POSICIONAMIENTO del COMITÉ PERMANENTE de MÉDICOS EUROPEOS CONTRA LA EUTANASIA

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El Comité Permanente de Médicos Europeos se ha posicionado de una manera tajante respecto a la eutanasia, rechazándola de plano y animando a los médicos a no participar. Para ello ha elaborado un documento que ha sido suscrito por todos los miembros del comité a excepción de Holanda. La declaración anima a intensificar los cuidados paliativos.

REVISTA AUTOGESTIÓN
ENERO DE 2005

El Comité Permanente de Médicos Europeos se ha posicionado de una manera tajante respecto a la eutanasia, rechazándola de plano y animando a los médicos a no participar. Para ello ha elaborado un documento que ha sido suscrito por todos los miembros del comité a excepción de Holanda. La declaración anima a intensificar los cuidados paliativos.

El Comité Permanente de Médicos Europeos (CPME. Esta institución agrupa a 2 millones de médicos de la UE), no ha querido quedarse fuera del debate sobre la legalización de la eutanasia y ha aprobado una declaración en la que manifiesta su frontal rechazo a esta práctica.

El comité lo forman 25 miembros, 7 asociados y un observador, -Israel- han dado el visto bueno a un texto que comienza recordando que el deber principal del médico y su equipo con respecto al cuidado de los pacientes terminales consiste en facilitar toda la gama de cuidados paliativos: «Esto incluye aliviar o prevenir el sufrimiento y dar al paciente la asistencia necesaria para proteger y mejorar su calidad de vida».



Texto íntegro de la reacción del CPME al informe del Sr. Dick Marty sobre eutanasia


ASAMBLEA PARLAMENTARIA DEL CONSEJO DE EUROPA,
doc nº 9898

El CPME es una asociación formada por miembros. Los miembros son las Asociaciones Médicas Nacionales (AMN) de los Estados miembros de la UE, los nuevos Estados miembros y los países de la AELC. El objetivo del CPME es promover el más alto nivel de salud pública y de ejercicio de la medicina en la UE.

Considerando las declaraciones del CPME sobre eutanasia del CP2000/85 Def, CPME 2003/180, CPME Info 146-2003 y CPME Info 156-2003;

Considerando las diferentes definiciones de eutanasia en uso en función de la jurisdicción, incluido el término inaceptable y equívoco de «eutanasia pasiva», que se ha usado de manera errónea en el informe Marty para describir el proceso ético y aceptable según el cual se suspende o limita un tratamiento médico;

El CPME declara que:

  1. El deber principal de un médico y de su equipo con respecto al cuidado de los pacientes terminales consiste en facilitar todas la gama de cuidados paliativos. Esto incluye aliviar o prevenir el sufrimiento y dar al paciente la asistencia necesaria para proteger o mejorar su calidad de vida. Los conocimientos y la conciencia del médico se concentran en cumplir esta obligación.
  2. El paciente tiene derecho a su autonomía, incluso a rechazar procedimientos diagnósticos, tratamientos o alimentación.
  3. Un tratamiento médico de apoyo vital puede abandonarse o no empezarse en función de los deseos expresados por el paciente.
  4. No es ético tomar medidas cuya finalidad sea terminar deliberadamente con la vida de un paciente, tanto si son a petición del mismo o de sus familiares como si no.
  5. La dignidad del paciente y su derecho a la intimidad deben respetarse siempre.
  6. Es necesario un mayor desarrollo y aplicación de los cuidados paliativos.
  7. El CPME anima a todos los médicos a no participar en la eutanasia, aunque sea legal en su país, o esté despenalizada en determinadas circunstancias.

Aprobado el 12 de septiembre de 2004



Declaración de la Comisión Central de Deontología de la OMC española (organización medico colegial) sobre la eutanasia


En artículos y programas hablados se emplean con frecuencia las expresiones «ayuda a morir» o «muerte digna». Tales expresiones son confusas, pues aunque tienen una apariencia aceptable, esconden frecuentemente actitudes contrarias a la ética médica. Además, tienden a borrar la frontera que debe separar la asistencia médica al moribundo, que es uno de los más importantes y nobles deberes profesionales del médico, de la eutanasia, que es la destrucción deliberada de una vida humana, que, aunque se realizara a petición de la víctima o por motivos de piedad en el que la ejecuta, no deja de ser un crimen que repugna profundamente a la vocación médica sincera.

A tenor de lo que se establece en los Artículos 28.1 y 28.2 de nuestro Código de Ética y Deontología Medica, el médico está obligado a desempeñar su genuina función de ayudar y atender al morir de sus pacientes por medio de un tratamiento competente del dolor y de la angustia. Ha de empeñarse en procurar el mayor bienestar material; ha de favorecer, según las circunstancias, la asistencia espiritual y el consuelo humano al moribundo; prestará también su apoyo a los allegados de éste. El médico también dignifica la muerte y la ayuda cuando se abstiene de tratamientos dolorosos e injustificados y cuando los suspende, porque ya no son útiles.

Pero el médico traicionaría su vocación de sanador y de protector de la vida humana si acabara con un enfermo o colaborara a su suicidio voluntario. Nunca puede el médico provocar deliberadamente la muerte: la medicina no está para eso. Aunque alguna Ley lo permitiera, jamás el médico podrá usar el poder y las prerrogativas que la sociedad le ha concedido para ejecutar una pena capital ordenada por un tribunal de justicia o para suprimir la vida de un enfermo, aunque se lo solicitara él, o su familia o un comité de cuidados hospitalarios.

Un médico es culpable de una grave infracción deontológica si se niega a prestar a un moribundo una asistencia médica competente y, sobre todo, si se arroga el poder desorbitado de destruir voluntariamente una vida.




LOS REPRESENTANTES MÉDICOS REDACTAN UNA DECLARACIÓN DE
RECHAZO A LA EUTANASIA

El texto íntegro de la propuesta de la «Declaración Pamplona» de la OMC sobre la medicina y el final de la vida es el siguiente:

  • Todo enfermo desahuciado tiene derecho a un exquisito cuidado de su calidad de muerte. El médico, con ciencia, experiencia y conciencia, debe sentir el deber y poner los medios para procurar a cada moribundo su mejor muerte. El enfermo desahuciado es aquel en el que ya no existe la esperanza alguna de curación.
  • El médico debe evitar toda acción terapéutica fútil en el enfermo desahuciado. Es fútil todo acto médico inútil sin valor real para el enfermo.
  • Todo enfermo desahuciado debe recibir los cuidados paliativos adecuados para obtener la mejor calidad posible de cuidados terminales. La OMC insta a todos los médicos españoles, a las sociedades científicas y a las facultades de Medicina a potenciar la formación de cuidados paliativos.
  • La asistencia del enfermo desahuciado, la agonía y el trance de morir deben ser afrontados por el médico con la misma profesionalidad, deontología y compromiso personal que emplea en la preservación o recuperación de la salud del resto de los pacientes.
  • La OMC declara que la asistencia de la muerte debe ser un acto médico tan cuidado ética, deontológica y científicamente como la preservación de la salud y de la vida.