POLONIA CELEBRA EL 25 ANIVERSARIO DEL LEGENDARIO SINDICATO SOLIDARIDAD

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El movimiento liderado por Walesa y respaldado por Juan Pablo II puso las bases para derrocar la dictadura comunista instaurada tras la Segunda Guerra Mundial.

Numerosos actos conmemoraron la rúbrica de los Acuerdos de Agosto

Por José Luis González

Wroclaw (Polonia) El denominado Sindicato Autogestionario Independiente (NSZZ) Solidarmosc (Solidaridad) fue registrado por el Tribunal supremo de Polonia el 10 de noviembre de 1980. Pero la historia y lucha de Solidaridad contra la dictadura comunista se inició unos meses antes, el 8 de julio de 1980, y se culminó con los históricos Acuerdos de Agosto.

Ahora miles de polacos que fueron parte activa de aquel movimiento social sin precedentes sienten nostalgia y orgullo de lo que hicieron durante aquel verano del 80. Y lo que hicieron no fue poco, porque sentaron las bases del derrocamiento de la dictadura comunista y, como un castillo de naipes, lo que ocurrió en Polonia por aquel entonces expandió al resto de países de la órbita soviética, desencadenando la desaparición de la URRSS y la reunificación alemana que tuvo lugar en 1989.

Por eso, Polonia entera se vuelca en las conmemoraciones del 25 aniversario de aquel movimiento de masas, hoy convertido en leyenda, y que fue liderado por Lech Walesa y apoyado decisivamente por Juan Pablo II. Aquel sindicato fue mucho más que una mera agrupación de trabajadores; Solidaridad fue un movimiento social que luchó por las libertades y contra el régimen comunista, un movimiento que puso a todos de acuerdo , a la derecha, la izquierda y, por supuesto, a la Iglesia Católica, que tuvo un papel decisivo en todo el proceso.

Los astilleros de Gdansk vuelven a ser estos días el punto donde se centran las miradas de toda Polonia. Hace 25 años Lech Walesa, con el paso de los años Premio Nobel de la Paz y presidente de la República de Polonia, se dirigía a los polacos-hecho insólito porque ese privilegio estaba reservado exclusivamente a los dirigentes del partido comunista-en una histórica declaración de Gdansk: «Ya tenemos lo importante, ésta es nuestra garantía para el futuro. Hemos luchado no sólo por nosotros, sino por los intereses de todo el país y todos sabemos cuan grande ha sido la solidaridad de los trabajadores polacos en esta lucha».

Espejismo de libertad

Aquel periodo de libertad duró 16 meses, justo hasta que el Gobierno comunista estableció el estado de guerra, ilegalizando Solidaridad y aplicando una represión, a través del ZOMO (Destacamento Motorizados de la Milicia Activa) que dejó en el camino millones de torturados y cientos de desaparecidos y asesinados. De todos modos, gracias a las sólidas bases que se había sentado en agosto de 1980, el enfermo sistema comunista se fue agrietando hasta no poder aguantar más en el poder de Polonia. Fue en abril de 1989 cuando el Tribunal Regional de Varsovia inscribió de nuevo solidaridad en el registro de sindicatos.

Hoy son conocidos como los «Héroes de agosto» quienes encabezaron las duras negociaciones, manifestaciones y protestas pacíficas que se produjeron en toda Polonia en el verano de 1980 y que eran el núcleo duro y visible del movimiento Solidaridad. Sólo en Lublín, ciudad que se erigió en centro del movimiento, participaron en las protestas más de 150 empresas y más de 50.000 personas. Aquello se extendió como la pólvora y el 14 de agosto de 1980 empezó la huelga de los astilleros de Gdansk.

La onda expansiva de solidaridad

El 26 de agosto de 1980 las huelgas ya se habían extendido por todo el país, destacando importantes movilizaciones en Cracovia, Katowice o en Wroclaw. Lo que se estaba moviendo dentro de empresas como Dolmel, una de las fábricas más importantes de Polonia en los ochenta, dejaba bien a las claras la magnitud de los cambios que se empezaban a gestar en la sociedad polaca. Dos días después del 28 de agosto, empezó otra de las grandes huelgas, la de los mineros de Jastrzebie, que hizo insostenible la situación para los gestores comunistas. Solidaridad logró todas sus demandas, incluida la liberación de los presos políticos, demandas que quedaron rubricadas en los Acuerdos de Agosto que hoy se conmemoran.

Además de hacer tambalearse a la dictadura comunista y de levantar con conciencias, solidaridad consiguió la aceptación de sindicatos libres, la garantía del derecho de huelga, el respeto de la libertad de expresión, la readmisión de despidos por cuestiones ideológicas, la puesta en libertad de presos políticos, el aumento de sueldo base y otros derechos fundamentales relacionados con las jubilaciones, pensiones de invalidez, sanidad pública, viviendas, etc. Aunque hoy es innegable cierto escepticismo y perdida del romanticismo de la antigua Solidaridad, Polonia se ha volcado en el 25 aniversario de los Acuerdos de Agosto.

ABC, 28/VIII/05