Política migratoria del gobierno español contra la inmigración

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Un viejo dicho inglés dice que cuando dos ladrones se agarran de los pelos siempre ocurre algo bueno. A Zapatero se le vio el verdadero rostro en el cara a cara con Rajoy, desgraciadamente muchos inmigrantes siguen creyendo en él. Y decía así:

Nuestra política de inmigración tiene un principio; sólo pueden venir y quedarse los que puedan trabajar de acuerdo con la ley, es decir, luchar con firmeza contra la inmigración ilegal. Y eso hay que hacerlo en tres frentes:


Primero, que no salgan de su país de origen personas empujadas por la desesperación. (O sea, que se mueran de hambre los empobrecidos impidiendo que salgan de sus países).


Segundo, que el control de fronteras impida la entrada de inmigrantes que no tengan un contrato de trabajo garantizado. (O sea, dificultar al máximo la travesía; el intento de salir de la miseria teniendo en cuenta que en los países empobrecidos sólo se le da el visado a las minorías pudientes y a los ‘cerebros’)


Tercero, que se puedan devolver a sus países de origen a las personas que entran ilegalmente aquí. Eso solo es posible mediante la firma con los países de origen. Hemos firmado una decena de acuerdos con los países fundamentalmente del África subsahariana. (O sea, hacer una selección. Se devuelven los más débiles y los más rebeldes y se explotan a los competentes y a los más sumisos)


La firma de acuerdo que se concreta en los ‘Plan África’ no son más que una vuelta de tuerca más, se corrompe a los dirigentes de los países de tránsito para que hagan de ‘poli malo’; la prueba de ello: todos hemos visto cuándo desde Marruecos se abandonó a su suerte a los inmigrantes negros en el desierto sin agua ni comida. Los Centros de Internamiento (CIE) construidos en Mauritania, los aviones y patrulleras ‘regalados’ a los gobiernos de Mauritania y Senegal, la financiación de puestos fronterizos en Mali y otros países, demuestra la falsedad e hipocresía que hay detrás de los ‘Plan África’.


Los países africanos se han subordinado a la política migratoria impuesto desde España colaborando en el control de las fronteras y permitiendo la ingerencia Española en territorio Africano.


Es capaz de detener, repatriar, encerrar, endurecer la travesía, modernizar las vallas de Ceuta y Melilla… y todo eso con consecuencia de más muertes que en todas las legislaturas anteriores, y además se siente orgulloso de ello. Mientras defiende que la inmigración se debe resolver con la cabeza pero también con el corazón.


Los ‘Plan África’ se hicieron al calor de la lucha contra los cayucos. Dicha guerra, todas las guerras, acontecen en dos planos paralelos; en el material y en el discursivo. En el material son vallas ultramodernas, sistemas de vigilancia por satélite, patrulleras, centro de internamiento y por supuesto naufragios y miles de muertos, como en todas las guerras. En el discursivo, desde este lado opulento de las vallas la guerra en lo que vemos y escuchamos sentados frente al televisor.


En primer lugar, la guerra contra los cayucos deja de ser una guerra para convertirse en una tragedia humanitaria. La militarización y la ingerencia se convierten en una misión humanitaria. Los empobrecidos pueden morirse de hambre o ahogados pero hay que evitar a toda costa que no pongan en peligro nuestra opulencia. La estrategia es seleccionarlos y dividirlos, seleccionarlos desde los países de origen ya aquí dividirlos en cuatro grupos. Los cuatro grupos son: los temporales, los menos preparados, los sin papeles y los más preparados (cerebros). Teniendo en cuenta que España ha necesitado y sigue necesitando a los inmigrantes. En el plano económico y en el plano demográfico. En lo económico, más de la mitad del empleo creado en España en los últimos cinco años han sido inmigrantes y según la Oficina Económica del Gobierno, el cincuenta por ciento del crecimiento del BIP en los últimos cinco años se debe a la inmigración. En el plano demográfico, según Intermón, España necesita a 400.000 inmigrantes al año. Entre 1996 y 2007 el setenta y dos por ciento del crecimiento de la población española se debe la inmigración.







La militarización y la ingerencia se convierten en una misión humanitaria. Los empobrecidos pueden morirse de hambre o ahogados pero hay que evitar a toda costa que no pongan en peligro nuestra opulencia.


Coincidiendo con el incremento de la capacidad de organización del colectivo de inmigrantes que exige derechos laborales y sociales a través de encierros y otras movilizaciones se empieza a desarrollar la contratación en origen de inmigrantes, mayoritariamente mujeres polacas y rumanas como estrategia de marginación y expulsión del mercado de trabajo de los inmigrantes más organizados y reivindicativos.


Las agencias gubernamentales reconocen: «en la selección se prioriza la contratación de mujeres con cargas familiares, pues se considera que es una garantía de sumisión y de que volverán a sus países al final de la temporada. Su permiso de residencia para cuatro o cinco años para trabajar sólo unos meses y regresar a su país. Incluso en situación de alta tasa de paro o desempleo esta categoría de trabajadores inmigrantes rara vez entran en conflicto con los demás trabajadores porque pocos ciudadanos y residentes están dispuestos a realizar una actividad estacional. Esta categoría no tiene derecho al paro o a la jubilación. Un chollo para cualquier gobierno.


Los inmigrantes con alta cualificación son los preferidos, los mimados para quien se creará la famosa tarjeta azul, para seleccionar y captar a los ‘cerebros’. Los países del sur agotan sus esfuerzos y sus recursos para formar a estos ‘cerebros’ en la salud, la informática, las nuevas tecnologías para garantizar un mínimo de desarrollo futuro. Esta categoría es la herida abierta de los países africanos por donde se le chupa la sangre y si no se busca una solución nunca los países africanos levantarán la cabeza por esta sangría.


