POEMAS: “YO TAMBIEN SOY MESTIZO”, " AMISTAD " Y "PALABRA VIDA"…

8000

Una colección de poemas solidarios de Francisco Sandalio…
En recuerdo de los emigrantes que mueren
cruzando con las pateras el estrecho

YO TAMBIEN SOY MESTIZO

Tu entrañable tierra vive en tu memoria,
habitada de recuerdos, ausencias, penas.
Que no cicatrizan en la profunda soledad
de quien le hierve la sangre en las venas.

Negro te llaman en la nueva babilonia
en la mafia del mercado negro te envileces,
sólo el hambre su puerta abre, blanqueando
el sepulcro de amables cuentas corrientes.

¡ Oh vida que se aleja de cuanto amaste!
¡ Oh vida que no encuentra la mano amiga,
el puente que estreche los corazones!
¡ Oh vida que se apaga navegando a la deriva!

También sucumbe, se apaga la raza blanca,
en el crisol del mestizaje desaparece.
En este mundo mezquino y arrogante
a pesar de los pesares un nuevo día amanece.

Francisco Sandalio

AMISTAD

Cuando al unísono se encienden los corazones,
en la mutua labranza de la tierra amada,
avivados en el fuego del alma:
Vivimos amistad, la utopía esperada.

Cuando lo eterno recobra su presencia
en la única mirada de solidaridad,
la verdad desnuda ya nada repara:
Vivimos amistad, la esperada libertad.

Cuando tus manos y la mías juntas combaten
la miseria que al hombre encadena,
liberando conciencias, desterrando pronombres:
Vivimos amistad, la libertad fraterna.

Cuando tu corazón escucha, tus manos hablan;
Cuando tus manos hablan, tu palabra es vida;
más si compartimos hasta nuestras miserias:
Vivimos amistad, la fraterna justicia.

Francisco Sandalio

PALABRA – VIDA

Cuando hablas, escuchas en mi silencio;
Cuando sientes, en el silencio me hablas;
Como tu silencio, nada habla ni siente;
Sin el silencio, nadie siente ni ama.

Cuando la palabra esta muerta: Silencio.
Para revivir la palabra: Silencio.
Para no enmudecer la palabra: Silencio.

¡Silencio!
¡Para que grite la vida y callen los muertos!

Palabra-Vida, pan de cada día,
brotas del silencio de la noche
y vences a la muerte con la vida.

En el silencio del fuego de la noche,
ya se fraguan hombres, como tierno pan,
para ser alimentos de muchos
en la mesa compartida de la solidaridad.

Francisco Sandalio