Me indigna, me entristece, me da rabia ver tanta gente de buena voluntad, la mayoría cristianos, trabajando para los enemigos de los empobrecidos.
Era de esperar, pero es que ya ni disimulan. El único BENEFICIADO de la manifestación de la plataforma «Pobreza Cero» fue el PSOE, y eso que se supone que el objetivo de la campaña es PRESIONAR al gobierno para que haga algo.
Pues todo lo contrario, ahí estaban Zerolo y Carmen Calvo, Diego López Garrido, Leire Pajín, Paca Sauquillo… chupando cámara y acaparando las declaraciones a la prensa… y sin que la organización haga nada, ni la gente les pegue la pitada que se merecen… después de todo ¿no son ellos el gobierno al que se supone presionaban?
Para más cinismo, Zerolo presumiendo de que España es un ejemplo de Cooperación Internacional. Será hipócrita y mentiroso ¿se refiere a los 800 millones de euros que ha regalado al dictador marroquí para que reprima a los inmigrantes antes de que salgan en la tele? En eso consiste el plan África, no nos engañemos. ¿se refiere a la intermediación del ministro de exteriores en la venta de armas a países en los que se violan los derechos humanos, que ha crecido como nunca? ¿Se refiere a fomentar al aborto con la chequera de las limosnas de la AOD, para potenciar de paso las exportaciones españolas?
Como también era de esperar, aprovecharon para meterse con la Iglesia, porque no estaban allí los obispos. Yo me alegro de que no vayan.
Estas campañas de solidaridad «de buen rollo» son el caldo gordo para que se hagan la foto y salgan reforzados los mismos responsables del hambre y además fomenta una conciencia de que la solidaridad es compatible con nuestra buena vida.
Como ejemplo, los actos de la campaña en Valladolid, carentes absolutamente de contenido, consistentes en un concierto de rock y un monólogo de humor ridiculizando a la familia y a los mismos negros de las pateras.
Si hasta había gente del PP y libertad digital valora positivamente la movilización… no me extraña, sabe que esto le lava la cara al sistema capitalista mundial.
Así no se lucha contra el hambre, además de hacer un servicio a los poderosos, estas campañas (diseñadas y financiadas por los gobiernos y los bancos) son un insulto a los pobres, es robarles la fuerza de su mayor esperanza: la solidaridad.