África sufre el 24% de las enfermedades mundiales pero sólo cuenta con el 3% de los trabajadores del sector del planeta y consume menos de un 1% de los gastos internacionales en salud. En Sudáfrica el 37% de los médicos y el 7% de las enfermeras han emigrado. Etiopía exportan al 75% de los titulados. Hay más médicos nigerianos ejerciendo en Estados Unidos que en su propio país, mientras todos estos países deben gastarse el dinero en contratar expertos extranjeros a precio de oro para suplir a estos ‘cerebros’ robados.


Los menos cualificados para quien se promueve la residencia temporal más de 1.305.000 personas, el 38,4% de la población extranjera que residen en España, tienen un permiso de residencia temporal, es decir, se encuentra entre el permiso inicial y la segunda renovación. De las personas que han perdido su trabajo, un 60% son inmigrantes y toda esa gente podrían perder su residencia porque según la normativa para poder renovar el permiso de residencia estas personas, que son los más tocados por la crisis, están obligadas a:


– Primero, haber cotizado un mínimo de seis meses en el último año.


– Segundo, tener un contrato en vigor en el momento de la renovación en el cual ha de ser por tiempo completo y una vigencia de un año.


– Tercero, no haber abandonado voluntariamente el trabajo anterior.


Mientras Corbacho niega que el gobierno español sea ingrato con la contribución de los inmigrantes, los extranjeros están siendo utilizados como culpables de los problemas económicos del país. El BBC menciona el Plan Retorno de los inmigrantes se apunta directamente a un colectivo. Según el economista Pedro Schwartz, los inmigrantes han sido visto por todos como ayuda en el sector como la construcción aunque en este momento de crisis es factible que algunos Españoles apunten que los nuevos inmigrantes empiezan a consumir los beneficios al desempleo. Hasta ahora los 2, 1 millón de inmigrantes en España pagan más de lo que reciben de la seguridad social (BBC).


Por lo dicho anteriormente, los tres puntos para renovar la residencia temporal según la asociación de los derechos humanos de Andalucía, más de un millón de ese colectivo puede engordar la lista de los ‘sin papeles’.


¿Y quién se acuerda de los ‘sin papeles’? Este colectivo cazado, encarcelado, repatriado, ahogado, sin ningún derecho social, laboral ni político… obligado a aceptar salarios míseros y pésimas condiciones de vida, Por su situación se está empleando millones de euros para construirles cárceles encubiertas, los CIE, Centro de Internamiento para Inmigrantes.


¿Para qué contratar a ilegales si puedes legalmente pagar una miseria a inmigrantes senegaleses, ganeses, indonesios, etc… contratados en origen.


Esta inmigración de ida y vuelta se ha revelado como una poderosa herramienta para responder a las necesidades del mercado de trabajo, es decir, para la reducción de costes exigida por la lógica aplastante de la competitividad (Manolo Camacho). Pero hay otro motivo, el excedente de fuerza de trabajo generado otorga un enorme poder a los empresarios para incumplir sistemáticamente el convenio y para presionar a los trabajadores exigiendo elevados rendimientos, ya que pueden escoger cada día quién trabaja y quién no.


No nos podemos olvidar del jornalero autóctono en un contexto de elevada tasa de paro y de inmigración forzosa de la población en busca de empleo en otras zonas del estado o de la Unión Europea. Trabajadores de ida y vuelta aislados y sometidos ansiosos por trabajar el mayor número de días posibles antes de verse obligado a regresar a su país. Es inmigrante sin papel, sin ningún tipo de derechos y víctima de una explotación aún mayor. Movilizado en aquellos momentos en los que son necesarios como fuerza de trabajo suplementario. Todas estas personas constituyen una fuerza de trabajo  disponible, subordinado y muy vulnerable.


La nueva política migratoria Española esconde en su seno una violencia contra los empobrecidos nada novedosa. El expolio de sus recursos, la explotación laboral en ambos lados de la valla, el crimen cotidiano en las fronteras. Si ahora llegan menos inmigrantes, es porque mueren más o son retenidos en los tantos Centros de Internamiento fuera de la UE, se han externalizado las fronteras y el control de los flujos migratorios. 


La lucha por la dignidad de los inmigrantes que sufre la represión y la muerte pero sobretodo de nuestra sociedad opulenta indigna capaz de contemplar impasible cómo el océano y el desierto se convierten en una fosa común. Desde luego no serán los que se dicen socialistas del Zapatero de turno que votaron junto con la ultraderecha Europea radical como los ex fascistas de la Alianza Nacional Italiana. Esta ley que otros socialistas del continente han calificado de ser inaceptable, una aberración y una vergüenza.


Esta reivindicación básica; que desaparezca el capitalismo salvaje que asesina para que la alimentación, la salud y la vida sea un derecho para todos los seres humanos, no solamente los del norte. España tiene una deuda de solidaridad con los inmigrantes. Amnistía internacional advierte que en España el estatuto de refugiado está en vías de desaparición. España no puede olvidar que ha sido emigrante y refugiada. Porque como decía Juan XXIII, que prevalezca el derecho a no tener que emigrar y a poder emigrar en condiciones dignas cuando la situación lo requiera. Es un horizonte al que no podemos renunciar, si no la historia nos juzgará al igual que juzgó a los criminales nazis y a los que no hicieron nada para impedir el genocidio. Lo que está viviendo África es un auténtico genocidio por hambre, guerra y emigración. Unámonos al grito de los obreros españoles de antaño: ‘asociación o muerte’.