Sin embargo, uno de los problemas de este acuerdo es la gran inestabilidad que se vive en Conakry, país sacudido por manifestaciones y una violenta represión que se ha cobrado decenas de vidas en los últimos días y que se encuentra, de facto, al borde de una guerra civil.
Mientras tanto, los 400 inmigrantes de origen asiático, previsiblemente pakistaníes de la región de Cachemira, y subsahariano recibieron ayer 4.600 kilos de comida, bebida y ayuda humanitaria de manos de la Media Luna Roja, cuyos miembros se quedaron impactados ante el grave deterioro de la salud de los inmigrantes y las paupérrimas condiciones de salubridad del propio barco. Según relataron los inmigrantes a los voluntarios de esta organización humanitaria, algunos de ellos llevaban hasta dos meses navegando hasta quedarse a la deriva por la avería del motor.
El Marine I fue detectado el pasado 30 de enero durante un vuelo de reconocimiento del servicio aéreo de rescate español y desde el día 4 permanece a 15 millas del puerto de Nuadibú, en aguas internacionales, amarrado al remolcador español Luz del Mar, que lo condujo hasta allí. Desde entonces, las autoridades mauritanas se han negado a autorizar la entrada de los inmigrantes en su territorio.
La llegada de León a Mauritania, tras el fracaso en las negociaciones del embajador Polanco, podría suponer el principio del fin a esta crisis humanitaria. León ha tenido que suspender un viaje a Malí, donde tenía previsto abrir una oficina de empleo.
Las fiebres y las diarreas, sumadas a los problemas mentales, causan estragos entre los irregulares del buque, algunos de los cuales llevan dos meses a bordo Bernardino León negocia una salida con el jefe del Estado mauritano, pero la inestabilidad en Conakry y las exigencias de Nuakchott retrasan el acuerdo.